Potter, Potter, Potter. Ah sí y Granger y Weasley, esperen también Lockhart. Toda la semana llevaban hablando de lo mismo, Harry y Ron fueron a rescatar a la niña Weasley junto a Lockhart, no sé qué es lo que ellos le ven de interesante a hacer cosas que los ponen en peligro y en el centro de atención.
De no haber sido por Terence las quejas de Draco hacia los tres Gryffindor me los hubiera tenido que aprender, no me quejo de Malfoy es mi amigo y lo aprecio pero a veces suele ser muy repetitivo con sus quejas hacia ellos.
Iba caminando por los pasillos, Draco estaba entrenando y Terence también había ido a la práctica. Daphne y Pansy estaban tomando muy enserio su papel de Slytherins y junto a Millicent molestaban un poco a los chicos de otras casas, entonces preferí caminar un poco sola. Estaba pensando en lo que haríamos en vacaciones, tenía muchas ganas de ir a Bucarest y papá aun no respondía la carta que Niko y yo les habíamos enviado hace unas semanas.
Seguía en mis pensamientos cuando choqué con alguien. Levanté mi vista y vi a Hermione Granger abrazada a un par de libros, algo irónico porque no tendríamos exámenes finales.
—Ileana, yo...— Hermione Granger quería hablar pero las palabras no salían de su boca. —Yo, no se...—
—Tranquila Hermione, no pasa nada.— Claro que pasaba, Granger había cruzado la raya en el club de duelo y por más que yo quisiera emparejarme con todos mis compañeros en Defensa contra las Artes Oscuras y aunque estudiara mucho apenas si acreditaba las asignaturas y ella simplemente decidió que tenía que ir con todo en contra mía.
—Ileana enserio, yo no quería que te pasara algo. Simplemente vi a Draco y Harry como peleaban y yo...—
—No te gusta quedarte atrás Granger, te gusta ser la mejor y cuando no lo eres te esfuerzas por demostrarlo.— Por su cara de sorpresa le leí la mente. —Te entiendo, no soy así pero trato de entenderte.
—Enserio lo siento Ileana.—
—No te odio Granger, a veces me desesperas un poco pero trato de entenderte, en Rumania había una muggle trabajando en casa.— Vi su intención de preguntar. —Era por asuntos de mi papá, no te puedo decir más pero no me gusta cómo te llegan a tratar los demás.— Ambas sonreímos.
—Deberíamos llevarnos bien Ileana.— Solté una carcajada irónica.
—Podríamos hacerlo Granger pero no te agradan mis amigos y tú tampoco les agradas a ellos.—
Se creo un silencio que ella rompió. —Entonces, nos vemos después Ileana.—
—Nos vemos en clases Hermione.— Dije y ella se fue caminando hacia el otro lado del pasillo.
Seguí mi camino y tal vez estaba un poco
—Señor Malfoy — Iba a cruzar el pasillo cuando logré divisar a Potter corriendo y casi se patina al detenerse—, tengo algo para usted.— su voz se oía un poco jadeante y pude ver que le entregó algo.
—¿Qué diablos...?— Por la reacción del padre de Draco supuse que no tenía sentido alguno. El señor Malfoy hizo el intento de tirar aquello al suelo y luego pasó la vista, furioso a Harry.
—Harry Potter, vas a terminar como tus padres uno de estos días —dijo bajando la voz—. También ellos eran unos idiotas entrometidos. —Y se volvió para irse—. Ven, Dobby. ¡He dicho que vengas!— Vi al pequeño elfo que me había ayudado en su casa.
Pero Dobby no se movió. Sostenía lo que parecía un calcetín sucio y embarrado, contemplándolo como si fuera un tesoro de valor incalculable.
—Mi amo le ha dado a Dobby un calcetín —dijo el elfo asombrado—. Mi amo se lo ha dado a Dobby.
—¿Qué? —escupió el señor Malfoy—. ¿Qué has dicho?
—Dobby tiene un calcetín —dijo Dobby aún sin poder creérselo—. Mi amo lo tiró, y Dobby lo cogió, y ahora Dobby... Dobby es libre.
Lucius Malfoy se quedó de piedra, mirando al elfo. Luego embistió a Harry.
—¡Por tu culpa he perdido a mi elfo, mocoso!
Pero Dobby gritó: —¡Usted no hará daño a Harry Potter!— Cerré los ojos fuertemente cuando oí un fuerte golpe, y el señor Malfoy cayó de espaldas. Bajó las escaleras de tres en tres y aterrizó hecho una masa de arrugas. Se levantó, lívido, y sacó la varita, pero Dobby le levantó un dedo amenazador.
—Usted se va a ir ahora —dijo con fiereza, señalando al señor Malfoy—. Usted no tocará a Harry Potter. Váyase ahora mismo.
Lucius Malfoy no tuvo elección. Dirigiéndoles una última mirada de odio, se cubrió por completo con la capa y salió apresuradamente.
—¡Harry Potter ha liberado a Dobby! —chilló el elfo, mirando a Harry. La luz de la luna se reflejaba, a través de una ventana cercana, en sus ojos esféricos—. ¡Harry Potter ha liberado a Dobby!
—Es lo menos que podía hacer, Dobby —dijo Harry, sonriendo—. Pero prométame que no volverá a intentar salvarme la vida.
Una sonrisa amplia, con todos los dientes a la vista, cruzó cara del elfo.
—Adiós Dobby.— Oí que Harry se despidió de él.
—Adiós Harry Potter.— Y el mencionado se dio la vuelta orgulloso de lo que había hecho, me escondí detrás de un pilar cuando lo vi pasar y en cuanto lo perdí de vista me apure para ir con Dobby que seguía atónito por lo que le acaba de pasar.
—Felicidades Dobby.— Llamé su atención.
—Señorita Albescu.—
—Dime Ileana, ya no tienes amo.— Cuando se lo recordé la felicidad volvió a su rostro. —Ahora eres mi amigo, Dobby.—
—Dobby ya tiene otro amigo. Dobby es amigo de Harry Potter y de la señorita Ileana Albescu.—
—Si Dobby y cuando quieras puedes venir a verme, me gusta hablar contigo.—
—Gracias Ileana, ¿Ya no está enferma?— Era un elfo muy inteligente.
—Yo...— Balbuceé un poco. —Yo, no. Ya estoy mejor.—
—Me alegro. Usted y su familia son los únicos amigos de la familia Malfoy que trataron bien a Dobby.— Solo sonreí imaginándome como había sido su vida.—
—Ahora, ve a disfrutar tu libertad. Te la mereces.— Me acerque a abrazarlo y aunque al principio lo sentí tenso luego lo devolvió y lo pude sentir tan sincero que fue lo más parecido a un abrazo de mi madre.
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DALTONISMO ; Draco Malfoy
Fantasy"El daltonismo es una afección en la cual no se pueden ver los colores de manera normal. También se conoce como deficiencia de color. En el daltonismo generalmente la persona no puede distinguir entre ciertos colores. Con frecuencia no distinguen lo...