31 - Te quiero -

45 5 1
                                    


Me senté en la primera banca que encontré, no sabía cómo reaccionar hacia las palabras de Hayashi Yume. El viento fresco de primavera hacía que mis cabellos se moviesen ligeramente, y el ruido de las hojas chocando entre ellas me ayudaban mantenerme dentro de mis pensamientos.

"Shoto dijo que hablaría contigo, pero me sentía en la obligación de también hacerlo." – esas fueron las palabras de Yume. – "Espero que lo que decidas, sea volver con él o simplemente ser amigos, espero que eso te haga feliz y les haga bien a ambos. Yo... por el momento tengo que... ya sabes... resolver mis cosas, así que espero verte la semana que viene en el festival de primavera. Seamos buenas amigas."

Solté un largo suspiro y cerré los ojos.

- ¿Qué tal tu charla? – Escuché la voz de Bakugō.

- ¿Por qué?

- ¿Por qué, qué?

- ¿Por qué quisiste que lo sepa?

- Porque te quiero. – Dijo entre dientes.

Abrí mis ojos y regresé a verlo, él mantuvo su mirada al frente.

- ¿Me quieres?

- Te quiero – Se sentó junto a mí. – Ya te lo dije. No sé de qué forma exactamente, pero simplemente hay algo que... me obliga a querer cuidarte. – Dijo en bajo.

Sonreí ligeramente y me acerqué a él.

- No creí que el gran Katsuki se pusiera sentimental.

- No soy solo gritos. – Dijo él. Arrimé mi cabeza en su hombro. - ¿Qué haces?

- Gracias. – Susurré. – Me ayudaste en estos últimos meses. Gracias.

- Niña tonta.

- Todavía no has respondido mi pregunta.

- Si lo hice.

- Qué ganas con que sepa lo que en verdad estuvo sucediendo.

- Sé que todavía te gusta. – Bakugō apretó sus puños. – Sé que hay veces que lloras. Hay veces que duermes y murmuras su nombre inconscientemente, eso me molesta, quiero protegerte, pero siento que tú quieres que alguien más te proteja.

- Bakugō... - Levanté mi cabeza y lo miré.

- Quita esa cara. – Puso su mano sobre mi rostro. – No me mires como si me tuvieses lastima. - Tomé su mano e iba a hablar. – Ni se te ocurra, soy yo quien está hablando. – Golpeó la banca. – Si regresan y ese maldito vuelve a hacerte derramar una sola lágrima, le romperé la maldita cara de niño bonito que tiene y tendrás que dejar que sea yo, el único que te proteja. – Golpeó mi frente. – Mientras tanto, si regresan, déjame permanecer a tu lado... aunque sea como tú amigo.

Asentí ligeramente y sonreí, pellizqué la mejilla de Bakugō.

- Eres todo un dilema. – Susurré.

- Quien habla de ser un dilema. – Sacudió mi cabello

- Yo soy alguien normal. – Volví a arrimar mi cabeza en su hombro.

- No tanto. – Dijo entre dientes. – Hay algo que estas escondiendo. – Tragué saliva.

- No escondo nada.

- Mentirosa. – acarició mi cabello. – Sabes. Hay veces que eres como un libro abierto, pero hay otras en las que te cierras en tu propia burbuja y no sé qué sucede en tu cabeza.

Bakugō se levantó de la banca.

- Al parecer hay alguien más que quiere hablar contigo. – Dijo mirando a un lado. – Suerte. – Susurró. – Yo se lo explicaré a Kirishima para que no se vuelva loco cuando se lo digas. - Metió sus manos a sus bolsillos y se alejó con pisadas fuertes.

Como Una Estrella Fugaz BNHADonde viven las historias. Descúbrelo ahora