Capitulo 20: La Sorpresa

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Era de noche y el viento se agitaba con suma firmeza, Zuly había caído en un profundo sueño, su cuerpo entero gemía y cientos de voces gritaban a su cabeza diciéndole: "¡Protegelos, no dejes que la historia se repita! - ¡Juraste protegerla en honor a su hermana! - ¡Has fracasado! - ¡Ni en tus peores pesadillas te imaginaste que él regresaría! - ¡Protegelos! - ¡Protegelos! - ¡¡¡PROTEGELOOOOS!!!" despertó con desasosiego y su respiración hiperventilaba exagerada. Sus manos y pies temblaban y de sus poros sentía como lo bañaba un frío sudor, la preocupación lo estaba matando y no soportaba más lo que estaba sucediendo, sujetó con ambas manos las sienes de su cabeza y parecía que pronto colapsaría.
     Estando ahí, sumergido en sus pensamientos, todo se aclaró y notó extraño. Mirando a su alrededor se percató que estaba en un lugar desértico repleto de colinas y montañas, un lugar que él conocía muy bien.
    —¿Descerlcan...? ¿Qué hago qui? — cerca de él, había un pequeño charco de agua, en el cual pudo ver su reflejo, y vió que tenía la misma apariencia de cuando tenia quince años, entonces a lo lejos, por una colina, observó la silueta de una joven de cabello rubio oscuro; la cual, tenía una complexión que él conocía muy bien y supo de quién se trataba.
    La extraña joven lo llama desde la colina, y le dice: —¡¡¡BELLO LIAM, PORQUE NO SUBES!!!
    Al escuchar su voz, sus ojos se agüaron y se inundaron en lágrimas, su espíritu se llenó de gozo y dirigiéndose a ella asintió: —¡S-SIII! — dió un gran salto y voló a toda prisa dónde ella.
    Llego al lugar, y sin pensarlo dos veces, se lanzó encima de la joven y la abrazó con todas sus fuerzas, y entre lágrimas y alegrías, Zuly le dijo: —¡Te extrañe muchísimo! ¡Gracias por volver a mi lado!
    La joven lo consuela y le dice: —Yo también te he extrañado mucho, nunca he dejado de pensar en tí.
    Zuly se aparta de ella despacio, y teniendo algo de conciencia, le dijo confundido: —Pe-Pero, tu moriste... Yo... yo te vi morir. ¿Cómo es qué...?
    —Shiii— lo calla— estás hablando demasiado—. Con sus manos acariciaba su rostro, y acercándose lentamente a él, le dio un suave beso en la frente.
    El pequeño Zuly derramó abundantes lágrimas y un fuerte dolor atormentó su corazón, en total abandono y lamentó, le dijo: —¡Te amo mucho! ¡No te separes de mi de nuevo, te lo imploro!
    La joven seca sus lágrimas y le dice: —Yo siempre estaré contigo— coloca su mano sobre su pecho—, siempre viviré en tu corazón mi bello Liam... Pero ahora tú tienes que seguir con tu vida. Pasaron más de cien años y todos siguieron adelante. Solo mira como mi niña Rowan se casó con el amable Jeff— dijo llena de ilusión. —El Maestro Josh vive como siempre feliz en su casa... Pero tú... Te has estancado en el pasado. Hace mucho tiempo que le cerraste a tu corazón la oportunidad de volver amar. ¿Por qué lo hiciste bello Liam?
    Zuly agachó su mirada despacio, y dirigiéndose a ella, sostuvo sus manos con vehemencia sintiendo una profunda pena en su alma, y con su corazón herido le contesto: —Porque tú me conoces Carla, sabes que la única mujer a la que he amado en mi vida has sido tú... Y desde ese día, juré amarte por el resto de mi vida; por lo tanto, no puedo amar a alguien más que no seas tú. —Sus miradas se cruzaron una con otra, ambos se llevaron por los aires sutilez, y con frágil voz, murmullo Zuly: —¿Por qué querría amar a alguien más que no seas tú...?
    Carla mirándolo con gentileza y amabilidad, le contesta: —Porque yo ya no estoy Liam, y quiero que seas feliz, que continúes con tú vida. No te culpes por nada de lo que pasó ese día, fue mi decisión, y tuviera que volver hacerlo, lo haría sin pensarlo.
    —Sabes muy bien que si yo no hubiera fallado, tú aun seguirías viva.
    —Mi bello Liam, fue por mi sacrificio que te volviste más fuerte, por mi sacrificio conociste la verdadera misión en tu vida; por mi sacrificio y esa promesa, siempre diste lo mejor de tí en el campo de batalla. Si nada de lo que ese día hubiera pasado, todo lo que ustedes (Jeffrey, Rowan y Zuly) hicieron y fueron después, no hubiera sido posible. Son lo que son gracias a eso, y por esa razón estoy tranquila, porque lo que pasó ese día, jamás fue considerada su derrota, sino el comienzo de sus verdaderas vidas.
    Al toparse con la realidad de las cosas, y de lo que él siempre había ignorado, Zuly se vio envuelto por una triste melodía. Sus objetivos y propósitos habían dado un cambio radical en cuestión de segundos, todo por lo que alguna vez se esforzó por mantener debía cambia ahora mismo; pues, había algo en su corazón que añoraba algo más grande y especial, y por algunos segundos, trajo consigo la imagen de su compañera Lucy en su memoria y sintió a su corazón alegrarse y morir de amor por ella, por la compañia de aquella joven humana de la que siempre ha sabido disfrutar su presencia y sus amigables gestos, y de cierto modo, comprendió el porque Carla le había dicho todo eso.
    Teniendo ahora sus objetivos más claros que nunca, volvió la mirada a Carla y le contestó: —Después de cien años, sigues teniendo razón, y la verdad es que si, Jeff, Rowan y yo, hemos vivido muchas aventuras y lo que siempre me impulsaba a seguir adelante, eras tú y la promesa que te hice... Y ahora... —su mirada se llena de una gran ilusión, y espectando una cálida sonrisa le dice: —Y ahora, tengo a Lucy conmigo. Ella es una extraordinaria mujer que quiero muchísimo—. Carla sonrió feliz y su calidez cautivo la vista de Zuly, quien por un momento pensó que estaba ante la presencia de un ángel. Sabiendo lo que debía hacer, se despidió de ella diciéndole: —Lo haré Carla, seguiré con mi vida y siempre lucharé hasta el final— se volvieron abrazar, y ella volvió a besar su frente por última vez, antes de despedirse y decirle: —Se feliz con ella mi bello Liam, cuídate mucho, y recuerda que yo siempre viviré en tú corazón— enseguida, un gran resplandor dorado emergió del pecho de la joven inundado todo el lugar donde él encontraban.
    Zuly cubrió sus ojos y cuando los volvió abrir, estaba nuevamente en su recamara, todo había sido un sueño (o eso parecía), tomó asiento y se puso a meditar en las palabras que Carla le había dicho.

Las Memorias De Orun: El Guerrero CelestialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora