Capítulo 8.

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Capítulo 8:

Cerré los ojos. Pensé que en ese momento me besaría, pero me equivoqué, no sentí nada de nada. Abrí los ojos y ya no se encontraba en frente de mí, voltee hacia ambos lados y no lo vi, se había ido. Sentía muchos sentimientos encontrados en ése momento, me sentía triste, confundida, extrañada.

Llegué a mi habitación, junto con una extraña sensación en el pecho. Daai no estaba en la habitación, no me extrañaba. Me quité mis zapatos, tomé mi libro “Adicción” y comencé a leerlo sobre mi cama. Bianca hacía hasta lo imposible para ver a Lucas, quién era un cazador. Aunque ambos debían ser enemigos, a ellos no les importaba, ellos se amaban, sin contar sus diferencias. 

Pasó el tiempo demasiado rápido, yo ya iba en la página 234. Alguien tocó la puerta. Coloqué el separador en él libro y abrí la puerta, para encontrarme con una chica de cabello rojizo, ojos verdes y un jersey negro, con la insignia del colegio.

-Buenos días Jean –Dijo ella, mientras que me entregaba dos hojas de papel– Es tu nuevo horario. Mi nombre es Catherine, mucho gusto.

-Gracias Catherine.

-No hay de qué, bueno tu primera clase será matemáticas –Señaló en la primera hoja, unas letras rojas que decían, matemáticas– Tienes suerte, estamos comenzando el tercer semestre. Cada semestre, se acomodan nuevamente las parejas, así que alcanzarás compañero.

-Bien.

-Bueno, ya no te interrumpo más. Adiós.

-Aguarda –Dije antes de que saliera- ¿Puedo hacerte una pregunta?

-Claro.

-¿Qué piensas de Justin?

-¿Justin Bieber?

-Sí, él.

-Él es…Woo –Suspiró– Es increíble.

-¿Le has hablado?

-No, en realidad no, ¿A qué van tus preguntas?

-No lo sé. 

-Te flechó, ¿cierto?

-¿Flecharme? –Me hice la indiferente, ella me sonrió.

-Adiós Jean –Ella salió moviendo su cabellera rojiza.

Catherine salió de la habitación, dejándome con ganas de reír. Miré el reloj y marcaban las cinco, el tiempo había pasado más rápido de lo que había pensado. Tenía un poco de hambre, pero no tenía ganas de bajar hasta el comedor, así que saqué de mi mochila una caja con Oreos dentro, jamás sobran. Comí unas cuantas galletas y cheque mi horario. Matemáticas, fácil. Aunque el 99.9% de los adolescentes como yo odian las matemáticas, a mí me gustan, no sé por qué.
Después de matemáticas me tocaría geografía, no es mi fuerte, pero podré lograrlo. Continué chocando mi horario, las clases terminan a las tres e inician a las siete. Sería mejor dormir temprano sí quiero despertarme temprano. Tomé mi mochila, saqué algunas prendas que tenía dentro y metí un cuaderno, lo necesitaría. 

Me acurruqué en mi cama y traté de quedarme dormida, lo cual logré con facilidad.

“Había mucho ruido, había fuego. Escuchaba voces, personas llorando y gritando. No sabía lo que sucedía. Miré a la derecha y ahí vi a un niño, de ojos verdes y cabello rubio. Él ardía en llamas. Pero no sufría, parecía que sólo estuviera extrañado. Me di cuenta de que el lugar en el que estábamos, era una cancha de hockey. Habían niños que corrían hacia la salida, mientras que una hermosa niña lloraba y miraba a el pequeño con temor y horror.”

Desperté de golpe, miré a mí alrededor y todo estaba en orden. La luz de la luna iluminaba la habitación, Daai estaba acurrucada dentro de sus sábanas rosadas, todo había sido un sueño, pero no uno normal, uno de otra persona. El pequeño niño rubio era Christian, pero no entendía… ¿Por qué soñé el pasado de Christian?

Decidí investigarlo después. Me acurruqué nuevamente en mi cama y cerré los ojos. 

“Era un día cálido, una mujer me miraba, al lado había una niña, ojos celestes. 

-Paz –Salió de mi boca. 

La niña, era Paz, la hermana de Ryan…”

Abrí los ojos nuevamente, ese era el pasado de Ryan, ¿Por qué soñaba la vida de ellos? ¿Nos habíamos vinculado? Eso ya me había pasado, hacía no más de cinco años, leí la mente de uno de mis compañeros, luego lo vi comiéndose un helado, dentro de mis sueños. 

Daai me despertó, dándome pequeños golpecitos en la espalda. Abrí lentamente los ojos y la vi al lado de mi cama, mientras señalaba la ventana. Era de día.

-Vamos, que llegaremos tarde a clases –Se paró de la cama y se comenzó a maquillar, ella ya estaba lista.

-De acuerdo. 

Tomé una ducha corta, ya que tenía el tiempo encima. Daai me prestó uno de sus jersey, ya que yo aún no recogía el mío. Me prestó también la falda azul marino, que debíamos llevar todas las mujeres. Me vestí y sólo resalté un poco mis labios con brillo.

-¿Cuál es tu primera clase? –Preguntó Daai, mientras que salíamos de la habitación. 

-Matemáticas –Dije mientras revisaba mi horario.

-Yo también tengo matemáticas, quizás el profesor Connor nos tenga compasión y nos ponga juntas –sonrió.

-Sí claro –Sonreí. Acomodé mi mochila sobre mi hombro.

Daai y yo llegamos al aula de matemáticas y todos los alumnos se encontraban de pie, formados. 
Daai y yo nos unimos a la fila, mientras que el profesor Connor nos examinaba.

-¿Señorita Gray? –Me preguntó.

-Así es profesor Connor –Contesté.

-Tome –Me entregó un libr – Bienvenida al colegio Williams.

-Gracias –Tomé el libro.

-Bueno la mayoría de ustedes me conoce ya, soy el profesor Connor y les daré clases este trimestre.

El profesor, continuó dándonos un largo discurso que yo fingía escuchar atentamente, siendo que en realidad pensaba con quién me tocaría. Después de un largo rato, comenzó a formar las parejas. Yo rezaba por qué me tocara con Daai, alguien que conocía. 

Pasó el tiempo, y el profesor me dejó al final, junto a Daai y otra chica, que se fijaba en su esmalte de uñas. Parecía la típica chica torpe, de esas que siempre aparecen en las películas. 

-Señorita Carrasco –Dijo el profesor.

-¿Sí? –Dijo Daai, mirándome.

-Usted y la señorita Vincent serán pareja –Todas mis esperanzas cayeron.

-OK –Dijeron ambas a regaña dientes. 

-Y usted señorita Gray –Dijo, parecía que buscaba a alguien.

-¿Sí?

Era la única que quedaba, no sé que le hacía al cuento. Connor diría algo, pero antes de que lo hiciera se abrió la puerta del salón.

-Lamento haber llegado tarde, Ryan apagó mi despertador.

-Entiendo –Dijo el profesor- Lo esperaba, señor Bieber, usted y la señorita Jean formaran pareja. 

Justin y yo nos sentamos en un pupitre doble. No le dirigí ni una sola palabra, ni él a mí. Sería algo incómodo, después de lo que sucedió en la biblioteca.

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uhm ¿hay un poco de tensión o es idea mía?

Phenomenon | j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora