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Draco lo sabe.

Draco lo sabe.

Draco lo sabe.

Todo lo que pasa por la cabeza de Ileana era que Draco lo sabía, o por lo menos era lo que él le había dado a entender y todo eso fue más creíble cuando lo dijo en rumano. ¿Hablaba de sus ojos? ¿De que hablaba Draco? No había recibido ninguna carta de él y se comenzaba a desesperar.

El día de la fiesta al salir les dijo a sus padres que le había pasado lo mismo que en el colegio pero ahora el dolor en los ojos fue un poco más fuerte y quería salir de ahí, de no ser por Dobby todos se habrían enterado, aunque lo más probable es que todos lo supieran.

—Ochi.— Nikolái entro a su cuarto. —Van a venir hoy los Malfoy y los Parkinson.— La chica llevó su atención directa a su hermano.

—¿Viene Pansy?.— Preguntó rápido por su amiga.

—Creo que escuché a mi mamá decir que de tus amigos solo viene Draco.— Ileana se incomodó un poco. —Llegan pronto asi que baja rápido, hice dulces de leche.—

Bueno, no podía evitar a Draco mucho tiempo pero se quitaría la duda de la cabeza. La chica se apresuró a terminar de recoger unas cosas de su cuarto y bajo a ayudar a su hermano con los dulces.

—Mamá ¿No viene Daphne?— Estaban en la cocina terminando los dulces.

—Solo los invitamos a una merienda y los Greengrass tenían un asunto importante con la hermana pequeña de tu amiga.— Pensó que se refería a Astoria y es que Daphne estuvo preocupada las últimas semanas.

Pudieron escuchar ruido en la puerta lo que significaba que alguien había llegado, Ivan se encontraba en el vestíbulo y recibió a las dos familias que acababan de llegar. Caminaron hacia donde se encontraban todos e Ileana pudo divisar a su amigo, ambos ansiosos porque sabían que tenían una conversación pendiente.

—Me alegra que vinieran.— Nicoleta habló primero y fue asi como la tarde comenzó. Todos menos Niko pasaron a la sala ya que en vacaciones tiene tutorías de idioma y se había tenido que retirar, Los papas de Pansy se habían disculpado con la chica, o más bien el padre de Pansy se disculpó porque no pudo asistir.

—Mamá, ¿Puedo ir con Draco al jardín?—

—Claro cielo.— Nicoleta le sonrió. —Solo entren cuando empiece a sentirse frio.— La chica asintió con la cabeza.

—Vamos Draco.— El mencionado pidió permiso y fue detrás de Ileana.

La casa de los Albescu era grande, no tanto como la mansión Malfoy pero tenía un aura muy cálida, claramente se sentía como un hogar, olía a dulce y Draco podía imaginarse que eran los famosos dulces de leche de la chica. El tono que más predominaba en la casa era la madera y sus colores combinables y los muebles de jardín hacían un buen contraste porque eran blancos. Se sentaron en las bancas frente a la casa y una charola con galletas y dulces iba detrás de ellos.

—Draco...— Ileana no sabía que decir o como comenzar.

—¿Te sentiste muy mal ese día?— El chico la interrumpió. —Escuche que Dobby te ayudo.

—Me salvó.— Ileana sonrió al recordar al elfo. —Es un elfo muy agradable.— Draco hizo una mueca ante el comentario e Ileana por fin pudo ver al Draco que conocía.

—Yo no sé cómo decir esto.—

—No tienes que explicar nada Lena, si no nos dijiste antes es completamente tu decisión.— Nuevamente volvió a su tono suave que hacía confundir a la chica, no podía existir un Malfoy asi. —Yo soy el que te debe una explicación.— Lena se concentró en las palabras de Draco. —En Hogwarts cuando chocaste con Potter y Weasley te desmayaste y después de que fuiste con Madame Pomfrey Daphne estaba preocupada y nos escapamos de los prefectos. Íbamos a verte y créeme que fue difícil parece que todos los Weasleys son igual de irritantes.— Rodó los ojos al recordar eso. —Bueno, ese no es el punto. Llegamos y Pomfrey no cerró la puerta completamente pensamos en entrar pero estaban hablando tus papás y pues...— Hizo una breve pausa. —Escuchamos cuando lo dijiste.—

Un silencio se formó entre ambos y aun Ileana se preguntaba cómo es que ellos pudieron guardar tanto esa información.

—¿Alguien más sabe?—

—No. Después Daphne y yo nos, fuimos estábamos en un aula cerca de las mazmorras porque no dejaba de llorar y preguntar acerca de lo que te pasaba. No podíamos regresar a los dormitorios así y aun me pregunto cómo es que la soporté mientras lloraba.— El chico rodó los ojos y otra vez Ileana reconocía a ese Draco.

—Son muy pocas personas que saben lo que me pasa. Nunca he podido ver colores es una condición muy rara y no es como que no vea ningún color he visto cuando mi madre se sonroja, sus mejillas se colorean y mi hermano me dice que es color rojo el mismo del que se pintan sus orejas cuando se ríe mucho.— Hizo una pequeña pausa. —No es como que haya visto todos, pero se ve muy poco. Estuve en San Mungo y diferentes magos me vieron pero es algo que ni la magia puede resolver.

>Mi madre estaba desesperada, y créeme que trato de no culparla, pensó hasta en la última opción y fue cuando nos fuimos a Bucarest. Recuerdo lo que mi papá dijo "es una traición a la sangre" pero no les importó. A demás Rumania era el país perfecto, pasaba desapercibida la mudanza y los muggles ahí son buenos, un poco extremistas y minuciosos cuando se trata de salud pero eso hizo que mis papas estuvieran más tranquilos con lo que hicimos.

>Tampoco me ayudaron.— Soltó una risa sarcástica. —Pero le dieron un nombre a lo que tengo. Daltonismo. Deficiencia de color. Ya no era un mal anónimo y aprendí a vivir con eso, no era fácil y menos integrarme con los demás. Gracias y una disculpa por hacer que te preocupes.

—Ahora entiendo porque tus ojos son tan bonitos.— El comentario sorprendió a Ileana. —Me agradas Lena. Y creo que entiendo porque no querías que los demás se enteraran podemos ser crueles y si me estoy incluyendo en esos; eres mi amiga y no voy a dejar que esto te afecte. Tranquila y no te preocupes solo Greengrass y yo sabemos.— Buscó algo en sus bolsillos. —Esto lo mandó ella, no pudieron venir pero lo mandó para ti.— Era una tarjeta con una pequeña nota escrita Te cuido amiga.

—Muchas gracias Draco.— Los ojos de Ileana se aguaron.

—¿Qué te pareció mi rumano, soy increíble?— Draco aligeró el ambiente y ambos rieron.

—Creo que era mejor el mío a los cinco años.—

—Por favor Lena no seas cruel.—

Doar tu ești crud— Solo tú eres cruel, fue lo que Ileana le dijo en rumano pero se sorprendió que Draco lo entendió a la prefeccion. —Esti o cutie de surprize1.—

—Sunt Draco Malfoy, nu așteptați nimic mai puțin de la mine2.— Y volvieron a reir.

1. Eres una caja de sorpresas

2. Soy Draco Malfoy, no esperes menos de mí

DALTONISMO ; Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora