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Namjoon y Seokjin se encontraban en la cocina una vez más. Habían terminado de comer todos hace poco y algunos se habían ido al trabajo mientras que otros sólo a descansar un rato a sus respectivas habitaciones.

Y ahí estaban la ahora pareja en aquél punto de la gran casa, Seokjin apoyado en la mesada viendo algo aburridamente en su teléfono en redes sociales seguramente y Namjoon tratando de fregar inútilmente un vaso sucio pero con cuidado de no romperlo, claro.

El moreno entonces volteó hacia el mayor, que no parecía muy divertido viendo su pantalla y solo deslizaba el dedo hacia arriba continuamente.

—Jinnie...- lo llamó.

—¿Mmh?

Namjoon no dijo nada, sólo dejó la esponja que solía utilizar en la mesada junto al vaso que probablemente no podría terminar de lavar; se acercó a su hyung, quitó el aparato de sus manos y lo dejó a un costado, éste lo miraba confundido pero de inmediato cambió esa expresión cuando los labios contrarios fueron estampados contra los suyos.

Y a medida que se besaban moviendo sus labios, podían sentir más aquella burbuja de amor que los envolvía.

Seokjin rompió el beso para calmar un poco su agitada respiración. Namjoon lo miró sonriente.

—¿P-por qué hiciste eso?

—¿Acabas de preguntarme por qué te besé?– arqueó una ceja sonriente, mientras tomaba su cintura.

—Si...

—Bueno, ¿no puedo acaso besar a mi novio cuando quiera?– plantó un besito tierno en su nariz. El mayor dejó de hablar, aquella palabra lo había cautivado.

Desde que se hicieron pareja, esa palabra casi no había resonado de la boca de ninguno, y ahora Namjoon lo había dicho y no podía sentirse más feliz con aquello.

—Claro que puedes, siempre.– sonrió y enredó sus brazos al rededor del cuello contrario para acercarlo más a él y juntar nuevamente sus labios con dulzura y una pizca de atrevimiento de por medio, haciéndolo un poco brusco a medida que se unían más.

—¿Qué tal si vamos a-

—Ay dios, si, mejor vayan a su habitación, no queremos ver más de eso aquí.

La pareja volteó hacia la voz detrás en la mesa del comedor. Claro, era Jimin y venía acompañado por Taehyung que reía bajito pero tenía la mirada enternecida por los mayores y su exceso de dulzura en la escena.

—En realidad... le iba a preguntar a Jin si no quería que vayamos al parque más tarde y tomar algo.

La expresión burlona del rubio cambió por completo y se avergonzó por sobre pensar las cosas de aquella manera, Taehyung rió sonoramente a su lado.

—Oh... l-lo siento huh, claro sigan sigan.– revoloteó su mano y agarró a su amigo, quién todavía reía, por la muñeca y lo llevo corriendo hacia el piso de arriba por las escaleras.

El castaño rió.—Estoy seguro que dijiste lo del parque para no quedar mal, ¿no es así?

—Me conoces bien.–sonrió pícaramente y volvió a depositar un beso pequeño en los abultados labios, le extendió la mano al mayor quién la tomó e inmediatamente fué cargado al fuerte hombro de Namjoon cuál costal de papas mientras reía y pataleaba para ser bajado, el moreno simplemente reía por los fallidos intentos y lo llevó todavía en su hombro hacia las habitaciones de arriba escuchando la risa y maldiciones bajitas de su novio.

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¡namjoon, yo no lavo tus cosas! © namjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora