Capítulo 13.

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Capítulo 13:

Rayne se acercó a nosotros, haciendo que aquel momento mágico se perdiera. Me alejé cinco centímetros de Justin, mientras qué él, observaba él césped. Seguro que él tampoco se lo esperaba. Rayne, parecía demasiado preocupada, se le podía notar desde lejos. Me puse de pie y me acerqué más a ella, traté de saber que sucedía, así que traté de invadir su mente. Fue inútil. Por un momento, había olvidado que ella es inmune a mí y mis poderes. 

-Jean, ¿Se podría saber que haces acá? –Se le quebró la voz, ahora estaba preocupada.

-¿Estás bien, Rayne? –Le pregunté. Ella se llevó las manos a la cabeza y comenzó a mover ansiosamente su cabello dorado.

-Es peligroso que estés aquí tu sola. –Trató de sonar un poco más calmada. Pero no lo logró.

-No estoy aquí sola, Justin está conmigo.

-Él señor Bieber no podrá protegerte sí algo malo te sucede.

-Rayne, ¿Estás bien? –Pregunté de nuevo. 

-Sí. Estoy bien. –No me convenció.

-Se que algo sucede, aunque no pueda penetrar tu mente, se que algo te sucede. No estás ciega.

-Jean, Justin, ambos acompáñenme a la dirección, ahora. 

Justin se puso de pie y se acercó a nosotras. Su rostro volvió a ser frío, como al inicio. Comenzamos a caminar hacia la dirección. Algo le sucedía a Rayne, lo sabía. Pareciese que de un momento a otro, explotaría. Tenía la mente llena de especulaciones. Una más loca qué la otra.
La dirección se encontraba en el norte del colegio, así que tardamos mucho en llegar. En todo el camino, hubo un silencio incómodo entre los tres. Entramos a la dirección, Rayne se sentó en su escritorio, mientras que Justin y yo nos sentamos en uno de los sofás de cuero que había en la habitación. Rayne, comenzó a mover en círculos su índice derecho. Quizá lo hacía por ansiedad. 

-¿Todo va bien, Rayne? –Pregunté, preocupada. 

-No, no va nada bien. 

-¿Qué pasa? 

-Es Lucas. –Se le cortó la voz.

-¿Quién es Lucas? –Pregunté.

-Él es, mi hermano. –Una lágrima brotó de sus ojos.

-No comprendo Rayne, ¿Qué tiene de malo Lucas?

-¿Qué tiene de malo dices? Todo. –Suspiró– Déjame mostrarte.

Se acercó a mí y colocó su dedo índice sobre mi frente, mientras que cerraba los ojos. Yo también cerré mis ojos y traté de concentrarme, ella quería que viese algo. 

'Era una habitación clara, había luz por doquier. No había ventanas, ni una puerta, lo único que había en la habitación era una litera, en la que había un niño. Tenía el cabello largo, color castaño claro. El cabello le cubría las orejas. Tenía ojos azules, tan azules como el océano. Tenía labios grandes, rosados y carnosos. Observé mi cuerpo, traía un vestido blanco, corto. Tenía unas medias blancas. Toqué mi cabello y me di cuenta que era rubio. Me había adaptado al cuerpo de Rayne. Era ella, de niña. 

-Hermana, ¿Cuándo nos sacaran de acá? –Preguntó el niño, Lucas. Yo me senté a su lado y comencé a hablar involuntariamente.

-No lo sé, Lucas.

-No me mientas, Rayne. Tú lo sabes.

-Lucas, sólo debemos esperar.

-Ya me cansé de esperar. Quiero salir de aquí.

-Tranquilo Lucas, aguarda. Sólo serán unos días.

-¿Unos días? Ellos nos mantendrán aquí encerrados por siempre. Los odio.

-Lucas, mamá y papá no deben tener tu odio. Ellos te aman.

-¿Me aman? Sí claro, y los cerdos vuelan. 

-Claro que te aman Lucas, no digas tonterías.

-Cállate Rayne. Tú no entiendes. Sólo tienes nueve años.

-Lucas, no digas eso.

-¿Sabes? Ya me harté. Me largo de aquí.

-No espera, ¿Qué crees que haces? ¿A dónde irás? ¿Cómo saldrás? 

-¿Qué hago? Largarme ¿A dónde iré? A dónde sea, es mejor que acá ¿Cómo? Fácil, abriendo la puerta.

-Sabes que no es posible hacer eso.

-Dime algo, ¿De qué está hecha la puerta?

-De madera. 

- ¿Qué sostiene la puerta?

-Tornillos.

-¿De qué material están hechos los tornillos?

-Bronce. Metal.

-Exacto. –Lucas, colocó sus manos en frente a él, mientras que susurraba cosas. La puerta, se cayó. Lucas, sostenía los tornillos con su mano izquierda. 

-Rayne, ven conmigo hermana. Juntos, podremos darle su merecido a los insectos. Nosotros somos superiores a ellos. 

-Lucas, no.

-Juntos, seremos invencibles. Nadie nos hará daño de nuevo.

-Basta Lucas, no digas eso, quédate, saldremos adelante. Sólo es cuestión de tiempo.

-No. Ya me cansé de esperar. 

Un hombre y una mujer aparecieron. Lucas, se mantuvo inmóvil. De un segundo a otro, la mujer comenzó a sostenerse el cuello y me di cuenta de que ella traía una cadena de plata que colgaba de su cuello. Se estaba ahorcando. Él hombre, se acercó a Lucas, mientras que Lucas, le arrancó la cadena del cuello a la mujer y se la colocó a él en el cuello. Todo, desde el lugar en el que estaba. Él hombre, comenzó a retorcerse. No aguantaba más.

-¡Basta, Lucas! –Grité, lo más fuerte que pude...

-¿Lucas se detuvo? –Pregunté, regresando a la realidad.

-No. –Decidí no preguntarle más. Sería mucho para Rayne.

-¿Qué relación hay entre Lucas y yo? –Pregunté.

-Él...está buscándote. –Pronunció con dificultad.

-¿Buscándome?

_

oh oh..

Phenomenon | j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora