Frío y nieve

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Autor: Helindir.

Diciembre se había ido y los primeros días de enero llegaban fríos, tapizados de blanco y repletos de intrigas

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Diciembre se había ido y los primeros días de enero llegaban fríos, tapizados de blanco y repletos de intrigas. Sin espía en las fuerzas enemigas, Albus no tenia noción de que era lo que lo esperaba y la alerta máxima constante en todo el colegio, desgastaba a todos por igual.

Peor aun, la elfa, que patrullaba en silencio, comenzaba a volverse cada vez más irritable y volátil. Era una especie que se mantenía bien si había muchas plantas cercas, por lo que, en invierno y casi sin verde alrededor, ella se sentía fuera de lugar. Ya varias veces alumnos y profesores habían recibido gruñidos y miradas iracundas en color claro, y hasta Snape había notado que aquella presencia elfina que existía en un principio dentro de ella, parecía haberse extinto por completo.

- ¡Pero si no hace nada!- Continuaba quejándose Ron a media tarde, caminando por uno de los pasillos, como lo venia haciendo desde hacia tiempo.

- Por algo Dumbledore la trajo, Ron- Le recordó Hermione, junto a Harry- Él no toma dediciones sin pensarlas bien.

- ¿Y si se equivocó?- Volvió a decir Weasley- Es humano, puede equivocarse...

- O quizás si hace algo, solo que no la vemos- Opinó el muchacho de lentes redondos.

- Por favor Harry... ¿La has visto siquiera hacer otra cosa que no sea caminar, leer y rodearse de conejos?- Dijo Ron- Esa elfa es completamente inútil ¡Hasta nosotros somos mas valiosos que ella!

De pronto, unas ágiles enredaderas salieron del suelo, atrapando al pelirrojo, mientras Ganger y Potter enfundaban sus varitas.

Detrás de ellos, de pie como una columna, Diamhair los miraba con desprecio. Había escuchado absolutamente todo.

- ¡Deja a Ron en paz!- Dijo Harry con fuerza, apuntándole.

- ¿Vas a obligarme con tu inexperiencia?- Dijo la elfa, con voz hiriente- Demuéstramelo. Demuestra que ustedes son tan valiosos como este sucio mago dijo.

Las enredaderas se ciñeron sobre Ron, obligándolo a quejarse del dolor, mientras la chica inteligente conjuraba algo que le daba de lleno en las lianas. Pero las mismas no cedieron ni un poco, ni siquiera sufrieron un mínimo daño.

- ¡Déjalo! ¡Lo lastimas!- Pidió Ganger- ¡Basta!

- ¡Expelliarmus!- Conjuró el muchacho hacia la Galo.

La chispa pareció rebotar en un escudo transparente, mientras Diamhair seguía fija en el suelo, sin moverse.

- ¿En serio?- Preguntó Diam, arqueando una ceja- ¿Me atacas con eso? Eres más patético de lo que creía...

- No quiero atacarte con más fuerza... Déjalo en el suelo... Por favor- Rogó Harry- Él hablo por hablar... Perdónalo, no lo volverá a hacer.

- Realmente, no desearía entrometerme...- Dijo Severus, acercándose a ella- Pero... ¿No era que no puedes matar a jóvenes?

- ¿Quién dijo que lo mataré?- La Galo ni se volvió a verlo- Entre la vida y la muerte hay muchos puntos medios... Puedo romperle todos los huesos si quiero... Mientras no deje este mundo, no me afecta.

- Odias a los mortífagos, pero actúas como ellos... Irónico...- Remarcó Snape.

El pelirrojo fue liberado de inmediato mientras el cabello de la elfa tomaba un tono rojizo, indicio de que estaba enojándose mas de lo recomendado. Las lianas se movieron como serpientes y quedaron cerca del pocionista, mientras ella volteaba a verlo con ojos de un ligero amarillo.

- A ti si puedo matarte, inútil- Siseó ella, al tiempo en que los tres alumnos se alejaban unos pasos.

- ¿Bajo que fundamento?- Contraatacó Severus- ¿Por decir la verdad? Nuevamente demuestras que eres ilógica e irónica. Tu raza ama la verdad y tú atacas a quien la profesa.

Ese había sido un golpe de realismo para la visitante de Galia. Su mente viajó velozmente al pasado, recordó sucesos, rostros, hechos y desenlaces fatales que habían marcado su existencia.

El pocionista y los alumnos notaron como el cabello de la elfa cambiaba rápidamente de color, adquiriendo un tono gris opaco, mientras sus ojos amarillos desaparecían bajo el tono pálido de siempre.

- Rannsaich na fìrinn. Cathan aghaidh na scáil. Cha locht có is... (Buscar la verdad. Luchar contra la oscuridad. Jamás olvidar quien soy...)- Susurró Diamhair en céltico, para si misma, con los ojos clavados en el suelo.

Ella levantó la vista, mirando tristemente a los tres alumnos que se alteraron un momento.

Haciendo desaparecer las ramas, la elfa se arrodilló y bajó la cabeza.

- He salido de mi misión- Susurró ella- Los ataqué sin motivos verdaderos... Tienen mis disculpas en sus manos y el derecho de darme triplicado aquello que les hice.

- ¿Qué?- Intentó entender Ron.

- Quiere decir que se equivocó. Que pueden golpearla si quieren, no se opondrá- Dijo Snape, de pie cerca de ella.

- ¡No la golpearé! Eso es inhumano...- Dijo Ganger.

- Ni yo- Dijo Ron.

- Yo tampoco...- Negó Harry.

- ¿Snape?- Susurró Diam- Yo también te ataqué ¿Recuerdas?

- No, no recuerdo- Mintió Severus.

Después de haber visto su espalda marcada por otros cientos de castigos, el ex mortífago no tenía deseos de sumarse a la colección.

Conocía el método de castigos de los altos elfos y también sabia que perdonarlos era algo mucho mas elevado. No solo significaba un simple perdón, sino también una poderosa compasión. Y eso era algo que quizás a la elfa le había faltado demasiado.

También había presenciado algo extraño. La transformación de una Galo, pasando de una casi híbrida furiosa, a una elfa común, dominada por sentimientos de culpabilidad. Quería decir que aquella esencia aun estaba. Escondida, protegida por un carácter por demás complicado, pero viva. Él había dicho algo, había destrabado las cadenas de su recelo y liberado una elfina frágil y humillada.

Ádhmharaighe | SSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora