A Irene lo único que le importa es el dinero, a Seulgi, una oportunidad.
Irene es una empresaria exitosa que a sus cortos veintiséis años heredo la empresa de su padre recientemente fallecido. Seulgi es una muchacha de veintidós años que estudia art...
Nota: Siento que cuando toquen los capítulos pov. Irene, se van a sorprender mucho! Quería decirles gracias, por votar y comentar, significa mucho para mí <3
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pov. Seulgi
capítulo trece: japón (última parte)
– Wow.. ¿Estás bien? Estás rojísima. – fue lo primero que me dijo Sana al verme. Estaba tratando con todas mis fuerzas de recordar las palabras exactas que me había dicho Irene hacía apenas unos minutos para que Sana me las traduzca, pero no podía.
Fue como escuchar idioma alien, sobretodo por la mirada de Irene de la cual era muy difícil escapar.
– Eh.. si. Lo siento. ¿Cómo estás? – pregunto –
– Muy bien, gracias. Al final llegaste a tiempo. – me sonríe mientras saca mi manga favorito que en la vida pensé tener, y me lo entrega.
– ¡Ay! Que bien – felizmente agarro aquello que era casi un tesoro para mí – Muchas gracias por guardarlo.
– No es nada. – me responde amablemente –
Termino pagando y despidiéndome de Sana, y prometiendo que si alguna vez volvía a ir a Japón, visitaría la tienda nuevamente. Caminando por las calles de Akihabara, escuchó mi teléfono sonar. Era la muy solicitada Joy, quién no me respondía los mensajes desde ayer.
– Hola Seulgi, ¿Cómo..
– ¿Le dijiste a Irene que comía como un cerdo? ¿Por qué? ¿Y qué más le contaste? ¿Acaso sabe que estoy..
– ¿Flechada? ¿Enamorada? ¿Perdida en sus ojos? ¿Esclava de su figura? – rodé los ojos –
– Hablo en serio – dije seriamente –
– Claro que no Seulgi, deja de ser tan paranoica. – dice con su característico tono relajado – Mañana vuelves, cuéntame que tal todo hasta ahora, ¿Te gusta Japón?
– Sí, hay mucho que hacer aquí. Y es tan diferente a Corea.
– Lo sé, sobretodo esa ciudad es un maldito circo. – me dice riéndose – Uf, si estuviese ahí te llevaría a las mejores discotecas y te olvidarías muy rápido de tu jefa, por tu bien. – seguía riéndose, pero no pude evitar notar algo –
– ¿Por mí bien? – pregunté, curiosa. Joy dejó de reír casi al instante, y podría jurar que tragó saliva.
– Bueno.. Es tu jefa, ¿No? Ya eso es mucha complicación. – dijo simplemente, restándole importancia – ¿Qué tal ella contigo? La maldita a penas me responde. Dice que está cansada todo el tiempo.
No tan cansada para salir a comer conmigo, pero es un detalle que iba a conservar. Con el manga ante mi brazo y el celular en el otro, iba esquivando gente lo más que podía.
– Bueno, ella conoce todo aquí como la palma de su mano. Además habla un japónes perfecto. Tendrías que haberles visto la cara a todos los empresarios cuando empezó la presentación, fue increíble. Ella fue..
