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Le había hablado en ruso de nuevo, por lo que Aaron no entendió sus palabras por lo tanto se concentró en besarla y quitar todas las prendas que le estorbaba para disfrutar de su cuerpo cómo tanto se deseaba.

La rusa por su parte se dejo hacer encantada por sus besos y caricias que tanto había extrañado de él. Sus manos tan impacientes y deseosas le quitaron la ropa deleitándose con las firmeza de sus músculos.

Había extrañado tanto tocarlo.

Aaron los hizo girar en la cama repartiendo besos por todo su cuello dejando una que otra marca en él camino hasta su sexo, al mismo tiempo que ella dejaba la marca de sus uñas en su espalda.

—Estiende tus piernas para mi Marika, lo más que puedas — le pidió él y ella un tanto sonrojada por su petición lo hizo, él sonrio lasivo — no me vas a rogar que pare de todo él placer que te hare sentir —

—Lo dudo de ti solo quiero más….

******

Marika descansaba plácidamente después de correr se por cuarta vez había caído rendida, al italiano le parecía muy divertido que apesar de ser una atleta se cansara tanto y tan rápido durante él sexo, aunque en todo caso eran dos cosas muy diferentes y él estaba más que encantado y dispuesto a ayudarle en su resistencia durante él sexo.

Siguió tocando su espalda con la llegada de sus dedos pensando en todo lo maravilloso que había llegado a su vida desde que la había conocido a ella, siempre había soñado connuan familia, pero siempre lo vio algo complicado por la forma que hacia su trabajo, también las mujeres con las que tuvo una relación solo les importaba la fama y él lujo que podían obtener a su lado, ninguna compartia su visión de una familia y para él eso era incluso más importante que su trabajo.

Marika había llegado a su vida diciendole que él podía tenerlo todo, junto a ella, sentia que su felicidad dependía por completo de ella y de nadie más, ella y ahora él hijo que tendrían, el resto de lo que le quedaba de vida, que esperaba fueran muchos, los dedicaria a hacer feliz a su mujer e hijos y nada más.

Casi sin darse cuenta se quedo dormido a su lado y cuando se despertó de nuevo ya estaba oscuro y estaba solo en la habitación.

—Marika — la llamo pensando que tal vez estaba en él baño, pero no.

Así que se levantó y tomando unos pantalones salio de la cama en su búsqueda no estaba en la habitación que en un principio se había preparado para ella, bajo al segundo piso donde por fin la encontró.

—Ya despertaste — dijo ella feliz al verlo, estaba sentada en la isla de la cocina disfrutando de unos espaguetis a la boloñesa.

—¿Tu cuando lo hiciste? — le preguntó acercándose a ella y besar su frente.

—Unos 15 minutos creo — contestó antes de llenar una buena porción de pasta a su boca.

—¿Te sirvo? — preguntó Hernesto.

—En unos minutos subiré por una ducha y regreso — contestó para darle otro beso ahora en su mejilla a la rusa e ir por un buen baño.

Quince minutos estaba de regreso con ella que estaba recibiendo su segundo plato de pasta con bastante parmesano, él solo sonrio feliz de su buen apetito. 

—Quiero preguntarle a la doctora si puedo patinar aun, se que cuando me vientre crezca ya no podre hacerlo, pero quiero saber si aun puedo sin que afecte de algún modo mi embarazo — le dijo de repente mientras estaban cenando.

—La llamaremos y podrás hablar tu misma con ella para que salgas de todas tus dudas — le dijo Aaron con tranquilidad, ella sonrio, reafirmando lo que ya sabía, Aaron no controlaba su vida cómo Max le quería hacer ver, Aaron solo buscaba siempre hacerla sentir cómoda y feliz.

—Si gracias — dijo ella feliz.

—No me agradezcas solo quiero que estén bien, nada más — le dijo acariciando su mejilla.

Terminaron de cenar en silencio y cuando terminaron salieron a la terraza de la casa para disfrutar de la fresca noche, que aun estaba un poco fría, pero ya era menos.

—Las prendas que he hecho las tendré que arreglar de nuevo para ti — le aviso.

—¿Por qué? — preguntó ella condida, estaba recostada sobre su pecho.

—Aun faltan tres meses para él desfile, en ese tiempo lo más seguro es que subas de peso y las prendas te ajusten demasiado — le explico. 

—¿Y eso no sería malo?, que se note mi aumento de peso para él desfile — preguntonella preocupada no se había puesto a pensar en eso.

—No claro que no mío piccola — le aseguro él — una de las principales razones por las que elijo a mujeres, normales por así decirlo es que no son mujeres extremadamente delgadas, altas y esbeltas cómo las que acostumbran a estar en las revistas, hago ropa para mujeres reales, nunca le he pedido a ninguna de mis musas antes que baje o no suba de peso para algún desfile y tampoco pienso hacerlo — le dijo él con seguridad.

—Cierto, tus musas — dijo ella cambiando su actitud de repente drasticamente.

—¿Que?— preguntó Aaron confundido con sus palabras y actitud.

—Quiero ir a dormir, estoy cansada — dijo, pero no era del todo cierto.

—Ok te acompaño hasta la habitación — dijo y lo hizo.

Aaron por supuesto noto él cambio repentino en la rusa, pero cómo siempre no tenía ninla menor idea de aque se debía él cambio y también temia preguntarle, porque lo más seguro sería que le hablara en él uniconidioma que no entendía, ruso.

Marika se lavo los dientes y cambio a una cómoda piyama ignorando en todo momento a Aaron que no le quitaba la mirada de encima, hasta que se metió en la cama y se cubrió por completo con las sabanas, para que no la viera y así poder pensar un poco más tranquila.

Lo había olvidado, lo había olvidado por completo.

Aaron era un excelente diseñador de modas, uno de los mejores del mundo y él siempre usaba a una mujer diferente para cada nueva línea de ropa, si él había dicho que la amaba y que estaba absolutamente feliz con ella y su futuro hijo, además de sus deseos de que estén juntos, pero….., su trabajo, ella no le podía pedir que lo dejara, estaba segura que de todas las cosas que ella le podía pedir en la vida esa sería la única que él le diría que no sin dudarlo ni un solo momento y ella no podía ser egoísta, no con él, no cuando él era tan bueno con ella.

Pero, tampoco quería compartirlo, no quería compartirlo con nadie y menos con esas mujeres con las que él trabajaría en él futuro para sus siguientes desfiles de modas.

¿Y si al final se terminaba enamorando de alguna de ellas cómo se había enamorado de ella?

¿Y si al final le termina gustando estar más con la otra y no con ella?

¿Y sinella también le da un hijo?

—No, no, no, no, no, Aarron es solo mío, nadie me lo va a quitar— dijo caprichosa abrazando su almohada.

—¿Y quién es que se supone que me quiere robar?...

Mi MusaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora