Capitulo 8

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Me asuste al poner mi mano en su frente y ver que estaba hirviendo en fiebre, no sabia e hacer trataba de despertarlo pero no emitía reacción alguna, comencé ponerme nerviosa tal vez tuvo un refriado o algo parecido, pero debo admitir que temía por su vida en ese instante.

Lo primero que se me vino a la mente fue arrancar un pedazo de tela de mi blusa e ir al mar por agua, tome un coco que estaba partido por la mirad traje agua para mojar la tela y se la coloque con cuidado en su frente para tratar de disminuir su fiebre, pero solamente empeoraba. 
Ya no sabia que hacer, quería llorar por la desesperación que me causaba no por ayudarlo en absoluto, trate de buscar algo que me pudiera ayudar hasta que di con la Balza en la que habíamos estado, no me había dado pero allí había un Kit de primeros auxilios así que lo tome y busque tratando de hallar algo que me sirviera.

Encontré un medicamente que a decir verdad no sabia muy bien para que era pero fue mi única opción.

—Dylan— lo moví delicadamente, el solo izo una leve expresión 

—Por favor toma esto para que te mejores— comencé a acariciar su frente 

No dijo absolutamente, solamente hizo lo que le dije y se volvió a quedar dormido, parecía estar bien ya, pero aun así no me quede dormida hasta ver como ya estaba a punto de amanecer mis ojos se comenzaron a cerrar poco a poco y caí totalmente dormida a su lado. 

Al día siguiente sentí como un rayo de sol impacto mis ojos y poco a poco comencé un poco, todavía estaba muerta de sueño pero al ver que Dylan nuevamente por arte de magia había desaparecido de mi lado decidí pararme a buscarlo. 

—¡Dylan donde estas!— grite fuertemente 

—Aquí— hablo a mis espaldas

—¿Estas mejor ya?— pregunte 

—Demasiado mejor, gracias por cuidarme ayer— dijo 

—Tranquilo no fue nada— aparte la mirada— ¿Cuándo crees que salgamos de aquí?

—La verdad no tengo ni la menor idea— dijo seco— Pero a este punto ya se debieron dar cuenta que estamos desaparecidos así que ya deben estarnos buscando por cielo mar y tierra dalo por hecho.

—Eso espero no creo que pueda sobrevivir mas de una semana aquí en esta estúpida isla.

—Pues te tendrás que acostumbrar princesa, bueno al menos si quieres sobrevivir— dijo comenzándose a quitar su camisa.

— ¿A donde vas?— pregunte al ver que se comenzaba a ir

—¿Qué no vez?— a nadar— respondió corriendo al mar

—¿Estas loco?— ayer te estabas muriendo de neumonía y ahora vas a nadar— dije con sarcasmo siguiéndolo

—Podrías dejar tu lado pesado para otro momento, por que créeme estar en una isla aquí con alguien como tu será demasiado aburrido

—Digo lo mismo de ti Sprouse, solo que en mi caso estar contigo será un fastidio

—¡Hey!— No insultes mi apellido porque si mas no te recuerdo dentro de muy poco tiempo también será el tuyo. 

—No pues, gracias por recordármelo— rodee los ojos

No pude evitar sonreír al mirarlo parecía un niño jugando entre las olas del mar, a decir verdad para nada parecido al Dylan que todo mundo piensa que es, pero prefiero no decir nada pues nunca paras de conocer a una persona.

Llego el atardecer, toda la mañana el se había alejado de mi y había estado sentado en unas rocas cerca del mar, por mi lado yo estuve con todo el miedo del mundo en el bosque tratando de buscar algo de comer.

ya no tenia nada que hacer literalmente y comenzaba a escuchar sonidos raros, así que sin decir nada camine hacia donde el estaba y me senté a su lado.

—¿Qué haces aquí?— pregunto frio sin quitar la vista del sol el cual ya se estaba poniendo 

—vaya, que genio 

—Nadie te dijo que vinieras en primer lugar— contesto

—Yo quise venir simplemente

—Y ahora yo te digo que te marches 

—¿Por que eres así?— Sabes no es mi culpa que tenga que casarme contigo a la fuerza

—¡Tampoco mía, a caso no entiendes!— grito tan fuerte que me hizo estremecer— Te lo pido enserio, por favor vete 

—si no es tu culpa, por que no paras este maldito juego entonces— dije con voz quebrada y salí de allí con mis ojos cristalizados.

Fui en donde nos habíamos quedado a dormir antes y me senté allí, procesando toda la información que de la nada había llegado a mi vida, hasta que d repente vi como el se comenzaba a acercar y sin decir nada se sento a mi lado, y aquí vamos de nuevo...

𝙳𝚎𝚜𝚝𝚒𝚗𝚘 𝙾𝚛𝚐𝚊𝚗𝚒𝚣𝚊𝚍𝚘.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora