Capítulo 3:
“Miré sus ojos, aquellos hermosos ojos miel que hacía que me perdiera en ellos. El sonrió. Aunque yo no conocía a aquel joven, me sentía cómoda a su lado.
Observe mi entorno y ambos nos encontrábamos debajo de un gran roble, en él medio del bosque. Lo único que nos iluminaba era la luz de la luna. El llevaba puesto un jersey negro, con la insignia del colegio. Su mano derecha comenzó a pasearse por mi suave cabello castaño, mientras que yo tomaba su mano izquierda. Todo era muy hermoso.
El dejo de jugar con mi cabello y soltó mi mano. Yo lo miré fijamente. Tomo mi mentón y lo acercó lentamente a su perfecto rostro. Cerré los ojos y sentí como sus labios se pegaban a los míos...”
Sentí como alguien tocaba mi hombro, mientras que pronunciaba casi en un susurro mi nombre. Abrí los ojos y ahí visualicé a Rayne, que estaba mirándome fijamente con su amplia y hermosa sonrisa. Le sonreí.
-Jean, bienvenida al colegio Williams.
Observé a mí alrededor y no lo podía creer, ¡Eso no era un colegio, era un palacio! Era una estructura monumental, había largas enredaderas que rodeaban las torres del colegio, había una amplia cancha de baloncesto en la cual se encontraban varios alumnos, riendo y conviviendo.
Sonreí con tan sólo pensar que próximamente yo estaría ahí, con ellos. Entonces, comenzó a sonar un timbre, miré a Rye y ella sacó un teléfono móvil de su bolsillo derecho.
-Directora Williams –Dijo ella- ¿qué? ¿Ahora? –Bufó- ¿Por qué siempre es Chaz? Porque no es no sé, Christian o Ryan ¿Por qué siempre él? –Suspiró– Bien, allá voy. –Colgó.
-¿Sucede algo?
-Sí, Chaz Somers, luego te hablaré de él.
-OK.
-Tengo qué ir a la dirección a hablar seriamente con él, ¿crees poder ir a tu habitación tú sola?
-Claro –Rye sacó unas llaves de su bolsillo
-Torre sur, habitación 117. Ahora Jean debo irme, hablamos luego ¿sí?
-Bien.
Rye salió del auto mientras que yo me quedé pensando en lo que iba a hacer. Saqué mis dos maletas del auto y junto con Moby comencé a caminar con dificultad hacia él colegio, él cuál quedaba relativamente lejos.
Varios jóvenes que se encontraban jugando básquetbol lanzaron el balón en dirección equivocada y pasó por delante de mí, si no hubiera dado un paso atrás, me habría caído encima.
Me quedé observando el balón por unos minutos, hasta que un chico se acercó a recogerlo.
-Lo lamento, en serio –Dijo mientras recogía el balón del suelo.
-No te preocupes –Sonreí, mientras traté de seguir caminando.
-Aguarda –Caminó a mi lado- ¿Eres nueva, no?
- Sí, soy Jean, Jean Gray.
-Mucho gusto Jean, me llamo Christian Beadles, pero sólo dime Chris.
-OK, hola Chris.
-Hola –Sonrió, miré aquella hermosa sonrisa blanca- ¿Necesitas ayuda?
-¿Con mis maletas?
-Sí, ¿quieres que te ayude?
-¡Vamos Romeo! ¡Sigamos el juego! –Dijo uno de los chicos que estaban jugando básquet.
-No quiero interrumpirte. –Chris, lanzó el balón en la cara de uno de ellos y tomó mis dos maletas.
-No estoy haciendo nada más –Sonrió.
-Gracias.
-No hay de qué.
Christian y yo continuamos caminando. Christian tenía unos hermosos ojos verdes, eran profundos y tenían un brillo sin igual, su cabello, tenía cabello entre rubio y castaño, precioso. El me miró y sonrió, no pude evitar sonrojarme de inmediato.
-Y dime Jean, ¿Qué haces acá?
-Vine a buscar una vida mejor –Dije, con un nudo en la garganta, ya que había recordado el incidente de hace varios años- ¿Tu?
-Pues, es una larga historia.
-Tenemos tiempo, la torre norte queda un poco lejos ¿no?
-Sí –Río.
-Bueno, yo vivía en Atlanta, mis padres estaban separados, pero yo vivía felizmente junto a mi hermana Caitlin y mi madre, Sandy. Un día, cuando tenía 9 años, estaba jugando hockey junto a otros niños de mi calle, hasta que miré a la chica que me gustaba en aquel entonces, abrazar fuertemente a uno de los niños. Me enfadé tanto, que de la nada mi cuerpo se cubrió en fuego, pero ¿sabes que es extraño? Que no me quemaba, simplemente tenía llamas en mi cuerpo, no sentía dolor, ni calor, nada. Era como cuando sudas.
-¿Tú manejas el fuego?
-Mira, yo no puedo crear fuego, sólo puedo manipularlo, pero no sé porque ese día cree fuego, fue muy raro. Bueno sigo, pasaron los días y ningún niño quería hablar con migo. Me hacían a un lado sólo por ser diferente, me trataban como a un fenómeno.
-Te entiendo completamente.
-Y pues, cuando cumplí 14 mi mamá oyó al primo, del tío, del abuelo del vecino hablar sobre el instituto Williams, para personas especiales, así que me trajo aquí y fin de la historia.
-Dime… ¿no extrañas a Caitlin? –Pregunté.
-Más que cualquier otra cosa, amo a mi hermana y la extraño demasiado.
-¿No has pensado en salir del colegio a verla?
-No, creo que a mi madre le dará un infarto si me ve nuevamente.
-De acuerdo.
-Y ahora tú, dime bien ¿Qué haces aquí?
-Yo… -Me detuve en seco– Hice daño, sin querer, es una historia muy dolorosa, me duele si quiera recordarlo Chris, dejémoslo para otro día ¿sí?
-Claro.
-Gracias.
-Bueno, después de que desempaques ¿te gustaría que te mostrara el colegio?
-Me encantaría Chris –Sonreí.
Christian me sonrió y ambos continuamos nuestro camino. Cada vez que pasábamos frente a las personas, nos miraban fijamente, no entendía por qué.
En fin…caminamos alrededor de 15 minutos y llegamos a mi habitación. Abrí la puerta y dentro no había nadie, solo una cama con sábanas rosadas y maquillaje en el tocador.
-¿Conoces a mi compañera? –Pregunté a Chris.
-Claro que la conozco, es buena chica, te caerá bien.
-Bueno.
Boté mis maletas al lado de la segunda cama, desempacaría después.
Christian y yo salimos de la habitación y comenzamos a caminar por el colegio, mientras que reía de cualquier tontería que decía Chris.
Con él logré sentir algo que no había sentido dentro de los últimos 14 años. Me sentía respetada._
No se preocupen que viene lo mejor♥.
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Phenomenon | j.b
Fanfiction¿Que pasa cuando reina lo paranormal en tu vida? Phenomenon de Justin Bieber. Adaptada. Copyright © Todos los Derechos Reservados. Copyright © All Rights Reserved.