A Irene lo único que le importa es el dinero, a Seulgi, una oportunidad.
Irene es una empresaria exitosa que a sus cortos veintiséis años heredo la empresa de su padre recientemente fallecido. Seulgi es una muchacha de veintidós años que estudia art...
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pov. Seulgi
– Aquí pongo todas las cuentas de la empresa, esto de aquí es lo que entra y esto, es lo que sale. A fin de mes, ambos tienen que dar lo mismo, o en todo caso tener más ganancia. De forma que si esto da irregular o presenta pérdida, es decir, sale más de lo que entra, significa que ese mes no.. – Irene me hablaba mientras me señalaba su pantalla, en su oficina, el jueves por la mañana. No podía ignorar su aroma embriagante y por más que intentará prestarle atención, me ponía nerviosa haber tenido que acercarme y agacharme a su altura cerca de la pantalla para entender su explicación.
Mis ojos traicioneros se perdían en su cuello que dejaba a la vista. Tuve que darme un cachetazo mental y enfocarme en las instrucciones, mientras asentía. De vez en cuando me miraba para chequear que hubiese entendido. – El lunes se cumple un mes. – me dice cuando termina de explicar, lo que me obliga a enderezarme. Ella se para de la silla y comienza a apilar y acomodar carpetas.
– Se pasó rápido. – digo simplemente, nerviosa por si tendré oportunidad en ese lugar.
– Bueno, debes saber que no te hubiese explicado todas estas cosas si no te fueses a quedar.
– ¿E–en serio? – digo con inquietud, perdiendo por un momento la compostura. El dinero que ganaba ahí me venía muy bien, era más de lo que esperaba, e incluso me permitía ir ahorrando cada mes para volver a la escuela de arte.
– Sí. – dice, casi sonriente – Voy a tener el contrato el lunes. Felicidades, supongo, aunque la que tendría que estar agradecida soy yo. – Quería abrazarla, reír como una loca, gritar, pero tuve que contenerme.
Al final, sonreí naturalmente, porque no podía evitar eso. – Muchísimas gracias Irene, de verdad.
– Hay otra cosa. – dice mientras se vuelve a sentar tras su inmenso escritorio – El lunes vas a tener que preparar un viaje de negocios. Supongo que nunca has ido a uno, pero por eso es importante la disponibilidad. – dice mientras me muevo frente a ella, con la mesa separándonos – Nos vamos a Japón. ¿Alguna vez haz preparado un viaje?
– Sí. – digo sin dar detalles – No he salido del país pero, he preparado viajes.
– Oh, bueno, eso es un alivio. – asiento – Me parece mejor si partimos el miércoles, no estoy segura si volveremos el viernes o el sábado.
– Me fijaré qué vuelos hay esos días.
– Okay. – asiente – Por favor, para el jueves tenemos que estar ahí.
– Entiendo. Sería mejor si me pasará las empresas que vamos a frecuentar, para conseguir una mejor ubicación. – Gracias Joy por enseñarme todo esto.
– Cierto – dijo mientras sacaba un papel y anotaba direcciones desde su computadora –
Me dio el papel junto con su documentación necesario. Parecía que sabía lo que hacía, pero realmente me guiaba por lo que me había dicho Joy, quien parecía brillar en su ausencia esa semana.
