Capitulo XXII

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Capítulo XXII

Dylan Holsen.

Miro por la ventana a los arboles y el grisáceo cielo, puedo oír a las aves cantar y a los autos pasar, y eso es lo único que puedo ver a través de la pequeña ventana de mi celda.

¿Cómo llegué aquí? De igual manera que todos, salí temprano a comprar unas aspirinas ya que en casa no había y a mi me mataba el dolor de cabeza.

Pero justo cuando salgo de mi casa, una camioneta de la policía se estaciona al frente y me pide que vaya con él, yo sin entender nada, sedo. Pero aun así pregunté el motivo mientras acompañaba al oficial al vehículo, luego el me dijo que estaba bajo arresto por ser sospechoso del homicidio de la fiesta.

Obvio no lo hice, yo no maté a nadie. Pero el oficial no lo entendió y de igual forma me arrestó colocándome unas esposas tras la espalda, lo suficientemente ajustadas a mis muñecas para que no pudiera hacer ningún movimiento. Sin embargo, no objeté, solo pedí una llamada y se me fue concedida.

Llamé a Allan.

Mientras que iba en el auto con la policía, le marqué y hablé con él, pero el celular se quedó sin batería y no llegué a concluir lo que decía, siquiera le dije en que estación estaría.

Momentos después, ya estaba en la estación de policía y me quitaron las cosas que llevaba conmigo, el dinero y mi celular, luego me llevaron por unas escaleras que iban hacia debajo de la misma, donde están todas las celdas de la gente detenida. Luego me meten a una que afortunadamente tiene una pequeña ventana.

Pero para mi sorpresa, no era el único de la fiesta que estaba aquí, me dio un poco de alivio al saber que no era el único sospechoso del homicidio.

Y eso nos lleva hasta este punto. Estas celdas tienen una pequeña cama que está pegada a la pared, un retrete y más nada.

Me alejo de mi pequeña ventana para ir a sentarme en la horilla de la cama, al menos el silencio de este lugar me ayudaba a pensar, aun que la verdad, eso era lo único que podía hacer aquí.

¿Qué fue lo que pudo haberme acusado de ser sospechoso? ¿Mi declaración? Pero y si fue la declaración ¿por qué los demás del grupo no están aquí?

Entonces esa sería una teoría descartada.

¿Qué fue lo que pudo haberme acusado de ser sospechoso? Vuelvo a preguntarme, en ningún momento me alejé del grupo. O al menos eso creía hasta que recuerdo un pequeño detalle.

La chica del pasillo.

Y puta madre que no recuerdo su cara, y su nombre no me lo dijo. ¿Tendrá ella algo que ver? Eso no lo sé, desde donde estoy, nada puede confirmármelo.

Me pregunto ¿Cómo se sentirá el anónimo al saber mi posición justo ahora? ¿Sabrá donde me encuentro? Y si lo sabe, entonces ¿por qué no ha venido a verme? Sin embargo, no creo que venga hoy, ya que sería muy pronto para venir a verme y dar la cara. De todas maneras, dentro de una celda no hay mucho que pueda hacer si se llegara a aparecer.

Y es que después de haber matado a alguien ¿Qué serian unos policías para él?

¿Qué seria yo en estas circunstancias para él?

(...)

Un tintineo constante golpea las rejas de mi celda, ocasionando que me despierte de él incomodo sueño que tenía en estas espantosas camas.

Me incorporo rápidamente y me froto los ojos, pero lo que había afuera no era lo que me esperaba encontrar

—Sabría que vendrías —Digo con una sonrisa en mi rostro.

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