Phenomenon | j.b

Capítulo 41.

Capítulo 41.

Tyler POV.

-¿Por qué estás mintiéndome, Tyler? –Lucas se acercó agresivamente hacia mí– Yo sé que sabes dónde está Jean. 

-¿Por qué habría de saberlo? Ella sólo se largó sin decirle nada a nadie –Le contesté seguro. Sabía que sólo hacía que Lucas se sacara de quicio– Lo único que sé es que no está aquí.

-¡Lucas! –Le gritó una joven– Justin tampoco está en el colegio. Él se la llevó de aquí.

-¿Cómo no me sorprende? –Se dijo a sí mismo, mientras que se daba vuelta– Quizá no fueron muy lejos. Cecilia, lo más seguro es que regresarán al colegio.

-Vendré a vigilar, señor –Dijo la misma joven. Cecilia.

Lucas, cruzó la gran puerta de roble, desapareciendo en la oscuridad. Cecilia, salió de tras de él. 
Los pocos alumnos que estaban en el gran comedor, comían silenciosamente. Nadie decía ninguna palabra. 

En medio de una de las mesas, comía silenciosamente Dainara. Nadie estaba a su lado; así que decidí acercarme a ella, para hacerle compañía. Ella al verme, me sonrió y continuó comiéndose su ensalada. 

-¿Todo bien? –Le pregunté, ella tomó un trago de su jugo de manzana.

-No en realidad –Me miró a los ojos, y noté un hermoso brillo en los ojos de ella– ¿Crees que estén bien? 

-Claro que lo creo. Justin adora a Jean, y se asegurará que esté bien. Mientras permanezcan juntos, todo estará bien.

-Ambos hacen linda pareja, ¿No lo crees? –Dainara se recargó en mi hombro, dejando su ensalada a un lado. En ese instante recordé mi fallido intento de relacionarme sentimentalmente con Jean.

-Sí –La abracé, ella me regresó el abrazo y su aroma me atrapó– Dainara, ¿Tú has estado enamorada de alguien alguna vez?

-Amé a alguien, pero, ése alguien amaba a alguien más. Y decidí dejar de luchar por algo imposible –Cada una de sus palabras hizo que mi corazón entristeciera– ¿Tú has estado enamorado alguna vez? 

-No en realidad –Acaricié su hombro– Pero, creo que eso podría cambiar.

-¿De qué hablas? –Me preguntó mientras se separaba de mí.

-Yo no sé –Reí. 

Emily POV.

Sumergí nuevamente mi cuerpo en la fría agua del río. Era entretenido ver como Chaz y Christian apenas tocaban el agua con un dedo del pie. Mi madre, decidió dejarnos, mientras que iba a comprar cosas que necesitaba para la cena. Nadé hacia unas rocas grandes, y me recargué en ellas. Al otro lado del río, había una nutria, que jugueteaba en el agua junto a sus bebés. 

-¿Saben? Iré a alcanzar a Pattie en la tienda. Ya me aburrí –Dijo Chaz– Nos vemos más tarde.

-Chau –Dije mientras me acercaba a las nutrias– Hola lindas –Comencé a hablar torpemente. 

Christian, se quitó su camisa, y nadó hacia mi lado. Noté que estaba muriéndose de frío, así que comencé a reír.

-Estas muriéndote de frío, ¿Por qué no regresamos a la casa? –Le dije.

-Estoy bien.

-Oh vamos, no necesitas hacerte el fuerte. 

-No, en serio –Me sonrió– Estoy bien.

-De acuerdo, entonces –Comencé a lanzarle agua a su cabello. El aún no se lo había mojado. El comenzó a gritar como una niña y yo comencé a perseguirlo, y lanzarle agua. El ya se había sumergido en el agua, pero yo aún así seguía jugando con él.

-¡Eres mala! –Dijo riendo, mientras que me lanzaba agua. Las nutrias se asustaron y nadaron lejos de nosotros– Me las vas a pagar Em.

-¡Alcánzame primero!

Comencé a nadar, siguiendo la corriente del río, Christian fue tras mío, y me alcanzó con facilidad. Me abrazó por dé tras. 

-Te tengo –Dijo él. 

-No se vale –Traté de zafarme– ¿Qué tal dos de tres?

-No –Río.

-Bueno, entonces, ¿Cuál será mi castigo? –Me giré, y quedamos cara a cara.

-Mmm...

Él se detuvo, pero no me soltó. Me quedé observando sus bellísimos ojos verdes, y vi como su rostro se aproximaba al mío. Contuve mi respiración y cerré mis ojos. Luego, sentí la presión de sus labios contra los míos.