Capítulo 45.

2K 160 6
                                    

Capítulo 45

Entré a mi carpa, y comencé a comer unas cuantas uvas de las que Danna me había traído, mientras que meditaba las palabras que Lucas había mencionado. ¿Era posible que se arrepintiera de lo que había hecho con Justin? ¿Él, una persona con un corazón más duro y frío que una piedra? Jamás habría imaginado que él se arrepintiera de lo que le había hecho a su propio hijo. Ya que él, era un monstruo. Una persona horrible, una persona vil y cruel. Metí una uva verde a mi boca, y noté que alguien se posaba frente a mi carpa. Inmediatamente logré consultar los pensamientos de aquella persona, y supe que era Omi. Su mente estaba llena de dolor, y arrepentimiento. Sabía que el cincuenta por ciento de ese dolor y arrepiento tenía que ver conmigo y con mi novio. Omi se inclinó temerosa, y entró en mi carpa. Yo sólo la observé, esperando a que ella comenzara a hablar. Omi se sentó a lado mío, y comenzó a jugar descontroladamente con su cabello. Ella no encontraba las palabras para pedirme perdón. Pero, yo sabía que lo sentía de verdad. Que no simplemente quería hacerlo para quedar bien conmigo, no. Ella se sentía mal de verdad, todo el asunto le lastimaba.

-Te perdono, Omi –Le dije, mientras que metía dos uvas en mi boca.

-¿Enserio? –Me cuestionó con una sonrisita en su rostro.

-Claro que sí –Le contesté– Yo sé que te sientes confundida, dolorida, etcétera. Te comprendo.

-¿Como sabías que venía a pedirte perdón? ¿Soy muy obvia? –Comencé a reír.

-Telepatía.

-Oh, claro. Lo olvidé –Ambas comenzamos a reír– ¿Sabes que me encanta de ti, amiga?

-No lo sé. ¿Qué cosa?

-Que tú siempre haces sentir a alguien feliz, aunque la situación sea la peor del mundo. Tú siempre tienes un lado amable para todos. Tú siempre sonríes –Suspiró– Creo que envidio todo eso de ti.

-Omi, gracias –Sonreí torpemente– Te quiero mucho, amiga.

Me acerqué a ella, y la abracé suavemente. Ella me regresó el abrazo eufóricamente. Al separarnos, logré sintonizar un pensamiento de alguien que se aproximaba a nosotras. Era un hombre, y estaba buscándome a mí. Quería que pagara por lo que le había hecho. Enseguida, me puse a la defensiva y coloqué a Omi tras mío. Ella me cuestionó al principio, pero, al cabo de unos segundos supo que algo sucedía. Mis sentidos se habían agudizado desde que me encontraba aquí. Había gente peligrosa, y tenía que estar atenta a todo lo que pasaba a mí alrededor. Miré fijamente la entrada de la carpa, y noté que el cierre comenzaba a abrirse. Era nada más, y nada menos que el mismo monstruo que había dejado atrás. Me miró con odio, con aquellos ojos oscuros y terroríficos que parecían a los de un gato. 

-Lárgate de aquí, imbécil. No quiero verte cerca de mí -Grité.

-Princesa, esto no se ha acabado.

Él se acercó con rapidez a mí, pero lo retuve. Él comenzó a forcejearse conmigo, pero, no podía hacer nada. Concentrándome, abrí al cierre de la carpa, mientras contenía a aquel hombre en el aire. Con el cierre ya abierto por completo, salí llevando conmigo al hombre. Por más que pudiera, no deseaba hacerle daño. Lo único que quería era que se alejara de mí. Tomé aire, y exhalé, para después bajarlo. 

-Ya basta por favor, no quiero pelear contigo. 

Aquel hombre, ignoró mis palabras y se acercó a mí corriendo con brusquedad. Yo estiré mi brazo, y detuve lo que podría ser el golpe final de mi vida. Miré los ojos de aquel hombre, y noté que la desesperación los inundaba. Me sentí mal por él, pero, sí no lo detenía en ese mismo instante, no me dejaría en paz. Miré de re ojo a mi derecha, Lucas me observaba ansioso de ver que era lo que yo le haría. Hice mi brazo para atrás, sin dejar que aquel hombre dejara de flotar, y después moví con brusquedad mi brazo hacia el frente, haciendo que él saliera impulsado hacia un árbol que teníamos delante. Él dio un alarido de dolor, y sentí una culpa tremenda. Había lastimado a aquel hombre, pero, lo había lastimado como jamás había lastimado a alguien. Mi corazón comenzó a estrujarse.

Corrí lo más rápido que pude hacia aquella persona, y noté que seguía retorciéndose de dolor. El impacto había sido fuertísimo. Lo había lastimado terriblemente.

-No sabes cuánto lo lamento –Me agaché a su lado– Permíteme echarte una mano, por favor.

-¡Aléjate de mí! ¡Ahora! –Me gritó, alejándose temeroso de mí.

-Por favor, permíteme ayudarte –Seguí insistiéndole.

-¡No, por favor! ¡Aléjate de mí! 

-Pero, necesitas ayuda. No puedo dejarte aquí.

-Claro que puedes, ¡Lárgate! ¡No vuelvas a acercarte a mí!

-Por favor, déjame ayudarte. No sabes cuánto lo lamento.

-No tienes por qué pedirle perdón –Reconocí la voz de Lucas de tras de mí. 

-¿Qué? –Pregunté, volteándome.

-Él se lo merecía ¿no? –Dijo Lucas, con la mirada penetrante que tanto me aterraba– Déjalo, Jean. No merece que estés aquí, rogándole.

-Claro que lo merece. Yo lo lastimé.

-Pero, él te habría matado si no te hubieras defendido, ¿no es así? –La pregunta se la dirigió al hombre de tras mío. 

-Lo sé, pero Lucas, esto no es lo mío. ¡No puedo dejarlo aquí, sólo! Necesita ayuda.

-Esperaba algo mejor de ti. Pero, claro, siempre has sido la chica buena, amable, carismática y dulce –Me regañó– Nunca has vivido en el mundo real. Siempre has estado dentro de una burbuja, llena de temor, prejuicio, odio. 

-¡Ya cállate, Lucas! –Le grité enfadada. Esto sería lo último que aguantaría de él– ¡Deja de hacerme sentir como una inútil cada vez que hablas de ese modo! 

-Eso es lo que siempre has sido, Jean. Una inútil, buena para nada. Qué bueno que te saqué de aquel agujero. 

-Eres una persona fría, cruel, malévola. Tus palabras no tienen valor. Así que déjame tranquila.

Lucas estiró su brazo hacia una cadena que estaba enredada en un árbol, desenredándola, para luego abalanzarla sobre mí. Fue algo rápido, tan rápido que no pude retenerla. La cadena gruesa y pesada, comenzó a rodearme todo mi cuerpo, haciendo que comenzara a retorcerme, buscando algún modo de salir. La cadena comenzó a subir a mi cuello, dónde comenzó a estrujarlo, dejándome sin aire.

Tenía que hacer algo rápido, este no podía ser mi final.

Moví mis manos rápidamente, y aparté la cadena de mi cuerpo. Ahora, el control era mío. Lucas intentó mover la cadena, pero no pudo hacer nada. Sentí una furia profunda, y la cadena la lancé hacia él. Mi vista se agudizó, y noté que sus pupilas se habían dilatado. Comencé a enredar la cadena en torno a su cuerpo, estrujándolo, haciendo que comenzara a ahogarse. Esta sería la última vez que me lastimaría.

De repente, sentí un gran golpe sobre mi cabeza, haciendo que mi concentración cesara, y comenzara a desvanecerme. El dolor era tremendo, y sentía que un poco de agua comenzaba a escurrir por mi cráneo hasta mi cuello. De nuevo, sentí otro golpe en el mismo lugar, y caí en seco al suelo.

_

3 más y el epílogo :((((((((((((((

A partir de aquí me gustaría y les agradecería de todo corazón si las que van leyendo comenten, para hacerme una idea de si fue bueno subir Phenomenon o no, si hubieron cosas que debí mejorar o cambiar; me gustaría leer la opinión de las mas importantes en esta historia, ustedes.

Gracias por hacer esto posible♥

Phenomenon | j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora