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Entró a su habitación, busco una caja, en ella echó su celular y la laptop junto con los cargadores. Dejo esta sobre su escritorio, luego se sentó en su cama, y se sacó los lentes para pasar sus manos por su rostro sintiendo unas grandes ganas de dormir y olvidarse de todo.

Pero se levantó solo para buscar su arete, según el este le daba buena suerte cuando tenía aquellos días agotadores, siempre lo andaba trayendo en un bolsillo de la mochila de la escuela. Porque si, era creyente de la suerte y el karma, o en las energías que provoca el uso de los cuarzos en las personas. Pero él se colocaba el arete para salir a las fiestas una vez al mes, y el resto de los demás días lo llevaba guardado en su mochila.

Era un arete con una piedra de cuarzo rosado pastel, el cual le había comprado a un artesano años atrás cuando este le explicó las buenas energías que producían aquellas piedras, eso lo motivó para seguir investigando sobre esos temas.

Pero se estaba empezando a preocupar al no encontrarlo en su mochila, dio vuelta está haciendo que las cosas que contenía cayeran amontonadas sobre su cama. No podía perder aquel arete, se había vuelto importante para él, porque sentía que era la única cosa que podía ayudarlo en momentos difíciles y estresantes. Sonaba ridículo, y tal vez lo era, pero también era ridículo que le contara sus problemas a la foto de Michael Jackson por las noches.

Toco su cabello con frustración y busco de nuevo, pero se detuvo cuando escuchó su puerta ser tocada.

—¿Qué estás buscando?. - alzó una ceja confundida mientras entraba y dejaba unos libros en su escritorio.

—Solo el libro de historia, no lo encuentro. - mintió.

—Deberías ser más ordenado, sabes que no me gusta el desorden. - Miró la habitación perfectamente ordenada, pero aún así encontrando algún detalle fuera de lugar, luego tomó la caja revisando que estuviera todo.

El solo sonrió falsamente haciendo como si aquello no le molestara, porque su habitación siempre estaba perfectamente ordenada, y su única razón para mantenerla así, era evitar que su madre se molestara.

—Deje libros que pueden ayudarte, repasalos. - iba a salir pero se detuvo antes. —Deje marcadas las páginas que deberías estudiar, después te haré preguntas sobre esos temas.

Asintió y la vio salir. Volvió a mirar el ligero desorden que había dejado al tratar de buscar el arete, pero se dio por vencido y volvió a meter sus cosas en la mochila, tal vez después cuando no lo estuviera buscando este aparecería solo, o al menos eso esperaba.

No es que le quisiera mentir a su madre, es que ella no era creyentes de cosas espirituales y estaba seguro de que lo juzgaría diciendo que esas cosas eran ridículas, ella era demasiado correcta y directa, que cuando algo le parecía mal simplemente lo decía y lo le importaba si diciendo esas cosas lastimaba o no sus sentimientos. Es por eso que le costaba confiar en ella y tratar de llevar a cabo una mejor relación que simplemente asentir a todo lo que ella decía.

Cuando termino de ordenar miró su habitación y los libros sobre su escritorio, no tenía más opción que estudiar estos como su madre le había dicho, no era buena idea hacer que se enojara mucho más de lo que ya estaba, así que se levantó de mala gana y agarró uno para comenzar a leerlo.

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—Entonces, encontraste eso... en la mochila de Lee Donghyuck cuando lo llevamos a la enfermería. - rompió el silencio pensativo que había en el ambiente.

El otro asintió todavía mirando el objeto sobre la mesa. Los dos estaban sentados mirando el objeto sobre la mesa, estaban muy perdidos y confundidos en sus pensamientos como para entablar una conversación.

Me estoy enamorando de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora