A Irene lo único que le importa es el dinero, a Seulgi, una oportunidad.
Irene es una empresaria exitosa que a sus cortos veintiséis años heredo la empresa de su padre recientemente fallecido. Seulgi es una muchacha de veintidós años que estudia art...
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– Hola. – se acerca una chica, hablándome en coreano – ¿Eres la secretaria de Irene? – No podía decir si su tono era amable o no, y no quería volver a pasar por una situación similar a la que tuve en los pasillos con aquel idiota.
– Sí. – digo simplemente, sin saber sus intenciones –
– Ah, genial, venía a invitarte porque te he visto sola, las secretarias estamos por aquí. – me dice en un tono amable, y asiento, siguiéndola – Soy Jennie, por cierto.
– Oh, Soy Seulgi.
– ¿Eres nueva, no?
– Sí.
– ¿Tu primera vez como secretaria?
– La verdad es que sí.
– Yo también. Es mucho para hacer, ¿No? A veces siento que hacemos más que los jefes – me dice mientras nos acercamos a un escaso grupo de mujeres, quiénes hablaban animadamente –
– Me dijo "Así no se hace, o lo haces bien o tendré que reemplazarte" Y me enoje tanto porque no era mi culpa que decidieran cortar la luz en ese horario y no alcanzará a guardar las cosas en el programa, que para variar se me trabo todo. – relataba una chica alta – De verdad que idiota, no veo la hora de juntar el dinero que debo juntar e irme. –
– Chicas, esta es Seulgi y creo que ya la espantaron. – me presenta Jennie, luciendo algo divertida. Yo también, la chica alta hablaba con tanta rabia que era difícil entender que su jefe estaba a solo unos pasos.
– Hola – digo algo tímida
– Soy Lisa – se presenta la chica alta, quién tenía un estilo más despreocupado, con el cabello rubio corto pasando apenas sus hombros – Y disculpa que te haya recibido así, pero bueno, ¿Quién no odia a su jefe? –
– Soy Jisoo, un gusto. – me saluda una chica más bajita, muy hermosa y encorvada, me daba la impresión de ser esas chicas correctas y dedicadas, por su impecable atuendo.
– Y yo soy Rosé, mucho gusto, ¿Primera vez aquí? – una chica muy alta también, pregunta en un tono amable –
– Sí, es mi primer viaje de negocios.
– Es su primera vez como secretaria – informa Jennie –
– Vaya.. ¿Y qué tal? ¿Cuáles son tus quejas? El mío llega a la hora que quiere y básicamente tengo que encargarme de todo yo, mi trabajo más el suyo. – dice Rosé, mientras rueda los ojos –
Me sentí un poco mal por ellas, sus jefes eran un infierno, y yo solo podía pensar que Irene había pedido mucho sushi porque se enteró de mi enorme apetito.
– No tengo quejas. – dije sincera – Creo que para ser mi primera vez haciendo este trabajo, tuve suerte.
– Aquí Jisoo fue secretaria de Irene por un tiempo, ¿No? – dice Lisa – Te quejabas mucho en ese entonces. – casi sin darme cuenta, fruncí el ceño –
