[15]

7.4K 731 176
                                    

Al llegar a la boutique Jimin se sorprendió de que hubiera gente esperando por su llegada, ni siquiera estaba en su país pero las personas parecían saber bien quién era él. Pedían fotos o autógrafos, si no fuera por Jungkook seguro se les hubieran tirado encima.

- Siento mucho el inconveniente - Dijo una mujer de cabello oscuro y una que otra cirugía muy notoria - El príncipe acaba de irse, así que la gente supo de inmediato donde estarían - Se lamento.

Con una rápida mirada miró a su guardaespaldas y luego a la mujer - ¿El príncipe se fue...? - Le había pedido específicamente que llegara temprano para poder elegir sus trajes para la boda ¿pero se había ido?

- Oh, al parecer lo llamaron de último minuto y tuvo que irse - Contestó la dueña del lugar, parecía sorprendida de que el príncipe no le haya aviso nada a su prometido - De todos modos - Sonrió y se dirigió hacia un traje que estaba colgado - El príncipe le dejo este traje, dice que es perfecto para que use en su boda.

Jimin tomó entre sus manos aquel traje, era negro con unos detalles en blanco, no era feo, pero no era para nada el estilo que el se había imaginado para su boda. Ese traje era demasiado simple, nada que otra persona no haya usado antes...

- ¿Se lo probara? Necesito ver sus medidas.

El castaño que se había mantenido al margen, pudo notar la cara de infelicidad que había en el rostro del chico, no se veía para nada contento con ese traje, y le sorprendió aún más que Jimin se dirigiera a los probadores sin objetar nada. Jungkook sabía bien que a Jimin le gustaban las cosas brillantes, era una persona que le gustaba ser notada a donde fuera, y aquel traje no iba para nada con su estilo, más bien era perfectamente aburrido como el mismísimo príncipe quien lo había elegido.

Al salir con su traje ya puesto, Jimin se observo en el gran espejo que habia alli.

- Te queda increíble, un poco grande, pero nada que no pueda arreglar - Dijo la mujer comenzando a tomar sus medidas - ¿Te gusta? - El rubio asintió sin decir palabra, la mujer pensó que tal vez era demasiado tímido.

- ¿Dónde está mi guardaespaldas? - Comenzó a mirar hacia ambos lados, pero no podía verlo ¿donde se había metido? la dueña de la boutique parecía igual de desconcertada, hacía solo un momento estaba para allí - ¿Jungkook? - Llamo.

Pronto el castaño salió del fondo del local, donde habían muchos más trajes de boda y Jungkook llevaba unos cuantos en su mano - Aquí estoy - Dijo con una sonrisa acercándose a Jimin - No soy bueno con la moda, pero estoy seguro que alguno de estos trajes van mejor con tu estilo que el que tienes puesto.

- Jungkook... - Dijo Jimin con una sonrisa en sus labios.

- Pruebatelos y si no te gusta ninguno hay millones de donde elegir - Contesto - Pero esta es tu boda también, tienes derecho a elegir que es lo que quieres usar ¿si? - Ambos se quedaron observando el uno al otro y si no fuera por la mujer, seguro se hubieran estado sonriendo por un largo rato.

[...]

Gracias a la repentina llamada de su padre, Namjoon había tenido que irse de inmediato de la boutique, cambiando cualquier plan que tuviera en su agenda. Su padre estaba allí en China y lo estaba esperando en un café, pocas veces había estado solo los dos, así que para Namjoon era algo que no podía perderse.

El lugar parecía estar reservado solo para ellos dos, no había nadie allí ademas de la gente que trabajaba en el café, era de costumbre Dongwook era conocido por no ser bastante social con la gente y esa era una de las razones por las cuales la reina no lo había elegido como su heredero, Namjoon era alguien carismático, atlético e inteligente. Un perfecto líder al cual la gente se volvía loca cada vez que lo veían.

Blue Blood 📌 Kookmin Au Donde viven las historias. Descúbrelo ahora