Phenomenon | j.b

Capítulo 44.

Capítulo 44 

Justin POV.

Dos días después.

Sentía que mi corazón de un momento a otro se saldría de mi pecho. Este dolor, era simplemente insoportable. Ella, la chica que adoraba locamente se encontraba en peligro, ¿y todo por qué? por mí. Por un tiempo la engañé, proporcionándole todo sobre ella a Lucas. Jamás en mi vida, había hecho algo tan estúpidamente idiota como aquello. La quería de vuelta conmigo, quería tenerla entre mis brazos, poder abrazarla, poder acurrucarme con ella, poder besar sus suaves y deliciosos labios, tan siquiera una vez más. Me hacía tanta falta. La necesitaba tanto como al aire. Quería ver su cabello castaño, sus ojos marrón. Abracé de nuevo mi almohada, mientras que Ryan me observaba abrumado desde su cama. A él también le dolía todo lo que estaba sucediendo. Y, no hablemos de Christian. Él se sentía igual que yo, él también la necesitaba. Él la quería, la veía mucho más que solo su mejor amiga. Y, haberla perdido delante de sus propios ojos, era tan insoportable para mí como para él. ¿Por qué Lucas era así de malo y egoísta?

-Justin, iré a buscar algo de comer –Comenzó a decirme mi amigo– ¿Te gustaría acompañarme?

-No –Le contesté con un nudo en mi garganta.

-Hermano, por favor. Rayne está haciendo todo lo posible para traerla de vuelta, tú mejor que nadie sabes eso –Si lo sabía– Quedándote aquí no repararás nada. 

-¿Por qué no puedes entenderme, Ryan? Yo la quiero de regreso, necesito tenerla de nuevo entre mis brazos. Necesito poder abrazarla y besarla, la necesito como no tienes una idea –Una lágrima corrió por mi mejilla– Por favor Ryan, intenta entenderme. ¿Acaso nunca has estado enamorado de alguien?

-¿Entenderte? ¿Crees que mi vida ha estado pintada de rosa? ¡Jamás ha sido así, Justin! –Gritó– No sabes cuánto necesito a mi hermana. Ella es la princesa de mis ojos, yo también la necesito. La extraño tanto, y, tener que vivir sin ella es un tormento para mí. Tú podrás volver a ver a Jean, Justin pero yo jamás volveré a ver a Paz. Ella simplemente desapareció de mi vida, y no podrá volver –Noté como los ojos de mi amigo comenzaban a llenarse de lágrimas cristalinas– Créeme que te entiendo. Y sé que tú sabes, como se siente tener a la princesa de tus ojos alejada de ti –Concluyó, refiriéndose a Emily. 

Me quedé sumido en un profundo silencio. Ryan tenía razón, yo sabía que Jean volvería, pero, era un tormento tenerla alejada de mí, simplemente era algo que no podía soportar. Ryan, se levantó de su cama y comenzó a limpiar las pocas lágrimas que se habían desprendido de sus ojos, para después, salir por la puerta de nuestra alcoba. Al salir, me senté en la orilla de mi cama, y comencé a meditar bien las cosas. Jean era una chica con el poder más fabuloso de todos. Ella podía defenderse, incluso podía detener a Lucas si se lo proponía. Nadie podría hacerle ningún daño. 

Jean POV. 

-¡Déjala en paz! –Le grité a aquel monstruo, que estrujaba con fuerza a mi antigua amiga– ¡He dicho que la dejes en paz animal!

-¿Quién eres tú para decirme que hacer? –Preguntó, mientras que se carcajeaba y continuaba estrujando a Omi.

-¡Suéltame, por favor! –Gritó Omi.

La furia comenzó a correr por mis venas. Miré fijamente a aquél hombre, e hice que se alejara de Omi. Ella corrió rápidamente de tras de mí, mientras él intentaba acercarse a nosotras dos. Lo empujé mentalmente, con tanta fuerza, que acabó azotándose en un abeto. De pronto, él se puso de pie, y noté que tenía el brazo raspado y herido. Aún así, pareciese no importarle en lo absoluto. Volví a azotarlo, ahora en el duro suelo de roca sobre el que estábamos paradas. El monstruo, no se movió. Su brazo derecho, tenía una enorme tajada sangrante, gracias a una roca puntiaguda que estaba debajo de él. Las nauseas comenzaron a hacerse presentes en mi estómago. Lucas nos observaba atentamente a lo lejos, sin realizar movimiento alguno. Al ver que aquel hombre permanecía inmóvil, una sonrisa se pintó en su rostro. Omi se aferró a mi brazo, y ambas comenzamos a acercarnos al hombre. Este no se movía, pero, gracias a que yo lo había inmovilizado. Sonreí para mí misma. Pude defenderme, y defender a Omi sin ningún esfuerzo, ningún peligro. 

-¡Perfecto, Jean! ¡Perfecto! –Comenzó a aplaudir Lucas, mientras que se acercaba a nosotras dos– Lo hiciste de maravilla, preciosa. 

-Ajá –Contesté arrogante. 

-Omi, lárgate. Quiero hablar a solas con Jean –Dijo Lucas, fulminando a Omi con la mirada. 

-Sí, señor –Concluyó mi antigua amiga, mientras se alejaba de nosotros. 

-¿Qué quieres ahora, Lucas? –Le pregunté con los brazos cruzados, y la voz seca. Lo odiaba tanto.

-Simplemente felicitarte, querida. Cada vez, tu precioso poder se vuelve más fuerte, más perfecto –Contestó con alegría. 

-Ajá, que bien. ¿Puedo largarme ya? Estoy muriéndome de hambre –Mis tripas rugieron. Hacía más de doce horas que no comía nada.

-¡Danna! –Gritó Lucas, y enseguida Danna se acercó a nosotros, con la mirada temerosa– Tráele a Jean algo para comer, ¡Rápido!

-Sí, señor –Danna se apartó de nosotros.

-¿Por qué eres así con ellas? ¡Están apoyándote! –Le grité– ¿Por qué sólo muestras un lado amable conmigo?

-Ellas no merecen un buen trato, ellas solo están aliadas a mí por temor –Se acercó a mí– Creo que entenderás que, ninguna de ellas vale tanto como tú.

-Pff –Rezongué, dándome la vuelta– ¡Estoy cansada de ti, Lucas! Prefiero morirme a estar aquí un minuto más.

-Tú sabes que eso no es posible –Me contestó cortante– Te necesito. No puedo hacerte daño. Además, podría romperse el corazón de Justin.

-¿Y eso a ti que mierda te importa, ah? –Le pregunté enfadada. Simplemente, me sacaba de quicio– Ya estuviste a punto de matarlo una vez, ¿no? ¿Qué te importaría intentarlo de nuevo?

La risa burlona y pícara que había en el rostro de Lucas desapareció instantáneamente. Se dio media vuelta y comenzó a alejarse de mí. Luego, se detuvo por dos segundos y continuó hablando.

-Aquella vez cometí un error –Concluyó, y continuó alejándose de mí.