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─Buenas tardes─ dijo Tomás entrando en él reservado sentándose al lado de su amigo─debiste avisarme de que estaban aquí─ le reclamó a su amigo en italiano, pensando que la rusa no entendía el idioma.

─La verdad no lo es, Marika solo está en contra de una cosa─ dijo Aaron en inglés.

─¿Y qué cosa sería esa?─ preguntó Tomas.

─No está de acuerdo en posar desnuda ante mí mientras diseño─ le contó.

─¿No?─ preguntó preguntó Tomas.

─No─ confirmó la rusa sería.

─Esto será un problema─ comentó Tomás.

Esa era la forma en la que siempre trabajaba con cada una de sus musas, excepto con su madre claro, pero con todas las demás, era la manera en que trabajaba, la mayoría no opuso ninguna resistencia a estar desnuda frente a él y las que no estaban muy convencida, él las convencía, pero la rusa no parecía ceder ni un poco.

─Marika es necesario─ le dijo Aaron.

─No, lo siento, pero no estaré desnuda frente a usted, por no sé cuántas horas al día, no ─ dijo con firmeza.

─Tengo que crear vestuarios desde cero, no me voy a poder concentrar si ya estás vestida─ le dijo él italiano.

─Si esa es su manera de trabajar, entonces busque un maniquí─ dijo ella ─ porque yo no lo haré o mejor otra musa─ dijo simple.

─Tu eres la única musa que quiero─ dijo Aaron.

─Pues no lo seré si es así cómo deberé trabajar con usted─ sentenció la rusa.

─¿Qué tal si llegamos a un punto medio?─ propuso Tomas.

─¿Cuál?─ preguntaron ambos.

─Ropa interior─ dijo él.

─No─ dijo Aaron

─Depende─ dijo Marika al mismo tiempo que él. Tomás miró mal a su amigo─ no llegaremos a ninguna parte así─ dijo Marika poniéndose de pie y ambos italianos se levantaron ─No trataré desnuda para usted señor Greco, así que busque a otra─ le dijo ella para después salir del reservado.

─Acaso estás loco, la has espantado─ le regaño su amigo.

─Sabes muy bien cómo trabajo─ le recordó Aaron.

─Lo se, pero ella no es igual a tus antigua musas, es muy inocente, aunque no tanto, por qué ese lo contrario hubiera aceptado─ dijo Tomás ─ pero a lo que me refiero es que te recomiendo que sedas ahora y ganes su confianza ─ 

*********

Mientras ellos hablaban Marika salió del restaurante con la intención de irse del hotel, pero en el camino se encontró con la entrenadora Filipa y Anton.

─Marika, que sorpresa verte aquí─ dijo la mujer con alegría al verla─ ¿Viste mi mensaje?, ¿Que dices?─ le preguntó.

─Si está bien, haré la rutina con Anton─ acepto Marika vaciando a ambos sonreír.

─ Maravillosa noticia, no te vas a arrepentir ─ dijo Filipa tomando sus manos.

─¿Qué tal si lo hacemos mañana?, Necesito tiempo para aprender la rutina─ le dijo Marika.

─Por supuesto, ¿Qué tal mañana en la tarde?, Aquí en el hotel─ le propuso ella.

─Ahhh ... .no se si los del hotel….

─No te preocupes por eso, yo me ocupo de todo─le aseguro Filipa con mucha alegría.

─Está bien entonces nos vemos mañana─ dijo Marika en manera de despedidas y ambos asintieron con una sonrisa en sus caras, a lo que la rusa continuó con su camino.

Mi MusaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora