Capitulo XII

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Capítulo XII

Dylan Holsen.

Que jodido dolor de cabeza...

Bien, no mentiré. Haber consumido eso y haber bebido tanto, fue una mala idea. Justo ahora es cuando se te viene a la mente todo los sermones de tu mamá sobre las drogas y el alcohol, pero ya para ese entonces, estaba perdido y ni me escuchaba yo mismo.

La luz del sol se cuela por la ventana, haciendo que me despierte.

Justo ahora estoy mirando al techo, un techo completamente blanco. Estoy en una habitación que evidentemente no es la mía, ¿cómo llegue aquí? Ni puta idea.

La habitación es bastante bonita a decir verdad, es grande; mucho más grande que la mía. Todas las paredes son blancas con decoraciones negras, como cuadros, estantes y un televisor. Las cortinas de la ventana son negras, gruesas, pero están abiertas, súper lógico —nótese el sarcasmo—

Las sabanas de la cama en donde me encuentro son blancas al igual que casi todas las decoraciones. Si la combinación no fuera tan buena, diría que tienen complejo de dálmata. Pero es muy lindo, no me quejo.

Froto mis ojos con mis manos para quitarme un poco el sueño y bostezo por el cansancio. Y ahí es cuando me doy cuenta.

Alguien se mueve a mi lado.

Volteo la cabeza tan rápidamente que hasta pude sentir un dolor en el cuello por el repentino movimiento mientras abro los ojos como platos al darme cuenta de quién se trata.

Un cabello rubio se ve perfectamente brilloso por los rayos del sol que entran por la ventana, unas pestañas largas y bonitas que descansan plácidamente cuando ella tiene los ojos cerrados, esa piel tan perfecta...Ella.

Emily.

Me paso las manos por la cara y el cabello con desesperación. ¿Qué hago ahora? ¿Cómo mierda llegué aquí? ¿De quién es esta habitación? Mierda.

Dispuesto a hacer algo, me quito la sabana y me siento en la cama cuidadosamente para no despertarla. Estoy en bóxers, eso es raro, recuerdo no haberme quitado la ropa. Se agrega otra pregunta más a mi lista.

Ahora ¿Dónde está mi jodida ropa?

Me pongo de pie para comenzar a buscarla entre el desastre que hay en la habitación ¿Por qué? Ni puta idea. Al ponerme de pie, el dolor de cabeza es punzante, jodida mierda.

Comienzo a caminar por la habitación en busca de la ropa, la verdad espero encontrarla rápido. Me acerco al sillón —también negro— que está al frente de la televisión, este tiene una sábana blanca encima, la levanto para ver si había parte de mi ropa en este, pero no hay nada, así que la pongo en su lugar otra vez.

Me acerco al closet, al menos tiene que haber algo ahí, es un closet. Me encamino hacia este y pongo mi mano en cerradura para abrirlo, pero está cerrado, que raro, ¿Qué hace un closet cerrado con llave?

Me acerco a la cerradura para ver si se puede abrir con una llave o algo, pero no hay nada, ni siquiera el agujero por donde metes la llave, no hay nada ¿Qué mierda?

No obstante, intento abrir el closet otra vez, solo para asegurar, pero sucede lo mismo, las puertas no abren. Ok, me rendí.

Me alejo del closet para ir a los cajones al otro extremo de la habitación, pero a la mierda mi plan.

La puerta de la habitación se abre rápidamente, y yo solo me quedo mirando como un idiota a la persona que la abrió.

—Buenos días. —Me dice Allan con una sonrisa burlona, parece completamente sobrio y cuerdo, ¿Qué está pasando?

UNO por UNODonde viven las historias. Descúbrelo ahora