Hasta que llegaste tú

Capítulo 3

SANEM

—Estoy muerta, ya no aguanto los pies —digo, haciendo un mohín.

—Yo igual, pero la verdad es que la hemos pasado muy bien, ¿o no? Hace mucho que no salíamos a divertirnos.

—Por supuesto que no salimos, si ustedes dos se han convertido en dos viejas prematuras; siempre están demasiado cansadas para pasarla bien —nos recrimina Rutkay.

—Discúlpenos Sr. vigor, pero le recuerdo que a diferencia de nosotras, usted no tiene que cumplir horario para ganarse la vida —le suelto, colocando los brazos en jarra—. Saadet, acompáñame al baño por favor, ya no podré aguantar mucho más.

—Sí, yo también necesito ir. Ya cuando regresemos nos vamos Rutkay, así que no te pierdas de vista.

—Vayan niñas, yo las espero aquí, solo procuren no tardar mucho, ¿sí? —Nos guiña un ojo, a la vez que nos pellizca una mejilla a cada una de forma cariñosa.

CAN

Miro la hora en el teléfono. Son las 2:20 a.m. Metin se fue hace media hora más o menos y Akif está atendiendo algún problema con el personal del bar. Yo sigo en el mismo lugar, dándole vueltas en la cabeza a la petición que me hizo mi padre; sé que tengo que darle una respuesta cuanto antes y sospecho que el que no estará contento con la decisión seré yo.

Pero esta noche no quiero pensar más en eso, quiero ver de cerca el rostro de aquella que me hizo olvidar todos mis problemas deleitándome con sus movimientos. La vi caminar hacia el baño con su amiga. Me pregunto si ya estarán por retirarse del local, porque si es así, voy a buscarla ahora mismo, aunque no es lo que acostumbro a hacer, normalmente son las chicas las que se acercan, pero ella no lo ha hecho y hoy es la única que logró captar mi atención.

La encuentro unos minutos después, justo afuera de los servicios higiénicos. Está recostada contra la pared tecleando en el teléfono, espero que no le esté escribiendo a algún novio. Su amiga no se ve por ninguna parte, supongo que estará adentro.

Me acerco.