Luz Roja #PGP2024

Capítulo 8

Adam me dejó en el departamento de Kim, cuando llegó el momento de despedirnos se acercó a mi para besar mi mejilla, di un paso hacia atrás tomando el picaporte de la puerta y con una de mis manos libres tomé la suya y la estreche, él sólo río leve y me uní a su risa, un poco más nerviosa la mía.

Abrí la puerta y me recargué en el umbral.

—Me divertí esta madrugada, de verdad -dijo con sus manos en los bolsillos de su pantalón de vestir.

—Yo igual, gracias por el café, fue lo mejor.

Negó ligeramente; miró el piso un momento y regresó su mirada hacia mi, cuando lo hizo algo saltó dentro de mi pero traté de ignorarlo.

—Lo mejor fue tu compañía. —alargó su mano hacia mi y se arrepintió regresándola a su bolsillo.

Apostaría a que a pesar de la tenue luz podría observar el rojo de mis mejillas.

—Debo... um, entrar ya, yo...

—Si, lo sé. Que descanses Claire, espera mi mensaje. —guiñó su ojo y sonrió ampliamente comenzando a caminar hacia el elevador.

Me quedé sola en el umbral de la puerta observándolo hasta que las puertas del elevador se cerraron y entré al departamento.

Kim se encontraba profundamente dormida, miré el reloj en la mesa de noche... 2:34 a.m, ¿En serio? Lo más tarde que había llegado a casa eran las 11:30 p.m.

Me deshice del vestido y dejé los tacones en su lugar, tomé mi short y blusa de pijama, luego de vestirme para dormir me acosté despacio en la cama para no despertar a Kim... pero que va, ella duerme como oso en época de invernación.

Mi mente comenzó a recordar todo lo sucedido, desde Aarón en la fiesta hasta Adam y yo conversando hasta la madrugada.

Quizá Aarón tenía algún familiar que se graduaba y por eso se encontraban ahí... y la chica con la que se estaba era tan... perfecta, tenía todo lo que yo no.

Adam insistió en que le contará el por qué salí de la fiesta y me escondía detrás de arbustos, me preguntó si era por el chico que le ofreció el cigarrillo... me límite a asentir y antes de que preguntara aún más cambié rápido de tema.

Me habló sobre el trabajo que tiene en la empresa de su padre, su mamá una gran diseñadora de vestidos de novia en Manhattan, su hermano Brad futuro empresario. De mi no había mucho que contar, le hablé sólo de mamá y su enfermedad y el motivo por el cuál abandoné la escuela, fue la primera vez que no me miraron con lástima... me miro cómo si de verdad entendiera por lo que yo pasaba, uno de sus brazos rodeó mis hombros y me abrazó... fue tan sincero que me dio escalofríos.

Sonreí al recordar cuando me pidió mi número de celular

—Dilo lento y pausado, podré memorizarlo en cinco minutos.

Reí y bebí el último sorbo de mi café ya frío. Su celular se quedó sin batería cuando apenas llevaba los primeros dos dígitos de mi número.

—No lo harás.

—Um, bien, entonces...

Miró detenidamente el auto y de pronto chasqueo sus dedos.

—¡Lo tengo! —dijo sonriente y tomó mi vaso de café vacío.

Abrió la guantera del auto y sacó un bolígrafo.

—Anota el número aquí. —me entregó el bolígrafo y el vaso de café.

Ambos reímos. Anoté mi número.

Ya Claire, no seas estúpida y deja de sonreír así.

Tomé el cobertor y me cubrí hasta la cabeza dejando todo de lado hasta que por fin pude dormir.