Capítulo 46.

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Capítulo 46

“Viejo amigo”

Abrí con lentitud mis ojos, observando mi entorno. Mi cabeza me daba mil vueltas. Me encontraba dentro de mi carpa, un muchacho estaba sentado a mi regazo, observándome detenidamente. No sabía que había sucedido, tampoco quien era aquel muchacho sentado al lado mío. Me sobresalté, y me senté de golpe, respirando rápido. El muchacho al ver mi reacción, buscó algo dentro de una bolsa que tenía a su derecha. Me lo entregó, era una pequeña barra de chocolate. La tomé, y comencé a examinar la envoltura.

-Toma, cómelo. Te hará bien.

-¿Quién eres tú? 

-Mi nombre es Logan. Tranquilízate, Jean, no te lastimaré.

-¿Que es lo que me sucedió? 

-Mmm... Es una historia larga –Lo miré a los ojos, esperando a que me contestara. Él suspiró– Intentaste herir a Lucas y, por poco lo lograbas.

-¿Eh? 

Por alguna extraña razón, no lograba recordar nada de aquel encuentro que tuve con Lucas. Para mí, era algo peligroso enfrentarse a Lucas, pero aún así lo hice. Algo en mí estaba cambiando, ya no era la misma chica, la sensible, la tierna. Hice una mueca, este lugar era horrible, odiaba tener que quedarme de brazos cruzados, sin hacer nada. Quería largarme de aquí, quería ser libre, quería no tener que huir y esconderme del psicópata de Lucas, quería poder vivir sin prejuicios, sin dolor, sin complejos. Pero, eso jamás sucedería. Soy un fenómeno, nací así, crecí así, toda mi vida seré así. No es algo que pueda cambiar, aunque lo desee desde lo más profundo de mi corazón. No, no puedo. Desearía poder elegir mi futuro, mi destino. Pero, por más que lo intente, siempre fracaso, no puedo huir de mi propio destino. 

Miré a Logan, él me sonreía con cariño, como si fuéramos amigos desde el preescolar. Su sonrisa, me hacía sentir cómoda, alegre. No pude evitar sonreírle de vuelta. Quería saber más de él, así que me adentré en su mente. Los recuerdos antiguos eran borrosos, grises. No podía distinguirse ni oírse nada. Avancé un poco más en el tiempo, los de más recuerdos seguían igual de grises y borrosos. Hasta que, llegué al momento en el que Lucas formaba parte de su historia. Era de día, un día hermoso. El cielo lucía de maravilla, y había una ligera brisa que refrescaba todo a la perfección. Miré alrededor mío, habían unos muchachos en sus patinetas, y unas muchachas observándolos coloradas. Miré el cuerpo al que me había adaptado. Por algún motivo, continuaba siendo yo misma, sólo que hace tres años atrás. Me quedé petrificada, debía haber algún error. Yo misma no me aparecía en los recuerdos de alguien, me adaptaba al cuerpo del perteneciente, o alguien cercano. Solo podía haber una explicación, pero, eso era algo imposible...

-¡Jean, ven! –Me gritó Logan, haciéndome señas. Todos los muchachos que se encontraban ahí guardaron silencio, mientras me observaban despectivamente. Sentí unas ganas terribles de llorar, odiaba que todos me excluyeran de esa manera. Me dolía demasiado, me hacían sentir como un cero a la izquierda, como una mierda. Me tragué mi dolor, y me paré de la banqueta, caminando hacia Logan con suavidad. Él fulminó a todos los muchachos con la mirada, ordenándoles que dejaran de verme así. Ellos le obedecieron y volvieron a lo suyo. 

-Gracias Logan –Le agradecí a mi amigo, con una voz débil. Él me sonrió, para después darme un gran abrazo, haciéndome sentir especial. Yo besé su mejilla.

-Tú sabes que no hay problema. Estoy aquí para cuidarte, ¿lo olvidas? –Le sonreí. Amaba a Logan, él era un rayo de luz dentro de mi corazón oscuro, lleno de temor e inseguridad. 

-Eres mi héroe, ¿Sabías que te quiero mucho, Logan? 

-Yo te quiero aún más Jean –Se acercó a mí y volvió a envolverme en sus brazos. 

-¿Logan? –Pregunté, mientras nos separábamos.

-¿Qué sucede Jean? –Me preguntó dulcemente.

-¿Conoces a aquel hombre de allá? –Pregunté señalando a un hombre de cabello rubio, ojos azules como el océano, y mirada severa. Se me hizo la piel de gallina tan solo al verlo. 

-No –Dijo severo, mientras lo observaba. Aquel hombre no apartaba su vista de nosotros dos– Jean, tengo que irme. Nos vemos luego, ¿sí?

-Pero, ¿a dónde vas? –Le pregunté, tomándole su mano.

-Por favor, déjame. Te prometo que nos veremos luego. 

-Está bien –Contesté insegura– Te quiero.

-Yo también te quiero. 

Y ese, fue el último día que vi a Logan. 

Me aparté de la mente de Logan, y me quedé estupefacta. Esto era algo imposible. Creí que jamás lo volvería a ver. Mis ojos comenzaron a mojarse, Logan se dio cuenta y de inmediato acudió a mí, abrazándome con fuerza. Todos estos años, había estado aquí, junto a Lucas. Yo pensé que lo había perdido, pensé que nunca más lo volvería a ver.

-Logan –Mi voz se había vuelto débil.

-Me recuerdas –Sonrió ampliamente.

-Yo, todo este tiempo pensé que te había perdido.

-No sabes cuánto lamento haberte dejado sola, Jean. No sabes cuánto me arrepiento. Lo lamento tanto.

-No tienes nada por qué disculparte, Logan. Pero ¿qué es lo que haces aquí? 

-Jean, ¿recuerdas el día en que me fui? –Asentí, pensando aún en el recuerdo que extraje de su mente– Te había mentido. Yo ya conocía a Lucas.

-¿Qué demonios?

-Él había ido a hablar conmigo una semana antes de eso. Diciéndome que no pertenecía a aquel lugar. Que todos me temían, y yo sabía que era cierto. Él me prometió que todo cambiaría, que ahora, tendrían una razón por la cual temerme de verdad. Y, pensé que eso sería lo mejor.

-Logan –Pronuncié con dificultad.

-Todos los días desde que me fui, no he dejado de pensar en ti –Me miró a los ojos– Me decía ¿Como estará Jean? ¿Seguirá usando aquel delicioso perfume de gardenias? –Reí tímida– Te extrañé mucho. 

-Yo también te extrañé. 

-Hace unos días, escuché que Lucas le gritaba a Titán. Lucas estaba desesperado, ya que creyó que habías muerto. 

-¿Muerto? Espera un segundo, ¿Cuánto tiempo estuve inconsciente?

-Una semana.

-¿Qué? 

-Y no me separé de ti desde entonces. Cuando escuché a Lucas mencionar tu nombre, me quedé petrificado, al principio creí que pudo haber sido otra persona, pero, cuando te vi en los brazos de Gabriella, supe que eras tú inmediatamente.

-¿No te has separado de mí?

-No, ni un minuto –Sonrió– Te quiero muchísimo Jeannie.

-Yo te quiero aún más, Logan.

Phenomenon | j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora