Capítulo 25.

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Capítulo 25:

Me recosté sobre mi cama, y comenzaron a pasar por mi mente, todos los besos que él y yo habíamos compartido. La emoción y la felicidad no cabían en mi cuerpo. 

Dainara, no se encontraba en nuestra habitación. Seguro, y estaba al lado de Christian, preguntándose por que estaría herido, o quizás estaba con Omi, enterándose de los últimos chismes que rondaban por el colegio. Miré por la ventana, y me encontré con una escena para fotografía. El alba, se encontraba a punto de llegar, y las nubes comenzaron a teñirse de un hermoso color naranja. Las aves, comenzaron a despedir al sol, y se marcharon hacia el norte. Era algo precioso. 

Cubrí mi cuerpo con una sábana, y cerré mis ojos, tratando de quedar dormida. 

Un fuerte sonido, fue el que hizo que me levantara de golpe. Abrí mis ojos como platos, y logré ver una figura entrando a la habitación. Era un hombre. No lograba distinguirle el rostro, ya que la oscuridad rebozaba toda la habitación. Miré la cama de Daai, ella no se encontraba. 

Miré fijamente a aquel hombre, que reflejaba alrededor de 29 años de edad, y él hacía lo mismo, me miraba fijamente desde el marco de la puerta. Estaba inmóvil. El pánico comenzó a invadirme. No sabía quién era, ni que hacía aquí, ni mucho menos sabía sus intenciones.

-¿Quién eres? –Le pregunté, con la voz entre cortada. Tenía miedo.

-Tranquila preciosa, no vengo a hacerte daño. –Se acercó a mí, y se sentó al costado de mí cama.

-Aún no contestas mi pregunta. –Repliqué.– ¿Quién eres? 

-Eres valiente. Me gusta. –Acaricio mi mejilla, haciendo que un escalofrío recorriera mi cuerpo.– Creo, que aún no estás lista.

-¿Lista para qué? –Quise saber. Mis manos, comenzaron a temblar.

-Vendré por ti luego, preciosa. Cuándo estés preparada.

-¿Qué es lo que quieres? 

-Lo sabrás pronto. –Se paró de mí cama y besó mi mejilla. 

Se dirigió a la puerta, pero la puerta se cerró. Cerré la puerta. Él regresó su mirada, y gracias a la luz de la luna, logré ver sus ojos. Unos ojos azules, tan azules como el océano mismo. Él soltó una carcajada.

-¿Qué es tan gracioso? –Pregunté, levantándome de mi cama. 

-Me sorprendes querida. –Contestó, acercándose a mí.

-Aléjate de mí. –Giré mi muñeca, e instantáneamente, su cuerpo yacía en el suelo.– Contesta mis preguntas, ahora. 

-Woo, creo que Rayne te ha subestimado. Eres fuerte.

-Más de lo que piensas. –Sus muñecas, se pegaron al suelo, como sí trajera puestas unas esposas. Él no escaparía, hasta que yo consiguiera las respuestas que necesitaba. 

-Y además eres preciosa. –Sonrió pícaramente. Se me revolvió el estómago. 

-Para ya y contesta mis preguntas, ¿Quién eres?

-Lucas Williams, a tu servicio. –Me sonrió.– Y tú eres Jean Gray, ¿No es así?

Me quedé paralizada en ése momento. Él era Lucas, el hermano de Rayne, quien quería destruir a los humanos, quien quería usarme como un arma, quien quería convencer a los alumnos del colegio que este no era su lugar. 

-Así que, has oído hablar de mí. –Contesté, tratando ser fuerte. 

-Más de lo que piensas, por cierto, conozco un mirador, al que podría llevarte algún día.

-¿Mirador? 

-Podrías ver las estrellas mejor que nunca. –Río. 

-Basta de juegos, Lucas. –Giré su brazo.– ¿Por qué haces esto? 

-¿Esto que, preciosa?

-¡Por qué quieres destruir a los humanos! Y deja de llamarme preciosa.

-Me sorprendes, Jean. Dímelo tú. Los humanos te han hecho sufrir, tus mismos padres, ellos no te querían, sólo por ser evolución. –Sentí una punzada al corazón.– Aquellos jóvenes que te hirieron cuándo tenías nueve años. 

-¿Como sabes todo eso? –Pregunté, con los ojos llenos de agua.

-Rayne es mi hermana gemela, nuestras mentes están conectadas. Ella ha tenido su mente bloqueada por los últimos años, pero, comenzó a exponerse hace unos días, por cierto, ese tal Justin es buen partido. Pero, yo que tú, preferiría saber el pasado de alguien antes de enamorarme de él. Podría hacerte daño.

-Conozco a Justin, y él jamás me haría daño. –Contesté con seguridad.

-Yo no estaría tan seguro.

Noté que una sonrisa llenó su rostro, y de un segundo a otro, una mujer apareció en la habitación. Tenía un cuerpo hermoso, formidable, era lo único que logré distinguir. Ella tomó a Lucas con su mano derecha, y en un abrir y cerrar de ojos, ambos desaparecieron de la habitación.

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oh por dios, diganme si no odian a lucas. 

bueno no quiero dejarles con las ganas asi que... otro más al lado →

Phenomenon | j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora