Castigo elfico

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Autor: Helindir.

Diamhair aun no se había levantado del suelo, a pesar de que los segundos pasaban y ninguno de los cuatro magos mostrara indicios de siquiera pensar en castigarla

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Diamhair aun no se había levantado del suelo, a pesar de que los segundos pasaban y ninguno de los cuatro magos mostrara indicios de siquiera pensar en castigarla.

Severus avanzó, alejándose con paso calmado y pensativo, y pasando junto a los alumnos de mirada curiosa y confusa.

Pero un sonido agudo, similar a un látigo lo alertó y, al igual que aquellos tres jóvenes, se giró para ver a la elfa.

- Potter- Susurró Diam, con dolor, con las manos crispadas y los ojos fuertemente cerrados.

Encima de ella, una liana se erigía por un par de metros.

- Granger- Susurró nuevamente.

Acto seguido, la elfa movió la liana con fuerza. La rama se alejó varios metros y luego golpeó con una increíble fuerza sobre la espalda de la Galo, haciendo el mismo sonido de látigo. Diamhair estaba imponiéndose su propio castigo.

La enredadera se levantó nuevamente, con la punta teñida de una ligera tonalidad roja.

- Weasley- Dijo ella, con voz quebrada.

- ¡Detente!- Gritó Hermione.

Ignorándola, la rama se alejó y dio con fuerza en su espalda, obligándola a emitir un ahogado quejido y haciendo que se estremeciera. Detrás, la liana subió, como la guadaña de un verdugo, con una buena cantidad de sangre corriendo.

- Detente... No queremos que te castigues- Dijo Harry.

- El error de un elfo no debe pasarse por alto- Gimió la Galo- Snape...

Hermione cerró los ojos para no ver aquello, pero si oyó el sonido del castigo y el quejido que le precedió.

La liana desapareció en la tierra y Diamhair se levantó a penas, con el dolor dominando su alma y con hijos de sangre corriendo por su espalda y cayendo libremente hacia el suelo.

Los cuatro magos la vieron alejarse lentamente, presa del dolor, con la tela de su ropa desgarrada, exponiendo la piel viva que sangraba y teñía su ropaje.

- No es normal que un elfo se equivoque- Comentó Snape como si lo que hubiese visto, no le afectara en lo absoluto- Ahora ya saben por que.

El pocionista retomó su camino, dejando a los tres alumnos solos, con la terrible vivencia de haber visto el castigo elfico en uno de los suyos.

- No volveré a hablar mal de ella- Dijo Ron- Casi me rompe un hueso y luego se hace eso... Que horror...

- Deben ser tan hábiles debido a eso...- Pensó la chica- No se permiten equivocarse. Había leído que son una raza muy exigente, pero no creí que fuera tan... literal...

- Por suerte se curan rápido- Dijo Harry, comenzando a caminar.

- ¿Qué hizo que?- Preguntó Albus, incrédulo, viendo a Severus de pie frente a él.

- Lo que dije...- Gruñó Snape, cansado, mientras Alastor y Minerva lo veían en silencio- No me obligue a repetir toda la historia.

- Bien... Es que no me esperaba que reaccionara así...- Pensó el director- ¿Puedes recordar que dijo en céltico?

- Em...- Dudó él- No exactamente... Rasai ra fìnn. Caan agid na sacal. Cha loch ci is... Algo similar a eso...

- ¿Rannsaich na fìrinn? ¿Cathan aghaidh na scáil? ¿Cha locht có is?- Dijo el anciano.

- Exacto.

- Significa: buscar la verdad, luchar contra la oscuridad y jamás olvidar quien soy...

Albus se vio interrumpido por la llegada silenciosa y ágil de la mencionada elfa, con su cabello aun gris.

Sin decir palabra, Diam destrabó una pequeña bolsa verde de una textura similar a la piel de una rana, que estaba atada a su cinto. Tomó la abertura con sus manos y la extendió mucho, como si fuese elástico, luego metió una de las manos y sacó un frasco corto de contenido rojo.

- Te cambio un elixir de purificación por esto- Dijo la elfa, con voz neutra, dándole el frasco al pocionista- Dijiste que sabias hacerlo. Hazlo entonces y quédate con esto.

- ¿Qué es?- Preguntó Dumbledore, queriendo intervenir.

- Sangre de elfo- Susurró Severus- Sangre de Diamhair, mas precisamente.

- Sangre de elfa hibrida...- Corrigió ella- Equivale a la mezcla entre sangre de elfo y sangre de dragón ¿Es lo suficientemente valioso? Necesito el elixir pronto... Es lo único que Dumbledore no me ha dado aun...

- ¿Qué se supone que harás con el elixir de purificación?- Indagó Snape.

- ¿Aceptas o no?- Dijo Diam, impaciente.

- Bien... Bien... Esta noche lo hago... No es tan complejo- Gruñó el ex mortífago, tomando el frasco de contenido no muy líquido.

La Galo se giró para retirarse, lo que le permitió tanto al director como a los otros dos magos que estaban en silencio, ver su espalda lesionada entre trozos desgarrados de tela roja oscura.

- Diamhair... Espera- La llamó Albus- Severus me dijo lo que ocurrió... No era necesario que cumplas aquí el mismo sistema de condena que en Galia... No quiero que vuelvas a hacerlo.

- Si me impongo mis propios castigos o no, no deberían afectarte- Dijo ella, mirándolo- Mientras cumpla mi tarea aquí, lo demás es irrelevante.

- Tu salud no es irrelevante- Suspiró el anciano.

- En este caso si. No pierdo habilidad por sancionarme. Y aunque este muriéndome, si cumplo... ¿Qué importa?- Ella dio un paso- No le importa a los otros Galos, mucho menos debería importarte a ti, o a ellos dos, o a Snape... Prioridades Dumbledore... Prioridades...

Diamhair se alejó, atravesó la puerta y dejó a los magos con un extraño sabor en sus bocas. La elfa había dejado entrever que la reconocida hermandad de altos elfos no era tan perfecta como creían.

Aun mas, el tono gris de su cabello estaba anunciando un estado mental no muy positivo. Sin dudas había algo en su mente que la mantenía en esa línea de constante declive. Preocupaba hasta donde iba a llegar si continuaba empeorando.

Ádhmharaighe | SSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora