Capítulo 7: La reunión con el señor Marsh

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Craig se quedó todo el rato a mi lado, hasta que fue tarde y me acompañó a la ducha para prepararme para la reunión. Por suerte, me proporcionaron ropa limpia cada vez que me duchaba. A Craig se le encendieron las mejillas cuando me vió salir con el pelo mojado.

Poco a poco, me llevó hasta el despacho de Randy, que se encontraba en la parte industrial, por lo que pasé otra vez por ese pasillo tan largo. Por el camino, una señora pasó por mi lado. Tenía el pelo castaño con muchas canas blancas. Llevaba unas gafas rojas, las típicas que llevan las bibliotecarias. Un momento, es... ¿Sharon Marsh? Disimuladamente se lo pregunté a Craig.

Clyde: ¿Esa era Sharon?

Craig: Si, pobrecilla. Randy no la deja salir para nada. No puede ir a la peluquería para teñirse y tampoco puede quedar con sus amigas. Es realmente triste lo que hace la riqueza. Randy tiene miedo que la usen para hacerle chantaje.

Clyde: ¿Y por qué no se separan? Si es infeliz debería hacerlo.

Craig: No puede, tiene miedo de Randy. La última vez que intentó divorciarse, Randy la ató en la chimenea y no la dejó ir hasta que le juró lealtad. Randy realmente ha perdido el juicio, por eso te recomiendo que vayas con mucho cuidado o acabarás peor que Sharon.

Eso me dejó reflexionando, pero llegamos al despacho de Randy y tuve que reaccionar. Había dos guardaespaldas en la puerta, que nos la abrieron cuando Randy, a través de un auricular, les dio autorización.

Randy: Bienvenido, oficial Donovan. ¿Cómo está siendo su experiencia en la finca Tegridad? ¿Ha sido de su agrado? - Decía sarcásticamente.

Clyde: Sí, señor Marsh, ha sido una experiencia deliciosamente horrible.

Randy: ¡Fantástico! Aunque he recibido quejas de uno de nuestros empleados. ¿No intentarás hacerte el superior, verdad?

Clyde: Quien sabe, aunque realmente Tweek era un llorón, fue muy fácil irritarle. - dije muy tranquilo.

Randy: Bueno, al menos en algo coincidimos.

Clyde: Por cierto, ¿Cómo está Sharon?

Randy: ¿No la has visto por aquí? Está contenta por poder estar a mi lado. - levanté una ceja. - ¿A caso opinas lo contrario?

Clyde: Todos necesitamos una persona que nos cuide y nos ayude, pero no podemos dejar que esta persona nos llegue jamás a controlar, sino perdemos nuestra libertad, que tanto buscábamos en un principio.

Randy: ¿Qué insinuas? - me quedé callado, con la ceja levantada. - ¡Responde cabrón!

Clyde: Insinuo que abusar física o verbalmente de una mujer te costará unos cinco años en la trena. Yo de tu repensaría mis cartas.

Randy: ¡Basta! ¿Realmente crees poder hablar así delante del hombre que decidirá si vives o mueres? Eres realmente despreciable.

Clyde: Puede que suenes amenazador, pero solo lo haces porque nadie de tu familia te apoyó al empezar en el negocio de la marihuana. Todo esto la haces para que vuelvan a ti. - él estaba atónito mientras me escuchaba con atención- Ni tu mujer ni tus dos hijos valoran todo lo que tienes, es por eso que quieres más, para creerte más especial aún, pero las cosas no funcionan así. No puedes ganarte su amor o admiración con un negocio irrespetuoso que maneja dinero sucio a las espaldas de la policía.

Randy: He de reconocer que tienes agallas, te dejaré vivir unos días más. Creo que tenerte por aquí será divertido, pero la semana que viene serás hombre muerto, ¿me has oído?

Clyde: Perfectamente, Randy. - los guardias me empezaban a arrastrar hasta mi cuarto cuando pensé en preguntarle. - Por cierto, ¿Realmente te crees capaz de ganar unas elecciones nacionales?

South Park: Mi futuro junto a ti (Cryde/gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora