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—¿Greta?... ¿escuchaste lo que le dije?— le pregunto ya que la pantalla se ha quedado frisada, no se si es mi conexión o la de ella— Greta— la llamo de nuevo pero la pantalla sige igual con su amiga mirándome raro.

—Estas embarazada — dijo Greta aun sin creer lo que su amiga rusa le había dicho.

—Que bueno creí que se había cortado la llamada — comento Maria felix. 

—Embarazada….embarazada de Greko — repitió su amiga de nuevo.

— Si ya te dije que sí — contestó Marika.

—¿Cómo?....¿cuándo?— preguntó Greta.

—El cómo, tú te lo puedes imaginar sola, él cuando la verdad no lo tengo muy claro, pero fue hace poco, según la doctora apenas tengo unas dos semanas — le contó.

—¿Te has sentido bien?, ¿has tenido nauseas?, ¿mareos?— le preguntó llena de emoción su amiga, Marika sonrió.

—No, nada de eso, creo que es porque aún no es muy pronto — le contestó.

Marika también le contó todo lo que Aaron le había dicho y que esperarían hasta que su desfile para anunciar su relación y que ella estaba esperando al primer hijo del italiano.

—¿Y tú le dijiste?— le pregunto Greta.

—¿Decirle que? — preguntó la rusa confundida, su amiga bufón.

—Que también lo amas más — le dijo su amiga con obviedad.

—No con palabras exactas — contestó la rusa apenada.

— Marika— la regañó su amiga.

— No soy buena con las palabras, lo sabes — se defendió la rusa.

—¿Lo amas?— le preguntó.

—Si —

—Pues ve y dice lo — prácticamente le ordenó para dar por terminara la llamada y la rusa fuera ha hacer lo que le había indicado.

—En serio tengo que Prender Ruso — dijo Aaron desde la puerta sorprendiendo a Mafika que no se había dado cuenta que estaba ahí, pero no había entendido nada porque estaban hablando en ruso — nuestro hijo tiene que aprender los dos idioma — dijo acerca dose a ella para sentarse a su lado en la cama donde ella estaban — ¿tienes hambre?— le preguntó.

—No, estoy bien — contestó ella

—¿Segura?—

—Muy segura desde que llegamos me has preguntado lo mismo  cada media hora — le dijo ella.

—Y ya ha pasado casi dos horas y no has comido nada — dijo él.

—Es que no acostumbro a comer nada a estas horas, siempre estoy contigo en tu estudio — le recordó ella.

—Entonces, ¿no quieres nada?— le pregubto él de nuevo — te daré lo que tu quieras —

Ella suspiro negando por la insistencia de él por compplacer todo lo que ella quisiera, entonces algo hizo clic en su cabeza y miró a Aaron con curiosidad.

—¿Que?— preguntó.

—¿Lo que yo quiera?— pregunto ella con interés.

— Si, lo que tu quieras — le aseguro él.

—No te puedes arrepentir de tus palabras — le advirtió ella y antes de que él pudiera decir algo ella subió sobre él besandolo con ansias tumbando sobre la cama.

Aaron estuvo muy sorprendido por el actuar de la rusa, pero le fasino por Completo y no dudo en regresarle el fuero con las nmismas ganas y pasió que le demostraba la runa en esos momentos, en todo ese tiempo no había conocido esa pasión en ella.

¿ Donde la había escondido ?

—Marika— la llamo entre besos separando la, le sorprendió mucho ver la expresión de completa molestia que ella tenía en esos momentos. 

—Te dije que no te puedes arrepentir — se quejo ella sentándose justo  sobre semi ereccion que a cada segundo se ponía más dura.

—Ok está bien — dijo él quitándose la camisa que llevaba puesta — hasme lo que quieras soy todo tuyo — dijo él extendiendo sus brazos en su dirección, amsioso por ver y sentir lo que su mksa le haría.

Sabía que ella no lo estaba pasando bien en esos días que él prácticamente la tenía de castigo, debía decir que él tampoco lo estaba pasando nada bien al no poder tocarla cómo deseaba, pero se había mantenido fuerte y firme además de bastante adolorido por las constantes erecciones que tenía acusa de la rusa y no podía hacer nada para poder aliviarlas.

Marika por su parte sonrio cómo si le hubieran dado su regalo soñado para navidad y se lanzó sobre él de nuevo, con la diferencia de que Aaron si la esperaba está vez. Así que la beso con ardor metiendo sus manos por debajo de la blusa que ella llevaba puesta, Marika gimió suavemente al sentir sus calidas manos sobre su piel, lo había extrañado lo había extrañado muchísimo.

—Aaron — escucharon  que llamaron seguido de unos golpes en la puerta, era Tomas — ¿Aaron para que fuera que me llamaste? — le pregubgo de detrás de la puerta.

—Te llame hace una hora — se quejo Aaron con Marika repartiendo besos en su cuello y sus manos bajaban por su pecho hasta su pantalón.

—Estaba en él hospital, Gema tuvo una lección en sus prácticas de Ballet, no podía venir antes — se defendió.

—Marika — la aparto de nuevo.

—¿Que tienes que hablar con él ahora?— se quejo ella.

—Tengo que decirle sobre nuestra maravillosa noticia, Tomas debe encargarse  de la prensa para que no te molesten o empiecen a especular cosas erróneas sobre ti — le explico.

—¿Cuanto vas a tardar?— le preguntó ella.

—Sere rápido lo prometo — le dijo besandola casualmente para después levantarse y salir a hablar con su amigo —no pudiste llegar en peor momento que esté — se quejo él con su amigo mientras se colocaba la camisa de nuevo.

—¿Ya te dijo lo que paso con Giada?— le preguntó Tomas siguiéndolo hasta su estudio.

—No — contestó él.

—Que poca voluntad — se burlo Tomas.

—¿Gema está bien?— le preguntó Aaron entrando en su estudio.

—Si por suerte no fue nada muy grave, pero tendrá que poner él pie en reposo unos días — le contó, tomando asiento — y dime, ¿que es eso tan importante que me tienes que decir?—

—Voy a ser padre...


Mi MusaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora