Capítulo 33: El Pueblo

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Narra Santiago...

4 días después de la reunión, el señor Roman me entregó las llaves de un pequeño departamento que tenía al centro de la ciudad, y para ser pequeño tenía muchos lujos.

La parte del segundo piso tenía como unas 4 habitaciones, y cada una con sus propios baños, la sala era enorme, había un balcón donde se podía contemplar gran parte de la ciudad, todo es muy fino ahí; aún que para mí gusto, extraño mi pequeño cuarto que tenía en Boston.

Me encontraba reposando en la segunda de las habitación, con mi cabeza mirando al techo pensando en mis amigos, que habían sido secuestrados por Niko y su ejército de mercenarios, espero que ya el maestro los haya podido liberar, la última vez que hablamos no me dijo nada, y está angustia en verdad me está matando.

Tomo mucho aire para aliviar un poco el estrés que me consumía, mientras que por mi cabeza pasaban miles de cosas a la ves, en eso escuche que tocaron el timbre de la puerta de abajo, me levanté para ver quién era, recorrí el corredor y baje las escaleras, al abrir la puerta, vi que se trataban de Laura y Leonardo, pero alguien más venía con ellos, era el mismo tipo que nos recibió en el aeropuerto de la ciudad de San Cristóbal en México, si mal no recuerdo, se llamaba Jake.

- ¡Hola Santiago!, espero que no te hayamos tomando de sorpresa - me saludo Laura con una gran sonrisa. - Verás, como tú sabes dentro de poco viajaremos a España, y ya que estaremos muy agitados por esos lugares, decidimos salir a divertirnos un rato, y como hoy es viernes pues... ¡¿Queríamos saber si quisieras salir con nosotros...?!

- Nosotros. - interrumpió Jake con algo de sarcasmo.

- ¡Jake ya lo hablamos! - murmullo Laura mirándolo de reojo.

- Miren, no es por ser agüafiestas. Pero no creo que sea buena idea ir con él. - dijo bastante serio, yo me extrañe ya que no sabía porque había dicho algo así.

- ¡Jake basta! - replicó Leonardo colocando su mano derecha en su hombro.

Él lo regreso a mirar, y respondió: - Bien, como quieran. - seguido se aparto de nosotros.

- Bu-bueno Santiago, como te decía. - volvió hablar Laura. - Vamos a ir a una discoteca muy buena donde estoy más que segura que te divertirás muchísimo.

- ¿Qué es una discoteca? - pregunté curioso.

- Ehh si, bueno..., una discoteca es un lugar, donde las personas van para pasar un rato de diversión con sus amigos. - respondió Leonardo.

- Ohh ya entiendo.

- ¿Entonces Santiago que dices? ¿Vienes? - pregunto Laura.

- Hmm... Es-está bien, voy con ustedes. - respondí dudoso.

- ¡Excelente! ¡Bueno, alístate y vámonos rapidoo! - exclamó ella bastante impaciente.

Subí a la recamara para cambiarme de ropa, me coloque una camisa de color café escura con pequeños cuadrados, unos pantalones negros con zapatos del mismo color de mi pantalón; lave mi cara y arregle mi cabello, hecho ésto, baje a la sala y salimos del departamento, bajamos hasta el primer piso y al salir para entrar al auto, Jake ya había estado montado en los asientos de atrás esperándonos, subimos y partimos al lugar de diversiones del que ellos me hablaron.

(* * * *)

Media hora después, llegamos al lugar que ellos habían dicho, Leonardo estacionó el auto por una calle desolada donde habían más autos y caminamos recto hasta dar vuelta a la derecha, llegamos a un sitio muy colorido donde se podía escuchar música por dentro. En la parte de la entrada, había dos hombres morenos grandes y musculosos, vestían camisetas y pantalones de color negro, los cuales se encargaban de dejar pasar a las demás personas que ahí se encontraban.

Las Memorias De Orun: El Guerrero CelestialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora