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─¿Qué has dicho? ─ preguntó él sorprendido por las palabras que salieron de su boca, la rusa bufo quejándose, pensando que le había hablado en ruso, pero en realidad lo había dicho en italiano.

─¿Por que es tan difícil?, ¿por qué es tan difícil decirte lo que siento?, es más fácil hablar sola ─ empezó a quejarse ella caminando a escaleras arriba.

─Espera, espera ─ le dijo él cargándola con cuidado para que no siguiera caminando al mismo tiempo que la hacía girar ─ solo te digo que repitas la parte en la que me dijiste que me amas ─ le susurro al oído.

─Si entendiste ─ dijo ella sorprendida.

─Si, lo hice ─ dijo con una radiante sonrisa ─ no era tan difícil decirlo en un idioma que yo entendiera, ¿verdad? ─ preguntó con una sonrisa, feliz de por fin escuchar esas palabras de su boca. 

—No te acostumbres mucho porque no creo que las pueda decir muy a menudo — le advirtió ella con la cara toda roja. 

—Me conformo con escucharte decirlo una vez al día — dijo él con tranquilidad tomándola de la cintura para alzarla y hacer que ella enreda sus piernas en su cadera caminando con ella de esa manera hasta la sala donde tomó asiento en uno de los muebles — espero —

—¿Qué cosa? — preguntó ella confundida.

—Que me digas te amo, no te soltaré hasta que lo digas — le aviso.

—No tengo problema con eso — dijo ella acomodándose mejor sobre él escondiendo su cara en su cuello, Aaron por un momento pensó que ella no estaba hablando en serio, pero si ella se quedó cómodamente acostada sobre su pecho al punto de quedarse dormida justo en ese lugar, donde pasaron cómo tres horas y Aaron tambien se durmió con ella encima de él.

Cuando despertó él estaba solo en la sala, y él sol ya se estaba poniendo, tallando sus ojos al mismo tiempo que bostezaba, empezó a llamar a su musa, pero ella no estaba por ningún lado o al menos no en la planta baja.

Así que subió a su habitación a ver si la encontraba y si, la encontró tomando una ducha, mientras tarareaba una canción que no reconoce para nada. Así que la dejé terminar y la esperé sentada en la cama, hasta que salió.

─Intento dos, ven ─ le tendió la mano para que fuera con él.

─Estoy mojada ─ le recordó ella solo envuelta con una toalla, mientras caían pequeñas gotas de su cabello.

─No importa ─ dijo extendiendo le ambos brazos.

─Al menos me puedo secar él cabello, si lo dejo así me podría enfermar ─ dijo ella y un segundo después él se levantó.

─Tienes toda la razón y no puedo permitir que se enfermen ─ dijo él tomándola de la cintura para hacerla sentar en una de las sillas que había en la habitación, para después buscar la secadora de cabello.

─Me puedo secar él cabello sola Aaron ─ le dijo ella.

─Lo sé, pero tu tambien saber que me gusta consentirte ─ dijo él encendiendo él aparato para empezar a secar su cabello — listo — dijo él con suficiencia después de varios minutos.

—Gracias —

—No tienes porque — dijo besando su mejilla e inclinarse a su lado —haría cualquier cosa por ti, por ambos — dijo tocando su aun plano vientre, ella le sonrió con ternura para después besarlo llena de amor, un amor que aun no sabía expresar bien del todo, porque aún no podía creer que todo lo que le estaba pasando fuera real ─Ma… Ma...— intentó decir Aaron cuando él beso comenzó a tener otro rumbo uno más ardiente, pero marika no lo escucho, solo siguió besándola y quitándome la ropa — un segundo — dijo apartando la por los hombros levantándo se.

—¿Qué? ¿Para qué? — preguntó ella levantándose también, Aaron estaba bastante sorprendido al ver los ojos de su tierna e inocente musa nublado de deseo, no era que se estuviera quejando mucho, pero ...¿por qué él repentino ataque de deseo? —¿ya no quiere estar conmigo? — preguntó ella triste. 

—No, no es eso, yo siempre quiero estar contigo mi amor — le seguro él abrazándola contra su pecho — es solo que me estás distrayendo con tus besos para no decirme lo que quiero escuchar— 

—No es verdad — dijo ella.

—Entonces dime — le pidió él.

—YA lyublyu vas — dijo ella en ruso.

—¿Qué? — preguntó confundido y ella solo rio.

—Yo ya cumplí mi parte — dijo ella para después intentar besarlo, pero él se alejo.

—¿Eso significa te amo?— preguntó él, le había escuchado decir esas palabras varias veces, incluso ella lo decía sin ninguna razón y cuando le preguntaba lo que significaba decía que no era nada importante.

—Si — contestó ella llevando sus manos por dentro de su camisa.

—Marika — la llamó.

—Dime — contestó.

—Llevas diciendo eso desde hace dos semanas — dijo él.

—¿Lo recuerdas? — preguntó sorprendida.

—Si y recuerdo que me decías que no era nada importante cuando te preguntaba — le recordó él.

—Lo decía porque nunca me imaginé que sería correspondido — contestó ella.

—Mi amor — susurró con ternura para después besarla

*********

—Tendrás una oportunidad mañana, cuando ella salga de los ensayos, ella sale a esperar al chófer quién la recoge — le contó ella — yo voy a entretener al chófer, tu aprovecharlo para llevartela lejos —

—Por supuesto, no volverás a saber de ella te lo aseguro — le dijo él. 

*****

Al día siguiente Marika despertó casi a las nueve de la mañana, algo muy raro en ella, pero debido a su estado era algo normal, eso y él gran apetito sexual que había desarrollado después de enterarse que está embarazada.

—Solo un momento antes de irte, tengo que probarte algo — dijo Aaron era la hora de ella ir a sus prácticas de pasarela.

─Claro ─ aceptó sin problemas y él la rodeó con una tela de encaje.

─No, él color te favorece debe ser más suave ─ dijo él mirando cómo le quedaba la tela ─ eso era todo te veo en una horas, no te canses demasiado ─ le dijo dándole un pequeño beso en los labios.

Ella sin decir nada lo tomo del cuello para besarlo de manera más profunda, se sentía bastante perezosa ese día, solo quería quedarse en cama y que él la consintiera toda la tarde, sabía que si ella se lo pedía él lo haría sin dudarlo ni un solo momento, pero no era correcto debía ir a los ensayos.

─Nos vemos en unas horas ─ se despidió ella

Mi MusaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora