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Ravenclaw jugó contra Slytherin una semana después del comienzo del trimestre. Slytherin ganó, aunque por muy poco. Según Malfoy, eso era malo ya que si Gryffindor le ganaba a Ravenclaw se colocaría en segundo puesto.

Había tomado una rutina, cada noche iba a la biblioteca sin excepción, y veía a Hermione en un rincón, con varias mesas llenas de libros, tablas de Aritmancia, diccionarios de runas, dibujos de muggles levantando objetos pesados y carpetas amontonadas con apuntes extensísimos. Apenas hablaba con nadie y respondía de malos modos cuando alguien la interrumpía. No éramos amigas pero me sentía cómoda pasando el tiempo con ella y sus amigos. En su mayor parte del tiempo Ron me desesperaba, tal vez mi hermano tenía razón y se me habían pegado algunas actitudes de Malfoy. Y Potter, pues casí no lo veía entre el Quidditch y algo con el profesor Lupin apenas si aparecía en clases.

—¿Me puedo sentar? —. Le pregunté a Hermione.
—Supongo que sí —contestó Hermione, retirando un montón de pergaminos del otro lado de la mesa. Escaneé la mesa abarrotada, al largo trabajo de Aritmancia, cuya tinta todavía estaba fresca, al todavía más largo trabajo para la asignatura de Estudios Muggles, y la traducción de runas que teníamos de tarea.
—¿Todo bien? —. Granger hizo algún gesto con la garganta.  —¿Cómo lo haces? —le pregunté, mientras veía como terminaba el ensayo que yo no había hecho aún

—¿Hacer qué?

—Ir a todas las clases —dije —Esta mañana te oí hablar con la profesora Vector, la bruja que da Aritmancia de la clase de ayer. Pero se supone que estabas con nosotros en Cuidado de Criaturas Mágicas. Y McMillan dice que no has faltado nunca a una clase de Estudios Muggles. Pero la mitad de esas clases coinciden con Adivinación y tampoco has faltado.

—Trabajando duro —respondió Hermione.

—¿Por qué no dejas un par de materias? —pregunté, viéndola revolver entre libros en busca del diccionario de runas.

—¡No podría! —respondió Hermione escandalizada.

—La aritmancia parece horrible —dije mientras tomaba una tabla de números particularmente abstrusa.

—No, es maravillosa —dijo Hermione con sinceridad. —Es mi asignatura favorita. Es...— Pero no me alcanzó a decir qué tenía de maravilloso la Aritmancia. Ya que Ron Weasley había entrado gritando a Hermiones sin importarle que estuviéramos en la biblioteca.

Crookshanks había matado a Scabbers.

***

—Escuché que McGonagall no quiso dejar que Potter use la Saeta de Fuego...— Dije apenas levantando la vista de mi libro.

—Según Wood le dijo: "Te preocupa más ganar la copa que tu vida"y "El tiempo que haga falta, Wood."

—Me parece que tendrá que pedir otra escoba. — Dije aun sin ver a Granger. —Hay un cupón de pedido en la última página de El mundo de la escoba. Podría comprar una Nimbus 2001 como la que tiene Draco.

—No va a comprar nada que le guste a Malfoy —dijo y ambas nos reímos. Me imaginé a Harry y a mi mejor amigo combinando escobas.

***

—Todo fue culpa mía. Me quedé petrificado. Estaban todos allí con sus túnicas negras, y a mí se me olvidaron todas las fechas que me habías buscado, Hermione. Y entonces se levantó Lucius Malfoy, soltó su discurso y la Comisión hizo exactamente lo que él dijo...— Estábamos terminando la clase de Criaturas mágicas y Hagrid iba hablando con Harry, Herione y Ron delante de mí.

—¡Todavía podemos apelar! —dijo Ron con entusiasmo—. ¡No tires la toalla! ¡Estamos trabajando en ello!. —Más adelante de ellos iba Malfoy junto a Crabbe y Goyle, y miraba hacia atrás de vez en cuando, riéndose.

DALTONISMO ; Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora