Phenomenon | j.b

Capítulo 30.

Capítulo 30:

Jean POV.

Me aferré a él. Tenía tanto miedo, ya que, si dábamos un paso en falso, todo podría caerse. Me recosté sobre el pecho de Justin, y cerré mis ojos, tratando de quedar dormida.

Abrí mis ojos, Justin ya no estaba al lado mío. Me puse de pie, y miré por la ventana. Ya era de noche, y la luna llena se ocultaba de tras de los grandes árboles de el colegio Williams. Me coloqué mis botas y salí de mi habitación. Comencé a caminar al rededor de los pasillos, y pareciese que todos los alumnos estaban profundamente dormidos. Seguí caminando, hasta que llegué al gran comedor, sobre las mesas, había tazones de cristal los cuales tenían dentro unas cuantas frutas. Tomé un racimo de uvas, y me senté en un banco, observando a mí al rededor, todo estaba en completo silencio, demasiado para un colegio lleno de adolescentes. Hasta que, escuché unos cuantos pasos, no muy apartados de mí. En ese mismo instante me puse de pie, a la defensiva. Los pasos eran constantes, no se detenían. Estuve a punto de gritar, cuándo sentí a alguien de tras de mí, que me tapó la boca con sus fuertes manos.

-¡Shh! Por favor, guarda silencio Jean.

-Tyler, se están aproximando –Escuché a alguien más decir. Era una voz masculina.

-¿Qué está pasando Tyler? –Le pregunté.

-Otros mutantes están acercándose al colegio. Daniel cree que son alrededor de ocho o doce.

-¿Daniel? –Pregunté.

-Sí, él tiene un olfato increíble, él olfateo a esos mutantes.

-Tú eras Jean ¿no? –Oí decir a Daniel– Un placer.

-Igualmente –Me acerqué a Tyler– Pero, ¿qué hacen aquí? Que tal sí son nuevos alumnos, buscando un lugar en el cual acogerse.

-Lo dudo mucho, ya que esos mutantes tienen entre 19 y 30 años –Mencionó Daniel.

-Y, en una sola noche no vendrían todos juntos. Es demasiado raro –Dijo Tyler, mientras nos acercábamos más a la puerta.

-¿Quienes creen que sean? –Tyler me miró a los ojos.

-Lucas Williams.

-Imposible –Comenté– Rayne se hubiera dado cuenta y hubiera hecho algo de inmediato. 

-La directora ha estado muy débil últimamente –Dijo Daniel– Un segundo. Están a tan solo diez metros de aquí. Están conversando.

Me separé de Daniel y de Tyler y apreté la alarma de incendios. Los alumnos despertarían, y quizá los infiltrados huirían. Tyler subió las escaleras, y rápidamente, al rededor de doce chicos estaban abajo. Daniel, seguía pegado a la gran puerta del vestíbulo, mientras que Tyler les daba indicaciones a los chicos. Luego, bajaron más alumnos, preguntándose qué sucedía. 

-¡Están aproximándose! –Dijo Daniel.

-Chicos, hagan todo lo posible para retener a las personas que se aproximan –Dijo Tyler– Jean, Christian ustedes dos lleven a los alumnos menores a la biblioteca.

Christian, estaba parado al lado de Tyler, orientando a los alumnos menores. Yo hice lo mismo. Comenzamos a caminar hacia la biblioteca, en silencio. Los pequeños, se miraban entre sí, no sabían lo que sucedía, pero tampoco tenían miedo. Al llegar a la biblioteca, los niños se sentaron al lado de un gran librero, en silencio. Christian y yo los estuvimos observando detenidamente por unos minutos. 

-¿Sabes dónde está el banco de víveres? –Le pregunté a Christian.

-Está en la cocina –Dijo seco.

-Ya vengo.

Estuve a punto de salir de la biblioteca, cuándo una pequeña me abrazó por dé tras. La miré, tenía unos ojos preciosos, y reflejaba al rededor de unos nueve años. 

-No te vayas Jean –Volvió a abrazarme por detrás– Tengo miedo.

-Tranquila, Christian te cuidará.

-Quiero ir contigo –Lo pensé.

-Rápido, pero, prométeme que harás lo que te diga.

-Sí.

Ambas, comenzamos a correr hacia la cocina, que, no se encontraba muy lejos de la biblioteca. Las luces estaban encendidas, entramos lo más rápido posible, y abrí el banco de víveres, dónde tomé unas cuantas cobijas y sábanas. Tomé cuantas pude, mientras que la pequeña me observaba. Hasta que, escuché ruidos, provenientes de afuera. Eran voces, no podía reconocerlas. Pero, no me arriesgaría. Cerré la puerta, colocando sartenes y de más, para evitar que entrara cualquier persona. 

-¿Quiénes son? –Preguntó la pequeña.

-No lo sé –La pequeña, me extendió su mano, no sabía qué era lo que iba a hacer, pero la tomé de todos modos.

Comenzó a correr y yo la seguía, con la mano llena de sábanas. Ella se dirigió a la pared, estábamos a punto de golpearnos, sólo cerré mis ojos. Pero, cuándo los abrí, ya no estábamos en la cocina, sí no que, ya estábamos en la biblioteca. Christian nos miró a ambas, asombrado. Yo, le entregué a la niña las sábanas y los niños se cubrieron. 

-Jean, ¿Podemos hablar? –Me preguntó Christian.

-No creo que sea el momento adecuado.

-Por favor. 

-Bien, ¿De qué quieres hablar? –Nos apartamos un poco de los pequeños.

-Yo, lo lamento. 

-¿Lo lamentas? ¿Acaso viste como quedó Justin? –Le dije exaltada.

-¡No fui yo!

-No, pero fueron tus animales, ¿Qué tienes en contra de él?

-Que siempre consigue todo lo que yo deseo.

Entonces, él me miró a los ojos, acercándose rápidamente a mí, y entonces, besó mis labios.

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whaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaat djahdjahkj lo siento tanto por no haber subido en muchomucho tiempo, es que estoy de examenes hace tres semanas y me estoy volviendo loca sin tiempo, intentare subir más esta semana lo prometo, gracias por los 5K, los amo♥