Capítulo 37

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Las palabras de Aaron aún rondaban en mi mente, el almuerzo se alargó y terminé volviendo a casa más tarde de lo que tenía previsto cuando recibí el mensaje de Kim para verla a unas cuadras de su trabajo y comer juntas. Durante el trayecto en el taxi estuve dudando en si debería contarle a mi amiga y es que no era algo que podía soltarle a Kimberly cómo si nada.

Recibo un mensaje de mi padre antes de llegar a mi destino, me recordaba que estudiara para el próximo examen de la universidad, maldije para mi interior, no había dedicado el tiempo suficiente a repasar el temario, mientras tanto yo estaba pensando en Adam y su prueba de paternidad... No podía fallarle a Dave.

Entré al restaurante y vi el cabello rubio inconfundible de mi amiga hasta el fondo del lugar.

—Hola, hola —saludo dejando mi abrigo en el respaldo—. Uy, qué cara tienes —digo al verla con el ceño fruncido.

—No puedo creer que almorzaste con Aarón, increíble.

—Bueno, en mi defensa él apaerció en la cafetería, debo admitir que no fue tan malo —confieso.

—Te creeré. Ordené filete y ensalada, te va a encantar.

—Amo comer carne.

—Lo sé, te conozco —dice guiñando su ojo.

Hubo un momento de silencio en la mesa, solo la música del lugar y conversaciones ajenas nos hacían compañía, Kim estaba sumida en su mente y yo en la mía, no era el mejor momento para ambas. Me tuve que morder la lengua más de una vez para no contar nada de lo que hablé con Aarón hace unas horas y lo sentí imposible, pero lo logré.

—Hablé con mamá, quiere que vayamos a ver vestidos de boda con ella, según ella será algo sencillo ya que al parecer la boda no será nada ostentosa —comienza a hablar—, podemos ver algo para nosotras también.

Su voz sonaba apagada a diferencia de otras veces, le hacía falta el chico tatuado; desde que se dejaron podía notar que su buena vibra estaba por los suelos, la última vez que la vi de esa manera fue cuando su padre prometió llegar a su cumpleaños numero dieciséis y nunca llegó. Kim estaba haciendo su mejor esfuerzo para estar feliz por Hellen, la verdad es que me emocionaba bastante la idea de una boda.

—Me encantará acompañarla, me alegra demasiado verla feliz, ella también ha pasado por mucho.

—Lo sé, Claire. Cómo sea, ¿ya pensaste en la universidad?

Me moría de nervios, hace mucho no estudiaba y el miedo de no ser suficiente estaba constantemente en mi cabeza, sin embargo, estaba dispuesta a tomar el riesgo; deseaba ser una gran maestra, poder enseñar a muchas personas y formar parte de su vida me parecía increíble. Le conté a Kim acerca del examen y que ya había elegido donde estudiar.

—Serás una gran profesora, Brouss.

—Eso espero.

Cuando estuve en casa de papá lo pensé muchas veces, luego recordé que mamá siempre me decía que podía estudiar en algo así antes de que ella enfermara, era algo que yo tuve en mente por meses y después dejé de lado; tener que tomar las responsabilidades de casa me habían hecho olvidar lo que un día deseé. Terminamos de comer después de una hora de chismes, no quería que terminara, esto era lo único que despejaba mi mente de Adam, pero sabía que Kim debía volver al trabajo.

—Debo irme, solo unas horas más y salgo, te veo en casa y nos vamos directo con mamá —se despide Kim y me abraza antes de entrar al auto.

Caminé para despejar mi mente y después podría tomar otro taxi, crucé por el parque central y éste se encontraba lleno aún entre semana.

Luz Roja #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora