CAPITULO 16. Ego

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Jeremy se siguió quejando a pesar de que Rámses le aseguró que lo habían, bloqueado antes de que pudiesen ver las fotos que envió, pero con los mensajes que le pasó a su papá, no hubo caso alguno.

—¡Muy buenos días!—Mike habló con innecesaria fuerza, haciendo que todos nos quejáramos—. Según el administrador del edificio hicieron una muy buena fiesta en el departamento de "estos chicos deportistas" y por supuesto que ustedes estaban invitados.

—Si fue una excelente fiesta—reconoció Donovan y cuando se giró para chocar los cinco con Isaack, este lo ignoró.

—Por lo menos están todos ilesos—dijo mirando hacia los lados—, bueno, casi, a juzgar por la cara de Jeremy. ¿Estás bien hijo?.

—La cagué—era muy raro escuchar a Jeremy decir groserías—. Necesitaré una lobotomía.

—Creo que eso está muy fuera de práctica, pero puedo conseguir a alguien. ¿Qué pasó?

Yo estaba comenzando a preparar el desayuno con ayuda de Isaack, pero estaba atenta a lo que conversaban.

—Muchos mensajes diciendo una innecesaria verdad, a la persona equivocada.

—Pero eran ciertos, la verdad es dolorosa pero por lo menos no mentiste.

—Pero no tenía por qué decírselo. Eran ciertos, pero no todos eran lo que realmente sentía. Estaba borracho.

—Explícale eso—el abogado sacó un chiclet de su bolsillo y se lo llevó a la boca—, cuando uno está borracho dice verdades, pero con sentimientos amplificados y distorsionados de la realidad. Dile que estabas ebrio, lo demás se explicará solo.

—Es lo mismo que le dijimos—Gabriel tenía los ojos cerrados y masajeaba su sien, tratando de aliviar el dolor de cabeza del cual se había quejado hace poco.

—. ¿¡Que mierda!?—exclamó Isaack.

—Rámses, ¿Qué haces?—mis ojos se abrieron tanto que dolían.

—Esto es lo que siento cuando tú miras a hombres en boxers, que no soy yo.

—No entiendo y no sé si quiero entender—Mike encendió el televisor despreocupado.

—No entiendo como aparecerte desnudo es lo opuesto de verlos en bóxer—me sentía en shock viendo como se contoneaba por la sala, junto con sus partes al aire libre. Eran muy buenas partes, pero deberían ser intimas.

—Por favor, vístete—Donovan evitaba mirarlo.

—Como si nunca hubieses visto uno.

—No quiero ver los penes de mis amigos.

Rámses se encogió de hombros.

—No tengo nada que no tenga ninguno de los presentes, a excepción de Amelia que no tiene, pero se encuentra muy familiarizado con el mío. Muy familiarizada, de hecho anoche...

—¡Rámses!—grité y el francés se calló, creo que nunca tenía verdadera intención de decir algo más, pero le encantaba molestarme.

Lo que comenzó como una mañana tranquila, terminó transformándose en un desayuno familiar, porque Hayden, Ulises y Fernando llegaron para acompañarnos. Esperaba que el próximo departamento fuese muy grande, porque este ya se nos antojaba muy pequeño. Los que Keithan me mostró el otro día no me gustaron mucho porque, aunque eran muy prácticos, el espacio era muy reducido en los closets y estos niños pretensiosos tenían demasiada ropa como para que pudieran entrar en esos espacios.

Keithan rio cuando se lo expliqué, pero cuando lo llevé a mi habitación y le mostré el espacio que ocupaba tan solo una parte de la ropa de Rámses y de cómo aún tenía 2 valijas con ropa que no tenía donde colocar, entendió mi punto.

No Juzgues La Portada 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora