Capítulo 11.

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Capítulo 11:

Decidí olvidarme completamente del asunto del baile, aún quedaban unas semanas para estar fijándome en eso ahora. Daai y Omi decidieron ir ése día por el vestido. Yo me quedé en la habitación, mientras que leía un poco él libro de francés. Me sentía feliz en ésos momentos, aunque sólo estuviera sentada sobre mi cama, leyendo un libro de francés, me sentía cómoda, sabía que no le causaba daño a nadie, sabía que acá podía ser yo, sin que me importara lo que los de más pensaran, sin que los psicólogos estén dándome sesiones cada dos días. Esto sí era una vida, la que estoy viviendo ahora.

Lentamente pasaron los días y cada vez me sentía más cómoda en mi nuevo hogar, cada vez me sentía mejor con migo misma. Daai y Omi ahora eran mis mejores amigas, cosa con la que no contaba desde hace mucho tiempo. Hoy es viernes, son las 5:30 y Omi y Daai están arreglándose para una reunión fuera del colegio, una en la que asistiría Christian. Daai pensaba qué hoy día era su oportunidad de demostrarle a Christian quién era Dainara Carrasco, mientras que Omi tenía la vaga esperanza de qué Justin se presentara en aquella reunión. Últimamente, yo había tratado de acercarme un poco a Justin, le decía un ‘Buenos días’ las mañanas que lo veía, pero él simplemente me ignoraba, como sí pareciese que jamás nos hubiéramos conocido. Traté más de diez formas de hablar con él, pero nada sucedía. 

Christian y yo nos habíamos vuelto más amigos, cada vez que nos veíamos, yo trataba de que él se acercara un poco más a Daai, pero al parecer, las indirectas no las entendía. 

-Nos vamos ya Jean, ¿estás segura de que no quieres ir? –Preguntó Daai, mientras que tomaba su bolso.

-Segura chicas, no se preocupen. Diviértanse.

-Ok, chau –Dijeron ambas.

-¡Suerte! –Dije.

Ambas salieron de la habitación y yo me quedé sola. Miré por la ventana y me di cuenta de que anochecería pronto, así que guardé mi libro de francés, me coloqué mis vans y salí de la habitación, la escuela probablemente estaría algo vacía, pienso que podré hacer algo divertido. Salí hacia los jardines de la escuela y comencé a caminar por un sendero que yo no conocía, el cual, tenía un camino hecho con piedras de río. Comencé a caminar por ése camino y por unos momentos no me llevó a ningún lado, sólo seguía con ese enorme sendero. 

Hasta que visualicé un hermoso cerezo, con alguien recostado debajo de él. Me acerqué sigilosamente a aquel hermoso árbol y logré distinguir a aquella persona. Era Justin.

Al verme, él se quedó sentado, sólo me observaba. Yo me acerqué más a él. Me di cuenta de que estaba sentado sobre una manta, mientras que tenía un cuaderno sobre sus piernas. El me hizo espacio en la manta y me senté a su lado.

-Hola –Dijo Justin, mientras qué miraba la nada.

-Hola Justin –Dije, mirando su perfil perfecto.

-¿Qué haces aquí? ¿Tú no fuiste a la fiesta?

-No, no es lo mío.

-Tampoco lo mío –Su expresión no cambiaba, aún era la fría que yo conocía.

-¿Por qué me has estado ignorando, Justin? ¿Acaso hice algo mal?

-No para nada.

-¿Entonces? Hace unos días, podría decirse que comenzábamos a ser amigos, pero ahora, te digo hola y me ignoras.

-Lo lamento. No hablo mucho con las personas como te darás cuenta – Suspiró y su expresión cambió –Lo siento, no debí ponerme así contigo.

-Disculpa aceptada Jus.

-¿Jus?

-OH lo siento, Justin.

-No tranquila, Jus suena lindo –Me sonrió.

-Ok –Sentí un calor en mis mejillas, al parecer, me había ruborizado– Es... este árbol es hermoso –Dije, mirando como las hojas rosadas caían de este.

-Sí, es muy lindo. 

Entonces, Justin y yo comenzamos a hablar de lo primero que se nos venía a la mente, música, plantas, comida, flores. Ambos reíamos. No había visto reír a Justin desde que llegué al colegio, la única sonrisa que le conocía, era la de la pequeña comisura, nada más. 

Pasaron los minutos, y él cielo nocturno se iluminó con estrellas. Hermosas y brillantes estrellas. Justin y yo las observamos por unos minutos, hasta que una ráfaga de viento me atravesó, haciendo que comenzara a temblar un poco. Había dejado mi sweater en mi habitación. Crucé mis brazos y traté de entrar en calor. Justin se dio cuenta de que tenía frío, así que se quitó su swater rojo y me lo puso.

-Gracias Jus.

-De nada.

Él continuó observando las estrellas, mientras que yo me recosté sobre su hombro. Él, comenzó a jugar con los mechones de mi cabello castaño, mientras que yo lentamente cerraba mis ojos.

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jasdhajshdjashdjkahdjka.

Phenomenon | j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora