capítulo cinco: red flavor.

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pov Seulgi

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pov Seulgi

Joy, quien parecía ser un barril sin fondo, estaba frente a mí devorándose casi la mitad del menú de la cafetería de Wendy, "Red Flavor". Era martes por la tarde, la nieve estaba bajando y los buses comenzaban a andar, por lo que ese día Irene no pasó a buscarme. La vi poco y nada, a decir verdad. Hizo todo rápido y se despidió de mí, lucía apurada, y se fue mucho más temprano de lo habitual. 

Joy aprovechó esto y me pidió que la llevará a la muy nombrada cafetería. Nunca imaginé la cantidad de comida que se iría a pedir, pero tampoco me quejaba, porque me permitía agarrar todo lo que quisiese (además de beneficiar a Wen, claro).

– Hoy no tuvo un buen día. – me dice, cuando por fin la veo tragar – No me corresponde decirte, pero no creo que mañana se presenté a trabajar. – informa –

– Oh – dije, y la curiosidad me carcomía – ¿Está enferma?

– Mm, no, ella no es la que está enferma. – alza la mirada y me mira detenidamente, como si se quisiera retractar – Olvida lo que dije. ¿Te dijo cuando iba a cambiar el horario?

– Eh.. Sí – dije algo desorientada – La semana que viene ya entraremos a las nueve.

– Al fin, como todas las demás empresas. – dice rodando los ojos, lo que me hizo reír – ¿Sabes? Episodios como lo del otro día en la reunión suceden bastante. A veces pienso que les cuesta aceptar que una mujer sea la gran jefa. Incluso ha tenido que despedir empleados que hablaban a sus espaldas.

– Todos los de nuestro piso se ven amables. – dije mientras le daba una mordida al delicioso pastel de manzana –

– Sí.. la verdad no tengo ni idea, no me interesa nadie como para hablarles.

– ¿Y qué hay de mí?

– Bueno, tenía que saber que Irene tenía alguien bueno a su lado. Y resulta que sí. – dijo dedicándome una sonrisa, y yo se la devolví. Aunque me daba cierto temor, me agradaba mucho Joy  –

Wendy, quien hasta ese momento se había encontrado en alguna parte de la cocina, aparece en nuestra mesa con su típica sonrisa de oreja a oreja. – ¡Viniste! – me dijo –

– Sí, a pedido de Joy. – presentó – Joy, ella es Wendy. Mi..

– Compañera de piso – contesta Joy – Un gusto. – dijo mientras la miraba con una sonrisa.. ¿Juguetona?

– Ah, un gusto también. – dijo casi sonrojada, no la podía culpar, Joy tenía una mirada y presencia muy intensa.

– Todo esto está delicioso, el lugar es muy bonito, creo que voy a venir más seguido. – le comenta Joy –

– Oh, eso sería genial.

– Sigo aquí – dije, sintiéndome ignorada –

– ¿No tenías que ir al baño? – preguntó simplemente Joy, invitándome a que me fuera. Miré a Wendy en busca de que se negará pero estaba demasiado embobada con la más alta, rodé los ojos y me dirigí al lavado –

polos opuestos ; seulreneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora