Capítulo 12

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Hoy es viernes, tres semanas en Nueva York..., y hace once días que no recibía un mensaje de Adam. Kim comenzaba a molestarme cada vez que decía «Te lo dije, rompiste sus esperanzas». Era demasiado estresante como un despertador a las 5:00 a.m en sábado, también hace cuatro días que operaron a mamá, está muy estable y según los diagnósticos del Doctor Simmons todo iría bien, eso de verdad lo deseaba yo.

Son las 09:20 p.m y decidí poner algo de música para despejar mi mente, tomé una revista y comencé a ver su contenido, Kim entró a la habitación.

—¿Salimos esta noche? —preguntó abriendo su armario.

—No gracias, yo paso. Que te diviertas.

Seguí leyendo algún artículo sobre cómo tener un buen cutis.

—No me dejes, hace días que no salimos. Nuestras madres estarán bien solas por una noche.

—No es eso Kim, no tengo ánimos de salir.

—¿Es por Adam?

¿Huh?

La miré y frunci el ceño.

—Él no tiene nada que ver, no influye para nada en mi.

—Entonces que más da, sal conmigo por favor te lo suplico.

—Ve con Drake, puedo cubrirte.

Su mirada se transformó y en sus ojos parecían que se acumulaban lágrimas y algo más, ¿enojo? Ni idea, pero no era bueno.

—¿Hay algo que no me hayas contado?

—Discutimos hace um, un par de días, tenías encima todos los nervios por la operación de Regina, así que no dije nada... no hubo oportunidad.

—¿Lo mato?

Rió y limpió una lágrima.

—No, pero debo hablar con él, todos nuestros amigos se reunirán en un bar no muy lejos de aquí..., él estará ahí, quiero arreglar las cosas. Por favor vamos.

Haría cualquier cosa por ella.

—Vamos a ponernos guapas nena —dije y ambas reímos comenzando a alistarnos.

...

Me miré por última vez en el espejo, me gustaba mi aspecto. Vestido negro ajustando todo en su lugar y tacones en color blanco, mi cabello completamente lacio e insistí a Kim que no me maquillará demasiado. Ella llevaba un vestido rojo y tacones de aguja negros, su cabello suelto y un poco más maquillada que yo pero sin exagerar.

Logré convencerla de que ésta noche avisaramos a nuestras mamás; mi consciencia ya sufría por las dos madrugadas anteriores. Difícilmente aceptó pero era la condición.
Salimos juntas a la sala ;pero no se encontraban ahí, un hombre habló desde el comedor y Kim rodó los ojos. Era el Doctor Simmons.

—Hola Kim, Claire, me alegra verlas de nuevo.

Helen y mamá salieron de la cocina con bandejas y platos.

—¿Van a salir? Pensé que ésta noche podríamos cenar todos juntos —dijo Helen dejando las bandejas con comida.

Se veía todo tan delicioso. Ya no quería salir; pero Kim me mataría.
Que mi estómago me perdone.

—Lo siento, queremos salir a divertirnos, ¿Verdad Claire? —dijo Kim y me sujetó fuerte del brazo.

—¿No podemos cenar y después irnos? —susurré a Kim.

—¡No! Ya nos vamos, hasta al rato.

—Que se diviertan y no lleguen tarde —mamá se acercó para besar mi mejilla y la de Kim

Luz Roja #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora