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AÑO 2011

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AÑO 2011

ORFANATO PARADISE

Para Hange Zoe nunca fueron fáciles las cosas. Desde pequeña su familia la hacía de lado por ser diferente, creció en un hogar sumamente conservador y muy estricto que nunca pudo dejarla crecer hasta que fue a estudiar ciencias a la universidad, fueron dos años luego de estar allí dónde conoció al mejor hombre que había pisado ese mundo, Moblit Berner.

Moblit era un simple muchacho de campo que había conseguido una beca para estudiar en la ciudad y se cruzaban bastante en el campus, ya que tenían algunos amigos en común. El castaño era un hombre sencillo, bastante amable y siempre estaba pendiente que la estrafalaria muchacha no se lastimase con algunos de sus experimentos.

Fue casi inevitable para la castaña enamorarse de ese hombre y no dudó mucho en pedirle matrimonio después de salir por más de tres años. Obviamente su familia no aceptó la unión de esas dos personas tan distintas, por esa misma razón Hange tomó sus cosas y prometió nunca volverlos a ver hasta que acepten al amor de su vida, quizá fue una reacción algo extrema, pero sus padres nunca volvieron a cruzarse en su vida luego de ese día.

Tuvo que entrar al altar con su mejor amigo rubio del brazo, pero nada le importó cuándo vió el rostro de Moblit y murmuraron esas palabras de amor tan nobles. No pasó mucho tiempo antes que ambos lograrán cierta estabilidad económica, ella como profesora de ciencias en una secundaria local y él siendo secretario de un importante empresario. Su vida era feliz, tranquila y sumamente interesante junto al hombre que amaba.

Pero algo faltaba y lo supo en el mismo momento que Erwin llegó en brazos con una pequeña niña de cabellos oscuros de tres años en brazos, esa bebé era hija del rubio y no había tenido la oportunidad de criarla hasta ese momento. Hange todavía recordaba ese día, jugó con la pequeña niña durante todo el día y supo en ese mismo instante que todavía tenía una cuenta pendiente.

La castaña le planteó a su esposo la idea de tener un niño y el menor estuvo totalmente encantado con la idea. Fue ahí que la búsqueda comenzó, pero luego de largos meses no daba ningún tipo de fruto, preocupando a la joven pareja que no sabían con exactitud que ocurría.

Hange no podía tener hijos. El doctor les informó que era imposible para ella concebir y eso provocó un hueco muy grande en el corazón de la pobre castaña, pensando que nunca podría ser madre en lo que le quedaba de vida. Pero ahí estaba, luego de muchas entrevistas con distintas personas, apunto de tomar la decisión más grande de su vida luego de enfrentarse con sus padres para que acepten a Moblit.

El pecho de Hange se llenó cuándo por fin entró a la enorme habitación que la encargada del orfanato le había indicado. Las paredes amarillas y las risas de los niños fue lo primero que la recibió, habían pequeños corriendo de un lado para el otro, algunos simplemente dibujando, otros leyendo libros que quizá eran más grande que ellos y algunos simplemente tomando la siesta acurrucados junto a la dulce muchacha que les leía algunos cuentos.

Queen of disaster; Jean KirsteinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora