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Odiaba sentir sed a altas horas de la noche, porque eso implicaba levantarse de su cómoda y abrigada cama, pero en esos momentos era lo que menos le importaba porque de lo que más se estaba preocupando era de no encontrarse con su madre, miraba para todas partes a la vez que bajaba silenciosamente las escaleras, importando poco si se caía por estas al estar concentrado en que su madre no estuviera cerca, ¿Cuántas probabilidades había de que ella también fuera a la cocina?, según él casi ninguna, o al menos eso esperaba.

Había estado tratando de evitar toparse con ella, porque sabía que lo iba a regañar por permanecer dormido, ella se enteraba de todo lo que sucedía en la escuela, eso le daba un poco de miedo, pero era por la misma razón que se debía comportar bien y sacar buenas notas. Miró otra vez hacía las escaleras las cuales casi no se veían por la oscuridad, forzó un poco más la vista y cuando se aseguró de que no hubiese nadie, entró a la cocina.

Sacó un vaso del mueble y lo llenó con agua, casi la escupe cuando la bebió, el agua a esas horas de la noche no tenía un sabor normal sino que le había sabido a metal, boto el resto del agua e iba a guardar el vaso, pero vio por el reflejo de la venta a alguien parado detrás de él.

Pegó un ligero salto del susto a la vez que dejaba caer el vaso, escuchándose un segundo después el ruido de este rompiéndose contra el suelo.

—Vaya, si que te asuste. - Habló la mujer apoyada en el marco de la puerta, vestida con su pijama y su largo cabello castaño cayendo por sus hombros, mientras terminaba de entrar en la cocina.

Donghyuck tenso su cuerpo notablemente a la vez que se agachaba a recoger las piezas rotas del vaso, sin mirarla directamente, se le hace un poco raro no verla con el cabello perfectamente ordenado agarrado con un sujetador, y sin sus vestidos elegantes.

Ella también saco un vaso pero echo agua de una botella que había sacado del refrigerador, se sintió estúpido al no haber hecho eso y haber bebido agua del grifo, sentía que la mirada que su madre le daba, le estaba quemando su espalda mientras juntaba las piezas rotas del vaso, trago duramente levantándose y dirigiéndose a la basura para botar los trozos rotos.

—¿Por qué te ves tan nervioso?. - rio burlonamente mientras tomaba un sorbo de agua y miraba como Donghyuck efectivamente se veía nervioso. —Déjame adivinar el porqué - hablo sarcásticamente. —tal vez.... porque me llamaron y me dijeron que habías llegado tarde a la escuela.

Donghyuck en ese momento supo que estaba jodido, comenzó a sentir el sudor, el dolor de estómago, la falta de aire, evidentemente los nervios y el miedo, pero trato de no ser tan evidente, sabía que era en vano porque ella sabía el poder que tenía sobre él, y para su desgracia, ella también sabía leerlo perfectamente.

—Tranquilo, por esta vez no te diré nada, pero espero que sea la primera y última vez. - dijo en un extraño tono calmado a la vez que lavaba el vaso y lo guardaba.

Ella suspiro, y lo miró por última vez con aquellos ojos café oscuros que podían decir todo pero a la vez nada, pero Donghyuck entendía que estaba esperando que asintiera a la pequeña advertencia que le había dejado entre líneas.

—Así será mamá. - aseguro como siempre lo hacía.

Ella asintió y se fue dejándolo preocupado, y tal vez era la ansiedad lo que le provocaba aquello pero volvió a sacar otro vaso, esta vez lo llenó con agua de la botella y lo tomó lo más rápido que podía casi ahogándose con esta misma, para hacer que de alguna manera sus nervios se fueran.

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—Parece que alguien no amaneció con el mejor de los humor. - dijo Mark llegando frente a él, mirando su ceño fruncido y notando que se había tocado el cabello con frustración por lo desordenado que estaba.

Me estoy enamorando de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora