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Una musa.

En eso se basaba el trabajo y el éxito del gran diseñador italiano Aaron Greco, sus musas, en especial la primera que lo condujo a ser él hombre que era hoy en día.

Su madre.

Aaron creció cómo hijo único en una familia italiana, con una madre muy consentidora y un padre algo duro y bastante recto con él, ya que decía que no había algo normal con su hijo.

Sus razones.

Aaron nunca se comportó cómo habitualmente un niño lo hacía, en lugar de salir a jugar algún juego con sus demás amigos, dibujaba ropa, en vez de mirar algún partido en televisión, miraba algún desfile o programa de moda. Lo que quería a su padre molesto y a la vez preocupado por su hijo, su padre era un hombre algo cerrado. Por él contrario su esposa, se mantuvo todo él tiempo tranquilo respecto a su hijo, ella sabía que la paranoya de su esposo era infundada, su hijo Aaron no era homosexual o algo similar, solo le gustaba la moda y así era en realidad.

A él le encantaba la moda, le encantaba ver a esas hermosas mujeres desfilar por aquellas pasarelas mirándose tan hermosas, tan seguras de sí misma, le gustaba mucho en verdad, pero no lo podía disfrutar tanto cómo podía por las constantes discusiones con su padre respecto a eso mismo, su padre simplemente no entendía, o más bien no quería entender.

Por lo que cuando llegó a su adolescencia lo dejó de lado, al menos delante de su padre lo hizo para que dejara de molestarlo, pero con su madre, con ella si podía disfrutar abiertamente de todo el tema e incluso hablar con ella sin ningún tipo de problema, lo que lo hacía muy feliz.

Su madre era su mejor amiga en el mundo, le podía hablar de todo y ella siempre lo escuchaba y le daba los mejores consejos que una madre podía dar, muchas veces él mismo pensaba que fue por ella que decidió ser diseñador de modas. Su madre era una mujer hermosa, alta de largo cabello negro y un cuerpo, que para su edad, era la envidia de mujer mujeres, incluso para la que eran más jóvenes que ella, era sumamente hermosa, además de una mujer fuerte, inteligente decidida y con bastante carácter, para Aaron era su modelo e inspiración para todo, lo único que quería era que ella estuviera orgullosa de él.

Cuando terminó la escuela fue a estudiar diseño de modas en la universidad, su madre por supuesto que lo apoyo en su desicion, mientras que su padre se negó rotundamente a la idea de que su único hijo varón, se volviera un marica, aún seguía sin entender que su selección de carrera no tenía nada que ver con su preferencia sexual.

Incluso durante su adolescencia tuvo algunas novias, que presentó con sus padre, incluso estuvo con una por casi dos años, pero él no entraba en razón y seguí con lo mismo, pero Aaron no le tomó ni la más mínima atención a lo que él decía y siguió estudiando lo que le gustaba.

Las peleas de su padre respecto a ese tema, llegaron al punto de que él y su madre se separaron, por su culpa, ya que su padre había decidido quitarle toda la ayuda económica, pero su madre aún lo seguía haciendo, eso provocó muchas peleas entre ellos que los llevó a separarse por un tiempo, pero no mucho, pero la razón que regresaron no fue muy buena que se pueda decir.

La madre de Aaron fue diagnosticada con cáncer de mamá, en pocos meses su estado empeoró, con la quimioterapia, además tuvieron que extirpar le un seno, a pesar de todo, tanto Aaron cómo su esposo nunca se separaron de ella y la apoyaban en todo los que podían, aunque ya no quedaba mucho de la mujer que ella era antes, más porque su autoestima ya no era él mismo.

Buscando recuperar un poco la mujer que había sido su madre antes de todo eso, empezó a diseñar una nueva línea de ropa solo para su madre, para que ella volviera a sentirse cómoda y hermosa, cómo aún él y su padre la seguían mirando.

Lo que nunca esperó es que gracias a eso, muchas mujeres más le interesaran sus diseños, tanto que recibió muchas ofertas para hacer un desfile de modas con todos sus diseños, él lo aceptó encantado, siempre y cuando su madre sea una de las modelos, la modelo principal, si ella no estaba no lo haría.

Aunque su madre se resistió, al final lo aceptó, porque sabía que su hijo era muy bueno en lo que hacía, por lo tanto acepto ser su modelo, en un desfile que fue todo un éxito y dónde Aaron anunció que todas esas piezas que habían diseñado, fue gracias a la inspiración que le doy su musa, su madre.

Después de ella había tenido muchas musa más, todas diferentes, nadie sabía en realidad que él buscaba en una mujer para que se convirtiera en su musa, pero todas las mujeres querían serlo, querían tener la oportunidad de se convertirse en la musa de Aaron Greco, pero ya tenía casi más de un año y no había tenido una nueva musa.

Su madre había muerto el año pasado, eso lo había dejado muy devastado y le había dejado sin ganas de seguir buscando otra musa a pesar de lo que le había dicho su madre antes de morir.

—Sigue buscando eso que te inspira mi niño, nunca dejes de hacer lo que te hace feliz y también buscarte una novia, si ella también te inspira también, pues no dudes en hacerla tu esposa entonces—

Le había dicho que lo haría, pero ya no era cómo antes, ella no estaba y la extrañaba mucho.

— Vamos Aaron el vuelo se nos va a ir— le dijo su amigo, agente y publicista, Tomas, su mejor amigo desde la adolescencia, eran inseparables, entrando a su habitación para abrir sus ventanas para que entrarán luz.

—Ya no quiero ir— se quejó él girando para enterrar su cara en la almohada.

—Claro que si vas— le dijo su amigo quitándole la sábana —Joder hombre ponte ropa, mi hija está aqui— se quejo su amigo cubriéndolo de nuevo su cuerpo desnudo.

—¿Por qué la trajiste?— le preguntó aún sin sacar su cara de las almohadas.

—Su madre me la dejó, porque según ella tiene cosas más importantes que hacer, qué cosa puede ser más importante que nuestra hija, de verdad necesito conseguir la custodia completa de mi hija— dijo.

Tomas se había enamorado de una de las musas de su amigo, pero las cosas no habían salido muy bien, Valeria, la que había sido musa de Aaron, en realidad quería enamorarlo a él, pero no lo consiguió, Aaron se había prometido, nunca, jamás, involucrarse con alguna de sus musas, su relación solo sería de trabajo y a mistas si todo salía demasiado bien él tiempo que trabajaban juntos, pero nunca estuvo con ninguna de ellas, mantenía una estricta línea entre él y sus musas, algunas la entendían otra amo tanto.

—Ya te dije, debes buscar a una jueza que lleva el caso, ha ganado los anteriores porque se ha acostado con los jueces— le dijo él sentándose en la cama para después pasar la mano por su cabello.

—Si, ya me lo dijiste, pero no es fácil encontrar a una que acepte el caso, ahora vístete, que se nos hará tarde, tienes quince minutos o subo con él chófer para llevarte— le aviso antes de salir y dejarlo solo en su habitación de nuevo.

Tomas le había insistido mucho que buscará una nueva musa, tenía más de un año sin hacer un nuevo desfile, están botando su carrera, él entendía muy bien su dolor por la pérdida de su madre, pero debía seguir, ella le había dicho que siguiera adelante. Por lo que para que respirara otro aire y si tenía suerte encontraba una nueva musa, irían a Thurson, en el norte de Escocia por algunas semanas para que despejará su mente y volviera a inspirarse.

Al menos eso esperaba.

Mi MusaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora