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— Kook, ¿tú sabes algo de lo que pasa ahora con Nam y Jin hyung?– los menores miraban desde la mesa del comedor a los dos mayores sentados cada uno en un sillón enfrentados lanzándose miradas nada disimuladas. Estaban así porque sabían que todos permanecían en casa por ser Domingo, así que Seokjin estaba en uno de los sillones individuales y Namjoon echado en el más grande a unos metros en frente.
—Pues no, pero seguramente Hoseok hyung sepa algo...
—¿Le preguntamos?– Jimin estaba emocionado por saber todo.
—Vamos!
Se encaminaron hacia las habitaciones, en el camino hacia allá los enamorados los notaron y fingieron estar haciendo otra cosa cuando pasaron. Jungkook y Jimin rieron.
—Espera! Ve a buscar a Tae porque luego no me da ganas de contarle todo.– el rubio frenó a su acompañante quién asintió y fué hacia el otro lado dónde quedaba su recámara compartida.
—¿Tae? ¿Príncipe, estás aquí?– abrió levemente la puerta de su cuarto, el cuál estaba totalmente oscuro sobretodo por que estaba anocheciendo y no pasaba mucha luz por las ventanas.
—Mmh Kookie me siento mal.– se quejó una voz, al parecer desde la cama.
Jungkook se acercó en pasos cautelosos, no había prendido la luz por si Taehyung estaba acostado y no incomodarlo. Pero al estar más cerca de la gran cama de madera, fue jalado hasta ella en un instante sacándole un jadeo sorpresivo.
Y de repente estaba acostado detrás de un cuerpecito no mucho más grande que él, formando la tierna posición de cucharita entre ambos. Las manitos de Taehyung salieron de las sábanas y tocaron las suyas, las colocó al rededor de su cintura y volvió a acomodarse a su antigua posición, se pegó más al cuerpo contrario.
—Koo amor, duerme conmigo ¿Sí?
Jungkook se sintió tan cálido y bonito que abrazó más a su chico importándole poco que vayan a dormir a las siete de la tarde, y que Jimin los esté esperando fuera para su misión, seguramente enfadado por su tardanza.
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𝘍𝘢𝘪𝘵𝘪𝘯❥︎
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¡namjoon, yo no lavo tus cosas! © namjin
Fanfiction•[No se permiten adaptaciones de ésta obra en específico]• Seokjin obligaba a un flojo Namjoon todos los días a que haga sus quehaceres, en especial lavar lo que debía y no quería, pero jamás imaginó que todo aquél lío que formaban en la alborotada...