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Aaron aunque tenía muchas ganas y deseo no llevo a más las cosas por los siguientes días, eso no significaba que perdía la oportunidad a cada momento,o incluso cuando la ruso no lo llamaba de usted la besa, además ella no ponía ninguna queja.

Por lo tanto, el resto de la semana pasó sin ninguna novedad, bueno, una sí, Aaron a base de mucha, mucha, muchísima, insistencia, además de cerrar la puerta de su habitación en las noche, logro que ella durmiera junto a él en su cama, Marika en un inicio se sentía un poco incómoda respecto a eso, pero no podía negar que le gustaba despertar entre los brazos del italiano, era tan dulce y cariñoso con ella, le encantaba eso, pero algo le decía que no podía sentirse demasiado privilegiada o especial, ya que lo más seguro es que todo eso que él hacía por ella también lo hizo y haría por cualquiera de sus musas.

Cada mañana ella era la primera en despertar y con cuidado de no despertarlo a él, salía de la habitación para refrescarse un poco y cambiarse para salir a trotar cómo cada día, Aaron despertaba media hora después y en lo que se duchaba, se vestía y baja al primer piso, daban justo las siete de la mañana, hora exacta en la que volvía Marika de trotar cómo cada día y él la resina con una beso de buenos días.

—¿Cuánto corres Marika?— preguntó Aaron con interés mientras desayunaban.

—Por está semana cómo estoy empezando un kilómetro nada más — contestó para después tomar de su jugo — en la próxima semana por al menos los primeros tres días, subiré medio kilómetro más y después medio más — le contó.

—Se supone que es ejercicio es solo para mantener la firmeza de los músculos, para aumentar — le recordó él.

— Y para eso es— aseguro ella.

—Te excedes — le dijo él.

—No lo hago, si me estuviera excediendo no me sentiría bien y me siento bien — le aseguró ella.

—Aunque no te sientas bien no lo dices, lo callas — le recordó.

—No lo callo, solo considero que no debería decirlo — se excuso.

—Es lo mismo — dijo Hernesto que le estaba sirviendo el desayuno.

—¿Vez? Incluso, Hernesto lo nota— le dijo él.

—Eso que corro ahora no es nada, antes corría cinco cada día — se encogió de hombros.

—¿Cinco?— preguntaron ambos al mismo tiempo sorprendidos.

—Todos los días, bajo la nieve — contestó ella.

─Pero ya no es necesario que corras así, Marika, ni siquiera se adonde te vas exactamente a correr ─ le dijo él.

─Llegó a los cultivos, le doy una vuelta y regresó ─ le contó ─ por cierto, ¿que tan grande es él lugar? ─ le preguntó con curiosidad.

─Mucho, son más de quince hectáreas ─ contestó él ─ no me digas que se te está ocurriendo recorrer todo el lugar Marika, es peligroso y ¿si te pasa algo mientras corres sola por ahí? ─ preguntó él.

─Eres más negativo que yo ─ comentó ella, pero lo había hecho en ruso, así que él italiano no entendió nada.

─Mi Piccolo, aun no me enseñas ruso, no entiendo nada de lo que me dices ─ le dijo él.

─Dije que eres más negativo que yo y yo siempre pienso en los peores escenarios respecto a todo lo que tiene que ver con mi condición ─ le contó ella ─ siendo sincera, tampoco es que tengo muchas esperanzas para el tratamiento que me harán ─ le contó .

─Pues para eso si deberias ─ le dijo él ─ además en mi caso es diferente ─ se defendió

─¿Por qué contigo es diferente?─ le preguntó.

─Porque soy realista ─

─Yo también lo soy, el tratamiento puede que no funcione conmigo cómo no lo han hecho los otros ─ dijo tranquila. Aaron estaba por objetar de nuevo, pero su celular empezó a sonar avisando le de una llamada, era su padre, ya lo había ignorado mucho sus llamadas, no podía seguir haciéndolo, así que contestó.

─Padre ─

─Al fin contestas ese celular que tienes ─ se quejó su padre.

─Disculpa me ─ le susurro a Marika para levantarse de la mesa ─ si cada vez que me llamaras no me regañaras cómo si fuera un niño te contestara más a menudo─ contestó caminando a la sala, pero desde su lugar podía seguir mirando a Marika desayunar.

─Pues comportate cómo un adulto y te dejare de regañar ─ le dijo él, mientras Aaron solo negó ─¿es cierto que estás trabajando con una nueva mujer? ─ le preguntó.

─Si, es verdad ─ contestó sin dejar de mirar a Marika.

─Al fin, tu mamá te dijo que no lo dejarás que siguieras trabajando ─ le dijo en regaño, su padre también le insistió que buscará una nueva musa en los últimos meses, solo porque había sido algo que su madre le pidió antes de morir.

─Papa ya lo hablamos, las cosas no eran igual después de que mamá no estaba, pero ya encontré a alguien que me inspira incluso más que antes ─ le contó.

─Me alegra escuchar que seguiste al pie de la letra las indicaciones de tu madre ─ dijo su padre complacido y Aaron quedó confundido ─ te visitare en unos días ─ dijo para después colgar, Aaron se quedó mirando su teléfono por unos minutos, para después simplemente dejar de pensar en eso y volver al comedor con Merika ─

─¿Todo bien? ─ le preguntó ella.

─Si, mi padre es un poco intenso a veces ─ contó él.

─No se mucho de tu familia, bueno más bien no se nada de tu familia ─ comentó ella.

─Soy hijo único, aunque Tomas es cómo mi hermano, mi madre murió hace un año, por eso tenía tanto tiempo sin diseñar, ahora solo me queda mi padre ─ le contó.

─¿Hablas mucho con él?─ le preguntó con curiosidad.

─No mucho, cómo te dije, es un poco intenso ─ contestó.

─¿Quién es intenso? ─ preguntó Tomas, entrando en el comedor ─ buenos días ─ saludó, sentándose.

─Mi padre ─ contestó Aaron.

─Interesante diminutivo para no decir que da miedo ─ comentó su amigo con diversión, sorprendiendo a la rusa.

─¿Por qué da miedo? ─ le preguntó la rusa.

─Solo con mirarlo te daría miedo ─ le aseguro él.

─¿A qué debo tu visita tan temprano? ─ le preguntó Aaron.

─Las revistas ya están pidiendo por ustedes ─ le informo.

─Es muy pronto para entrevistas y sesiones de fotos ─ le dijo él italiano.

─Puede ser, pero recuerda que ha pasado un año desde la última vez que tuviste una musa, la prensa quiere saber qué fue lo que viste exactamente en Marika para hacerte salir de lo que parecía tu completo retiro ─ le dijo su amigo.

─Haré entrevistas cuando sea el momento, ahora solo quiero concentrarme en los diseños nada más ─ le dijo Aaron.

─Vamos amigo, solo será una pequeña entrevista , incluso será Cali quién te la hará ─ le dijo.

─¿Está en el país? ─ le preguntó sorprendido, tenía mucho tiempo sin saber de ella.

─Si, ¿todo está bien entre ustedes verdad? ─ le preguntó, ya que la mencionada y Aaron habían tenido algo.

─Si, todo termino bien entre nosotros ─ contestó él un poco incómodo de que le estuviera preguntando ese de lante de Marika.

─Bien, vendrá mañana a hacerte las preguntas, Marika, tu no tienes que preguntar nada si tu no quieres ─ le aseguró él.

─Que bueno ─ dijo ella con una pequeña sonrisa.

Mi MusaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora