DALTONISMO ; Draco Malfoy

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El gran comedor se llenaba en grandes cantidades cuando la temperatura bajaba, en invierno, antes de las fiestas navideñas la mayoría del tiempo todos estábamos ahí estudiando, comiendo o simplemente pasando el rato, otros afortunados podían estar en su sala común junto a la chimenea pero suelen ser lugares muy pequeños para tantos estudiantes. Estaba junto a Terence y mi hermano quienes estudiaban más de lo que estaba acostumbrada a verlos, desde antes de terminar el año pasado ya se estaban preocupando por los TIMO y la dedicación que le estaban poniendo de verdad me sorprendía.

Por mi parte, si no estaba con Daphne y Pansy venía a hacer tareas como el día de hoy ya que ellas junto a Millicent habían tomado un gusto por molestar a niños de primer año y no era algo que me gustara ver. Defensa contra las artes oscuras se había vuelto muy digerible gracias al profesor Lupin y aunque a muchos no les agradaba como llevaba su clase yo estaba bastante agradecida por la situación. Lo que seguía taladrando mi cabeza era Pociones, este año el profesor Snape estaba bastante difícil como si algo lo molestara y eso nos molestaba también a nosotros.

Oí un poco de ruido, levanté la mirada y vi al grupo de lechuzas entrar al gran comedor. Día de correo. Pensé y sonreí al ver todas las cartas y paquetes bajar. —¡Bebelus!— Dije sonriente cuando vi a nuestra lechuza acercarse a donde estábamos. Al nombrarla llamé la atención de mi hermano quien despegó la vista de sus libros para voltear hacia arriba.

—Ileana, te he dicho que Bebelus no es su nombre, es Balaur—. Desde su primer año había sido la pelea que habíamos tenido cuando fuimos al callejón Diagon por ella.

—Bebelus le queda más—. Un par de cartas cayeron encima de mis notas. —¿Cuál prefieres Terence, Bebelus o Balaur?— Le pregunté a Terence sacándolo de su burbuja de estudio.

—¿Qué es eso?— Preguntó ante los nombres que usábamos Niko y yo para la lechuza.

—Son palabras en rumano. Bebelu significa pequeño bebé y Balaur dragón. Una carta también cayó en las cosas de mi hermano.

—Suena mejor bebelus—. Dijo y volvió a sus notas, sonreí triunfante y le enseñé la lengua a mi hermano.

—Eres su novio, está más que claro que la apoyarías a ella—. Terence sonrió ante lo que mi hermano había dicho y rápidamente dejó de lado sus cosas para acercarse hacia mí y dejar un beso en mi mejilla. Esos gestos eran cada vez más comunes y pasaron de avergonzarme e incomodar a gustarme en serio y cada vez los disfrutaba más. —Me dan asco—. Rodó sus ojos y abrió la carta que le había llegado. —Ochi, mamá dice que pasaremos las fiestas en Austria—. Abrí los ojos asombrada cuando comenzó a decirme y rápido me apresuré a abrir la carta que mamá también me había hecho llegar.

Ileana:

Hija espero que estes bien. Te extraño mucho cielo. Tu padre y yo recibimos una invitación para pasar navidad en Austria, Ivan quería que fuera sorpresa hasta el día que los viéramos en Kings Cross pero se lo que significa para ti. No pienses mucho en esto y concéntrate en la escuela.

Te amo Cielo.

Mamá

—¿Es esto real fiara?— Sentía los músculos de mi cara estirarse y sabía que podía reflejar la felicidad que sentía. —Por fin iremos a Austria—. Me giré a abrazar a Terence quien desde que Niko mencionó Austria había puesto su atención en nosotros. —Terence, voy a ir a Austria—. No podía contener la felicidad que sentía.

—Es increíble bonita—. Terence correspondió mi abrazo. —Me encanta verte así. Pero ¿Qué hay en Austria que nos da tanta felicidad?—

—Es algo de la familia, según nos ha dicho mamá somos parientes lejanos de Isabel de Baviera, una Emperatriz que tuvo el imperio Austro—Hungaro e Ileana está obsesionada con su historia—.