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—Te voy a extrañar mucho— le dijo Greta a Marika mientras la abrazaba, se estaban despidiendo ya que ya estaban en el aeropuerto a pocos minutos de la rusa tener que abordar el avión.

—Yo también — dijo Marika abrazándola también.

—El avión nos va a dejar — comentó Tomás que las estaban esperando.

—Me tienes que llamar me y contarme cómo te va con él sexy  Greko— le dijo su amiga en ruso.

—Esta bien lo haré — aceptó ella, se despidió de ella para ir con los demás a abordar.

—¿Tu amiga también es rusa?— le preguntó con curiosidad, ya sentados en los asientos de primera clase, Aaron había pedido que le tocaran asientos juntos.

—No, es inglesa, yo le enseñe ruso y otros idiomas — contestó, se sentía un poco ansiosa, tenía mucho tiempo desde la última vez que había volado.

—¿Cómo cuáles?— preguntó con curiosidad.

—Español, lo poco que se de francés y alemán — contestó simple.

—Sabes muchos idiomas — dijo sorprendido.

—Pase mucho tiempo viajando por las competencias a diferentes países, dónde también me hacían conferencias, por lo que tuve que aprender algunos idiomas para poder entender y contestar dichas preguntas— le explicó, Aaron asintió, luego de eso le indicaron que debían abrocharse los cinturones, ya que iniciaría él despegue.

—¿Te asusta volar?— le preguntó al verla ponerse pálida cuando el avión se empezó a mover.

—Solo el despegue y el aterrizaje —susurro aferrándose a años apoyadores de su asiento.

—Tranquila, pasará en un momento — le aseguró él tranquilizando la.

Le resultaba tan fascinante lo frágil, dulce, tierna e inocente que era, pero también, era fuerte, audaz, ágil, seductora y extrañamente sexy, pero esas últimas cualidades solo las demostraba cuando estaba sobre él hielo, dónde parecía ser su elemento natural, dónde ella se sentía segura y capaz de hacer cualquier cosa, quería ayudarla a que tuviera era misma confianza fuera del hielo.

—¿Que te gusta Marika?— le preguntó cuando estuvieron en el aire, el vuelo sería de unas pocas horas.

—¿Sobre qué?— preguntó ella confundida.

—Lo que sea, además del patinaje y la música, claro — contestó él.

—Leer, cocinar, aunque más bien es aprender los desastre que hago en la cocina— agrego — soy alguien muy simple — se encogió de hombros.

—Dudo mucho que seas alguien simple — comentó él — ¿Qué te gustaría para la línea de ropa?— y ella lo miró cómo si le hubieran salido dos cabezas.

—¿Por qué me pregunta eso?, Ya le había dicho que no de absolutamente nada sobre ropa— le recordó ella.

—Si, eso ya me lo dijiste, pero a lo que me refiero es a lo que te gusta vestir, al final tú serás la cara de la línea que haré y debes estar cómoda con lo que vas a usar — le explicó él — ¿Que no te gusta usar?—

—Corset — contestó de inmediato, él recordó que ella lo había mencionado cuando estaba hablando de los contra de volver con sus padres.

—¿Por qué no te gusta?— le preguntó con curiosidad.

—Antes de las olimpiadas, use un corset por seis meses, según mi madre era para que tuviera él peso ideal para la vompatemcia, por todo ese tiempo estuve bajo una estricta dieta líquida, casi todo lo que tomaba sabía a tierra o vómito — le dijo — mi madre no me permitía quitarme lo en ni gun momento, nisiquiera para dormir—

—Espera, ¿Cómo se supone que dormías con eso puesto?— preguntó sorprendido y asombrado.

—Sentada, en fin, al final tenía una cintura mucho más envidiable que la actriz de la Cenicienta — le contó — me peso estaba por los suelos y ya conoce lo que pasó en las olimpiadas — dijo —Asi que por favor, nada de corset — le pidió.

—Por supuesto, no habrá ninguno — le aseguro —¿Algo más?— preguntó con interés.

—Nada que me quede por encima de las rodillas — dijo, recordando que no le había dicho nada sobre la gran cicatriz que tenía en la pierna.

—No tengo problema con eso — dijo tranquilo, está muy amable de que una mujer para verse bien debía estar mostrando demasiada piel.

—Recuerda que la línea será de primavera verano — le dijo Tomás, que estaba en los asientos del frente.

—¿Harás trajes de baño?— preguntó sorprendida y preocupada, a ella nadie le dijo que tenía que modelar semidesnuda.

—No, no acostumbro a hacer trajes de baño, no es algo que me llame la atención — le dijo para tranquilizarla — Tomas se refiere a que vamos a tener que buscar un punto intermedio entre lo que te sientas cómoda y lo que será adecuado vender, ya que en verano no sería muy agradable para las mujeres estar con ropa demasiado larga con todo el calor que hace — le explicó. Ella asintió entendiendo lo que decía, además de regalarse por no haberle dicho antes sobre la cicatriz de su pierna — ¿Que pasa?— le preguntó al verla pensativa.

—Debí haberte dicho algo antes de firmar el contrato — contestó.

—¿Que?—

—Una enorme cicatriz que cubre casi todo mi muslo derecho — le contó.

—La que te quedó después de tu accidente —

—Después del accidente y la operación para reconstruir el hueso quedó mucho más grande, llega casi a mi rodilla, no es muy agradable para mí que esté a la vista —

—Entiendo que no debe serlo, pero considero que no es algo por lo que debes sentirte avergonzada, si no orgullosa porque te recuperaste de algo así y ahora eres mucho más fuerte — dijo él.

— Greta me dice lo mismo — comento —pero aún no estoy preparada para eso...

Mi MusaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora