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¿Qué es lo que realmente quieres sentir?.

Es una de muchas preguntas que te haces a ti mismo a lo largo de la vida. Pero.... ni siquiera sabes la respuesta a aquello. Porque quieres sentir pero al mismo tiempo no. Quieres llamar la atención pero al mismo tiempo no hacerlo. Quieres no estar solo pero al mismo tiempo si estarlo.

Eso era uno de los conflictos emocionales que sentía Lee Donghyuck al estar en aquella fiesta con un vaso rojo en sus manos, este conteniendo Ron, tratando de olvidar la lejana relación que tenía con su madre y al mismo tiempo tratar de deshacer la ansiedad y estrés que cargaba todos los días.

Pasó una mano por su cabello castaño para que no le siguiera molestando en su frente ya sudada. Tomó un sorbo de alcohol sintiendo como este ardía fuertemente mientras baja por su garganta, sabía que podría colocarse mucho más borracho de lo que ya estaba, pero no le importaba, podía salir una vez al mes a aquellas fiestas después de todo, era una de las pocas oportunidades para olvidar lo que significaba ser un estudiante casi perfecto.

En la escuela se permitía ser el nerd que todos miraban como el raro de la clase y que ni siquiera se esforzaban en tratar de entablar una conversación con él.

Pero todos dicen que el maquillaje es poderoso, sobre todo si nunca te maquillas o te ven maquillado, o bien arreglado, y Donghyuck lo había comprobado de primera mano, al arreglarse y maquillarse por primera vez, ni él mismo se había reconocido al verse en el espejo. Tenía que admitir que estaba más acostumbrado a verse con sus lentes y su ropa desordenada, porque así era como se veía casi todos los días de su vida. Pero saber que nadie de la escuela lo reconocía bien arreglado y con un poco de maquillaje encima, lo hacía sentirse seguro y confiado.

Todos nos colocamos rebeldes en algún momento de nuestra adolescencia y a veces esto puede traer un poco de malas, muy malas consecuencias, esto es justo lo que había traído para Donghyuck, pero al menos después había logrado que lo dejaran salir a divertirse una vez al mes. Y aunque era un recuerdo que Donghyuck quería borrar de su memoria si es que era posible permanentemente, no podía, porque eso le había afectado y lo perseguía en sus pesadillas de vez en cuando.

Es por eso que sintiendo lo fuerte que sonaba la música en sus oídos y dejándose llevar por el alcohol que había en su cuerpo comenzó a bailar tratando de olvidar todo aquello que lo angustiaba.

Pero fue empujado provocando que chocara contra el pecho de alguien, y realmente agradeció que había tomado todo el contenido de su vaso antes, porque seguramente podría haber derramado el líquido en la camisa de aquel chico. Pero lastima que este no era un desconocido, porque al subir la mirada y ver aquellos profundos ojos cafés casi oscuros, sintió que su cuerpo se paralizaba, aunque fuera sin querer, porque jamás en su vida pensó estar tan cerca de Mark Lee, el capitán del equipo de fútbol y atractivo en muchos sentidos, a él las chicas siempre lo pasaban mirando demás.

Y es que realmente no las juzgaba demaciado, porque ni Donghyuck podía resistirse a mirarlo demás de vez en cuando, porque aunque él fuera un poco arrogante y engreído como aparentaba, tenia que admitir que estaba guapo, porque su cabello negro peinado desordenadamente pero viéndose ordenado de igual forma, sus ojos café oscuros y sus pómulos ligeramente marcados, si, parecía inalcanzable para un nerd como lo era el.

—Deberías tener más cuidado. - habló con aquel tono demandante, casi el mismo que usaba cuando le gritaba a su equipo en los entrenamientos, jamás pensó escucharla de tan cerca.

Así que recobrando su compostura y saliendo del shock, se apartó lo más rápido que pudo, tal como si tocarlo fuera el mismísimo fuego, y el no quería quemarse, e iba a irse, pero una mano sujetando fuertemente su brazo se lo impidió y al ver que era el mismísimo Mark Lee quien hacia eso, juro que tal vez estaba alucinando debido al alcohol en su sistema, pero no.

Me estoy enamorando de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora