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Después de el desayuno Tomas se despidió dejándolos trabajar, mientras lo hacían Marika le enseñaba algunas palabras en ruso, las más básicas que se le ocurría. A Aaron le gustaba, no solo porque aprende otro idioma, si no también, porque mientras ella le enseñaba, Marika estaba más relajada y hablaba más con él.

—¿Cómo dices pequeña en ruso?— le preguntó al mismo tiempo que ajustaba los alfileres de la blusa plisada que le estaba haciendo.

—маленький (Malen'kiy) — dijo ella.

—Malen'kiy — repitió él.

—Da — dijo ella feliz — es un muy buen estudiante — dijo ella con una sonrisa y él la beso.

—Y tu una excelente maestra — aseguró y ella sonrió tímida, un segundo después su expresión cambió totalmente a una de dolor, su pierna le empezó a doler. Aaron enseguida la tomó en brazos para llevarla al asiento más cercano y recostarla, hasta qué pasará.

— ¿Qué tan intenso es? — le preguntó Aaron, estaba desesperado le dolía verla sufrir así y no poder hacer nada para poder evitar su dolor.

— Nueve  —

─ Es más intenso que antes ─ comentó él recordando que en la consulta ella había dicho que su nivel de dolor era ocho en cada episodio.

─ Esto tiene altas y bajas ─ comentó ella masajeando su pierna de arriba abajo, tratando sin mucho éxito que él dolor menguara mientras pasaban los minutos.

─Ya han pasado 8 minutos, también el dolor está durando más tiempo ─ dijo.

─Apenas a pasado un minuto y ya está pasando tambien ─ comento ella tratando de no sonreir.
─¿Por qué sonríes ? ─ le preguntó él.

─Recuerdas todo lo que dije la vez que fui con él terapeuta ─ contestó ella.

─Claro que me acuerdo, te dije que te cuidaría y para hacerlo debo estar pendiente de ti y cómo te sientes ─ le dijo acariciando su mejilla, provocando un suave sonrojo ─ y esto es un indicador de que estás excediendo en los ejercicios ─ le dijo él.

─No es verdad ─ negó ella ─ en realidad esta es la primera vez que he tenido un episodio en toda esta semana que he empezado a hacer ejercicio ─ le dijo con orgullo.

─¿De verdad? o solo lo dices para no darme la razón ─ le preguntó él.

─Pasamos todo el día juntos, hasta dormimos en la misma cama, ¿me has visto cómo ahora antes? ─ le preguntó ella, Aaron pensó por unos minutos en sus palabras, de verdad pasaban la mayoría del tiempo juntos, solo eran por muy pocos momentos que no lo estaban.

─No te veo cuando te duchas, te puede pasar ahí, ya te ha pasado ─ le recordó.

─Pero eso solo fue una vez ─ se defendió ella ─ y ya no siento dolor ahora ─ le informo.

─¿No? ─ preguntó él italiano, mirando la pierna de la rusa la cual estaba roja.

─Si, ya no me duele ─ le aseguro.

─Se te ve muy roja la pierna ─ comentó sin dejar de mirarla.

─Se me quitara en un rato, es por la inflamación ─ comento en realidad no era normal que se inflamara, pero no se lo diría a Aaron, ya de por sí era muy exagerado con sus cuidados no le haría ese comentario, era capaz de llevar la en brazos al hospital, la idea la hizo sonreír.

¿Así que es cómo se siente que le importas a alguien de verdad o solo es por conveniencia?, se preguntó

─¿Ahora por qué sonríes? ─ le preguntó Aaron con interés.

Mi MusaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora