Parte 14

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Quizás no supieran que ese lugar pertenecía ahora al reino hechicero, o simplemente querían hacer una protesta contra su reinado. A Momonga no podía importarle menos que razones tuvieran, lo que, si le interesaba, es que ellas habían interrumpido su momento especial con una de las sirvientas.

En el corazón de las planicies Katze se llevaba acabo una masacre unilateral. Un grupo de aventureras de alto rango se encontraba masacrando a los no-muertos de la zona. Hace no mucho este lugar era una fuente importante de ingresos para los aventureros de E-Rantel, pero ahora se encontraba protegida por el rey hechicero, y no porque este compartiera algún sentimiento por los no-muertos de la zona, sino por el más sencillo deseo de que su ciudad siguiera pagando a los aventureros por un trabajo tan trivial.

Eran 5 mujeres quienes estaba realizando el ataque, un grupo con el que Momonga estaba familiarizado. Al saber que se traba de ellas, Entoma no pudo contener su emoción. Babeo, aun enfrente de su amo. Muchos creían que este era el momento ideal para deshacerse de esas molestas mujeres, pero Albedo y Demiurge ya tenían planes para ellas.

Hoy no se llevaría acabo la venganza de Entoma.

-¡¿Quién osa atacar los dominios del rey hechicero?!- grito con poderosa voz el héroe negro.

Tanto los no-muertos como las rosas azules detuvieron la batalla y miraron al hombre acorazado que había llegado acompañado de un ejercito de caballeros de la muerte.

En el rostro de 4 de las mujeres se dibujo el terror, la quinta...

-¡Momon-sama!- parecía extremadamente contenta de verle.

-¡Respondan!- Grito Nabe, muy molesta.

-Así que ya lo habían tomado...- susurro una de las gemelas para si misma.

Las rosas azules eran conscientes de que no podían ganar una batalla contra el hombre que ahuyento a Jaldabaoth, y a la hechicera que se enfrentó a tres sirvientas demoniacas ella sola. Declararon abiertamente que no sabían que estos eran dominios de Ainz y se entregaron sin resistencia.

El reino hechicero no toleraba ataques directos, pero ya que dentro de la historia de Momon el aventurero, ellas eran compañeras de armas, se simulo una especie de acto de piedad y se les condeno a permanecer en arresto domiciliario hasta que el rey hechicero determinara que hacer con ellas.

Blue Rose creyó que Momon el negro había sido el responsable de esta increíble muestra de piedad por parte del no-muerto, y por ello no se encargaron al castigo. Para su fortuna, ya que no tenían domicilio en E-Rantel se les dejo pagar y elegir su propio hospedaje. El pabellón dorado de E-Rantel al fin tendría sus primeras visitas importantes en mucho tiempo.

Al interior de una habitación de aquel hotel, mientras les dictaba las condiciones de su encierro, las rosas azules cuestionaron a Momon el negro sobre lo que pasaba en la ciudad, y mas aun, le cuestionaron sobre el reciente anuncio de Baharuth y su intención de convertirse en estado vasallo del reino hechicero.

Momonga que no tenía intención de mentir sobre ello conto toda la verdad, y a cambio les pidió a las rosas azules que dijeran realmente porque se encontraban en las planicies. Ellas revelaron un miedo intenso hacia la mecánica de este mundo para crear no-muertos. Creían que quizás el nacimiento del rey hechicero tenia que ver con la generación natural de no-muertos en la planicie. Al escuchar que él permitía que los aventureros mataran a los no-muerto del lugar, creyeron que quizás lo permitía para evitar que otro como él naciera.

Con la intención de evitar el terrible nacimiento de un segundo rey hechicero, tenían pensado erradicar de golpe a todos los-muertos y a la niebla. No sabían que ese territorio ya era de Ainz.

Overlord: LujuriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora