Notita: Hola! Si no actualizo mañana, actualizo pasado. Gracias por todo el apoyo, me hacen muy feliz<333
Seulgi miraba a Joy con ojos intensos mientras ambas desayunaban. Fue muy amable de su parte guardarle comida, pero sentía tantos nervios de ver a Irene, que difícilmente estaba comiendo pese a su gran apetito. Se moría de ganas de contarle lo del beso, pero sabía que su jefa se enojaría. Era claro que no pensaba contárselo a Joy, y ella estaba a punto de ceder.
Necesitaba saber que pensaba Joy del acto impulsivo de Irene.
Después de todo, la conocía más que nadie.
−¿Qué me mirás? − Joy pregunta con la boca llena y el ceño fruncido.
−Eh.. Noto que no tienes ni un signo de jaqueca, estás como nueva. − casi tartamudea.
−Ah, sí, la costumbre. − alza los hombros –Hablé con Irene esta mañana así que ya está todo arreglado.
−Oh. − se mordió la lengua −¿Y qué te dijo?
−Sorprendentemente, me pidió perdón. Aunque obvio la obligué a que me haga un cheque y me pidió toda está comida, yo creo que ya la voy a perdonar a no ser que quiera algo mas tarde. − se pone pensativa por unos momentos –Mm.. Quizá le puedo pedir que nos pague el sushi para la cena. − ambas ríen mientras siguen comiendo todo lo que pagó Irene –La única buena razón por la que puedo entender que te gusta es por esto, es como una sugar.. mommy. Y está buena.
Seulgi se pone colorada hasta las orejas. Tenía la confesión en la punta de la lengua, pero se la tragó. −Deja de burlarme con eso. − dijo simplemente, cohibida.
Joy suspira y la mira con atención. −¿Así que fuiste a la tienda de la que me hablaste?
−Sí. − agradece el cambio de tema – Le pedí a Sana si me podía enseñar japonés, ya que vamos a venir muy seguido.
−¿Y qué tal esa Sana? ¿Es linda? − indaga.
−Sí, es linda. − soltó naturalmente – Además tienen cosas muy buenas y baratas en su tienda.
−¿Y accedió a enseñarte japonés?
−Ajam.
−¿Y cuánto le pagarás?
−Nada – frunce el ceño –No quiso que le pagará. Me dijo que le dibujase algo.
−Quizás le gustas. − advierte esa idea, que suena bastante confusa en la cabeza de Seulgi.
−Solo la he visto tres veces.
−¿Y? Seguro a Irene te bastó con verla una sola vez. − se hecho a reír, pero esta vez sola.
Había algo del tono de burla de Joy respecto a su situación con Irene que la molestaba un poco, ciertamente, antes de la noche anterior recibía esos chistes como si nada porque sabía muy bien que era imposible que pasase algo con su jefa. Era como un amor platónico; prohibido. Y se ajustó a esa idea, pese a le hiciese doler en algunas ocasiones. Lo cierto era que después del beso, el panorama era diferente. Ni siquiera fue ella la que accionó. Y quería decírselo a la más alta, cómo si en realidad quisiera decirle que cerrara la boca, pero no podía. Era extremadamente peligroso por muchas razones, y los tres meses que llevaba viendo a Irene casi todos los días y sabiendo lo privada que era con todo lo que pasase en su vida, le eran suficientes para entender que decirle a la más alta era un muy mal movimiento.
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polos opuestos ; seulrene
Fiksi PenggemarA Irene lo único que le importa es el dinero, a Seulgi, una oportunidad. Irene es una empresaria exitosa que a sus cortos veintiséis años heredo la empresa de su padre recientemente fallecido. Seulgi es una muchacha de veintidós años que estudia art...