Dos adolescentes totalmente diferentes, dos polos opuestos obligados al amor, cuando lo único que sentían era odio uno por el otro.
Bárbara una chica de 20, con un sumo potencial y amor por el prójimo, y con el inmenso sueño de convertirse en modelo...
Llego el día en el que nos mudariamos a la nueva casa, estos días han sido algo agotadores, como era de esperarselo fui elejida como la principal en la agencía, eso me ponía felíz, de hecho hasta compre un nuevo auto para mi.
Dyaln y yo casí no nos dirijiamos la palabra, pero me sorprendía que aun así siguiera acompañandome cada vez que iba a la agencía, no entendía por que si se suponia que no quería estar conmigo.
Era de mañana y los carros de mudanza ya estabán empacando algunas cosas, pero no lo veía por ninguna partes, quizas Dylan vendría despues, así que decidi ir de una vez, a demas quería descanzar. Primero pase por algo de comida y luego fui hasta la casa, al entrar ya todo estába en orden, diría que aquella casa era hasta demasiado grande para solamente dos personas.
Subí hasta la habitacion, era gigante, esta si lucia algo más acojedora, o más bien dicho sin tanto color negro, deje las maletas a un lado y me tire a la cama, mis ojos se cerrarón enseguida y me quede totalmente dormida.
(...)
Al despertarme algo adormilada aun vi por la ventana como ya estába atardeciendo, dormi demasiado ya eran la cinco de la tarde.
Me puse de pie, me tambalee un poco por el sueño que aun sentía, baje las escaleras, y examine cada parte de la casa tratando de buscarlo pero no estába por ninguna parte, se me hizo demasiado raro, pero no le tome importacía quizas llegaría despues, pero no, no llego. Entonces decídi llamar a Cole tal vez el sabe en donde estába.
En la llamada:
—Hola Cole—
—¿Barbára?— ¿A que debo está sorpresa?— dijo algo sorprendido.
—Solo quería preguntarte si sabes donde se encuentra Dylan—
—¿Dylan?— Creí que estaría contigo
—¿Qué?— Claro que no, no lo he visto en todo el día.
—No tengo idea, el me dijo que hoy ocupara su lugar, dijo que se tomaría el día libre para estar contigo.
—¿Sabes algun lugar en el que podría estar?— pregunte
—Creo que si...
Fin de la llamada//
Tome las llaves del auto y comence conducir a donde Cole me dijo, tiene que estat ahí, me estoy preocupando por que razón hubiera desaparecido así de la nada, algo malo debe aberle sucedido o de lo contrarío solo quería estar sin mi...
Por un momento pense en determe e irme, ya que quizas simplemente nesecitaba estar solo, pero no me detuve, no iba a perder la portunidad de encontrarlo.
El camino era largo, ya casí no habia nada de carros, solo arboles, arena y el mar, si no más recuerdo Cole dijo que parára frente a un Faro, el cual ya había encontrado, era como el final de la playa todo estába desolado sin ninguna persona más que yo y quizas tambien Dylan, estacione el auto.
Mr baje y al caminar un poco pude comprobar que el si estába aqui, ya que estabá su carro, pero no sabía donde. Me quite los zapatos para estar más comoda y sentír la calida arena en mis pies.
Me acerque al Faro y no lo veía por ninguna parte, hasta que note que habían unas piedras casí a las orillas del mar.
—¿Dylan?— pregunte al verlo sentado en una roca
—¿Qué haces aquí?— pregunto desconcertado.
—Parece que ya se me hizo una costumbre encontrarte cada vez que desapareces— sonreí levemente.
—Por favor vete, nesecito estár solo— dijo bastante pasivo para ser verdad, como si ya no quisiese pelear conmigo como siempre lo hace.
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—Lo lamento pero no—
El viento comenzo a rozar cada una de nuestras facciones, me volteo a mirar de una forma que no podría describir con palabras y luego volvío a mirar hacía el mar.
—Te sere sincera, ya estoy harta de esto— De que ambos nos la pasemos uyendo, de que pesemos del amor al odio de la noche a la mañana— Simplemente no te entiendo— dije exausta
—Creeme que yo tampoco me entiendo— me sente a su lado.
Ninguno de los dos emitía palabra, todo estába tan tranquilo que se escuchaba el sonido de las olas.
—Tengo miedo— soltó de la nada
—¿Miedo?— arquee una ceja— ¿De que tienes miedo?—
—La ultima vez que confesaste que me querías, ese día en la oficina— Yo tambien sentía lo mismo—
—¿Qué?— mis ojos se cristalizarón y mi voz se entrecorto
—Pero tenía miedo, de no ser lo sufiente para ti— Te trate de la peor forma posible ese día, para dejar de a lado mis sentimientos— Pero no pude esos días en la Isla fueron unicos— Me enamore— nuestras miradas se cruzarón
—Y está bien si tu ya no sientes lo mismo— Lo entiendo, pero no me pidas que deje de quererte por que eso no va a pasar— su voz se escuchaba triste
—Tu tampoco me pidas eso— pequeñas lagrimas calleron en mis mejillas— Yo tampoco nunca deje de quererte—
—Me encantaría besarte ahora mismo, pero no puedo, no despues de todo lo que te hize pasar gracias a mi egoismo. —Sabes— Si quieres hasta aqui llega todo— exclamo seco
—¿De que hablas?—
—Qué aquí acaba toda esta farza— Lo unico que voy a causarte es daño, es lo que siempre les pasa a todas las personas que se acercan a mi, terminan lastimadas, y yo no quiero que seas una de ellas— Así que, puedes irte
— Eres libre— su voz se entrecorto.
¿Qué era lo que estaba escuchando?, Dylan en verdad había dicho esto, estaba dejando su orgullo de la nada, me partio el alma. Podría haberme ido, de todas formas eso era lo que siempre había querido, pero no, el no estába bien, se noataba en su mirada en su voz, no era el mismo, estába roto, no puedo dejar que estó termine aquí, no puedo, el creyo ya me había ido y al verme aun ahí puso una cara de desconcertado.
—Prefiero seguír con una farza, a ser libre y saber que ambos no estaríamos bien— me vio y sonrío, cuanto nesecitaba ver esa sonrisa de nuevo
